Pactos secretos, avales y patrocinadores fantasmas
En diciembre, los directivos del Bar?a y los representantes de Ronaldo pactaron en secreto en Miami pagar 2.000 millones de pesetas netos a Ronaldo si renovaba antes del 30 de junio. Este plus, una vez incluido el coste fiscal, se convert¨ªa en 3.000 millones. La forma de pagarlo centr¨® la primera noche de negociaciones de esta semana, el pasado lunes. Los directivos del Bar?a propusieron que 2.000 millones se pagaran en Espa?a, 1.000 ser¨ªan para Ronaldo y los otros 1.000 para Hacienda. Los 1.000 restantes los aportar¨ªa un patrocinador, en las negociaciones los directivos del club mencionaron a TV-3, que sin embargo no contaba con ning¨²n representante en las reuniones. Esta ¨²ltima partida ir¨ªa a la sociedad que el brasile?o posee en el para¨ªso fiscal de las Islas V¨ªrgenes, en el Caribe. Para la ficha anual, de unos 1.050 millones durante 9 temporadas, tambi¨¦n se estableci¨® un esquema similar. En total, la renovaci¨®n supondr¨ªa en nueve a?os 11.200 millones.Ese mismo lunes por la noche los representantes del jugador plantearon sus dudas sobre el hecho de que el supuesto patrocinador no estuviera presente para asumir formalmente los pagos convenidos. Y plantearon al Bar?a que se comprometiese a garantizar esos pagos. N¨²?ez se neg¨® a suscribir tal aval y las negociaciones se interrumpieron.
Al mediod¨ªa del martes, se reanudaron las conversaciones. El Barca dio un paso atr¨¢s y acept¨® verbalmente firmar un documento asumiendo en ¨²ltima instancia los compromisos del patrocinador fantasma. Las dos partes repasaron el esquema de pagos y coincidieron en valorar que ya hab¨ªa acuerdo. As¨ª se escenific¨® en la rueda de prensa de ese mismo d¨ªa. Tan s¨®lo quedaba redactar y firmar los contratos.
Problemas aparcados
A las ocho de la noche, los representantes del Bar?a y del jugador se concentraron en el despacho particular de N¨²?ez. All¨ª, los problemas aparcados emergieron de nuevo. En primer lugar, el concepto a emplear para calcular la forma de pago, neto o bruto. El club se impuso y se acord¨® hablar en t¨¦rminos brutos. Pero la mecha de la desconfianza ya hab¨ªa prendido y los negociadores se enzarzaron en un, debate t¨¦cnico sobre los porcentajes que correspond¨ªa imputar al club y al patrocinador. La diferencia era de s¨®lo 5 millones de d¨®lares (715 millones de pesetas). Pero, a pesar de que N¨²?ez volvi¨® a ceder y acept¨® el sistema de c¨¢lculo propuesto por los hombres de Ronaldo, la tensi¨®n no desapareci¨®.Las cifras que se manejaban eran de v¨¦rtigo e implicaban un gran desembolso para el club. N¨²?ez comenz¨® a expresar una mezcla de aprensi¨®n y duda. En ese momento, Pitta, Branchini y Martins sacaron la carta de rescisi¨®n del contrato de Ronaldo. Esta amenaza yacer¨ªa sobre la mesa hasta el final de la negociaci¨®n. Finalmente, la exigencia de que el club formalizase por escrito su garant¨ªa de asumir los pagos del patrocinador provoc¨® el estallido. Las arcas del Bar?a no pod¨ªan asumir ese riesgo, seg¨²n N¨²?ez. Bianchini tron¨® -"N¨²?ez no me volver¨¢ a enga?ar" - y exigi¨® el pago inmediato de los 3.000 millones de Miami.
A la una de la madrugada la negociaci¨®n se rompi¨®, a pesar del acuerdo de volver a reunirse a la ma?ana siguiente. Los brasile?os, airados, abandonaron la reuni¨®n. Varias horas despu¨¦s, hacia las cuatro de la madrugada, llamaron por tel¨¦fono a N¨²?ez, . que segu¨ªa en su despacho con otros directivos: "Ma?ana no acudiremos a la reuni¨®n, les enviaremos la carta de rescisi¨®n y el tal¨®n. Esto se ha acabado".
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