?Por que somos adictos?
Las sustancias que alteran el estado de ¨¢nimo tienen una base com¨²n
Imag¨ªnese que echa un trago de whisky. Que da una calada a un cigarrillo o a un porro de marihuana. Que esnifa un poco de coca¨ªna. Que se chuta hero¨ªna.Pase por alto si estas drogas son legales o ilegales. Conc¨¦ntrese, por ahora, en la qu¨ªmica. En el momento en el que con cualquiera de estas cosas billones de potentes mol¨¦culas irrumpen en su cerebro a trav¨¦s de la sangre. Una vez all¨ª, desencadenan una sucesi¨®n de acontecimientos qu¨ªmicos y el¨¦ctricos, una especie de reacci¨®n neurol¨®gica en cadena que va rebotando por el cr¨¢neo y reorganiza la realidad interior de a mente.
Dada la complejidad de estos acontecimientos -y el funcionamiento interno de la mente en general-, no es de sorprender que los cient¨ªficos hayan luchado con todas sus fuerzas para comprender los mecanismos de la adicci¨®n.
Muchos cient¨ªficos est¨¢n convencidos de que la respuesta puede ser m¨¢s sencilla de lo que nadie se ha atrevido a imaginar. Seg¨²n ellos, lo que tienen en com¨²n todas estas drogas que alteran el estado de ¨¢nimo es una notable capacidad de aumentar el nivel de una sustancia corriente del cerebro llamada dop¨¢mina.
Por ejemplo, el a?o pasado, varios grupos de cient¨ªficos demostraron que, en las ¨¢reas del cerebro ricas en dopamina, la nicotina se comporta en gran medida como la coca¨ªna. Ahora, un equipo de investigadores dirigido por Nora Volkow, del Laboratorio Nacional Brookhaven de Nueva York, ha publicado las pruebas m¨¢s fehacientes de que el aumento de la dopamina en el cerebro de los adictos es lo que provoca el subid¨®n de coca¨ªna. En una edici¨®n reciente de la revista brit¨¢nica Nature, describieron c¨®mo se puede utilizar una avanzada tecnolog¨ªa de representaci¨®n de im¨¢genes cerebrales para estudiar el aumento de dopamina y vincularlo a las sensaciones de euforia.
Al igual que la serotonina (la sustancia qu¨ªmica del cerebro en la que inciden antidepresivos como el Prozac), la dopamina es un neurotransmisor, una mol¨¦cula que lleva mensajes de una neurona del cerebro a otra. La serotonina se asocia a sensaciones de tristeza y bienestar; la dopamina, al placer y al j¨²bilo. La dopamina puede aumentar debido a un abrazo, un beso, una palabra amable o una victoria en una partida de p¨®quer, y tambi¨¦n debido al intenso placer que provocan las drogas.
Ahora, los cient¨ªficos creen que la dopamina no es s¨®lo una sustancia qu¨ªmica que transmite se?ales de placer, sino que, de hecho, puede ser la mol¨¦cula dominante en la adicci¨®n. Esto no quiere decir que la dopamina sea la ¨²nica sustancia qu¨ªmica implicada ni que los procesos de perturbaci¨®n del pensamiento que caracterizan el consumo cr¨®nico de drogas se deban exclusivamente a la dopamina. El cerebro es m¨¢s sutil que todo eso. Las drogas modulan la actividad de una variedad de sustancias qu¨ªmicas del cerebro, cada una de las cuales se cruza con muchas otras.
A medida que los cient¨ªficos se van familarizando con el funcionamiento e la dopamina (y con c¨®mo ¨¦ste e ve afectado por las drogas), os hallazgos indican que podr¨ªamos estar librando la batalla equivocada en la guerra contra las drogas. Los estadounidenses tienden a considerar la drogadicci¨®n como un defecto de car¨¢cter. Pero este estereotipo est¨¢ empezando a dar paso a la aceptaci¨®n de que la dependencia de las drogas tiene una clara base biol¨®gica. Volkow, de Brookhaven, declara: "La adicci¨®n es un desord en del cerebro que no es diferente de otras formas de enfermedad mental".
Time Inc.
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