Serra adelantar¨¢ el relevo del almirante Romero como jefe de la Armada

El ministro de Defensa, Eduardo Serra, adelantar¨¢ al relevo del almirante Juan Jos¨¦ Romero Caramelo como jefe del Estado Mayor de la Armada tras la publicaci¨®n por este peri¨®dico de que incurri¨® en irregularidades durante su etapa al frente del arsenal militar de La Carraca (C¨¢diz).Romero fue nombrado m¨¢ximo responsable de la Armada el 14 de febrero de 1994 y es, junto al jefe del Ej¨¦rcito de Tierra, el teniente general Jos¨¦ Faura, el ¨²nico miembro de la c¨²pula militar que queda de los nombrados por el Gobierno socialista.

Serra ha optado por un relevo escalonado de la Junta de Jefes de Estado Mayor. En julio de 1996 nombr¨® jefe del Estado Mayor de la Defensa al teniente general Santiago Valderas y en enero pasado al teniente general Juan Antonio Lombo jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito del Aire.

El ministro ten¨ªa previsto relevar a Romero y Faura antes de fin de a?o, pero ahora adelantar¨¢ la sustituci¨®n del primero aunque no desea que parezca una destituci¨®n por su gesti¨®n en La Carraca. En todo caso, antes de proceder a su sustituci¨®n, habr¨¢ que dar una serie de pasos, entre ellos la elecci¨®n del nuevo jefe de la Marina de Guerra.

El Ministerio de Defensa y el Cuartel General de la Armada guardaron ayer silencio ante la noticia dada por este diario reconociendo que es correcta y que no hay nada que a?adir a la misma. El propio Serra, que tuvo conocimiento anticipado de la informaci¨®n, mantuvo una conversaci¨®n al respecto con Romero, quien le dijo que se produjeron suministros irregulares de combustible a Baz¨¢n, pero que orden¨® suspenderlos cuando lo supo.

No obstante, el auto de archivo de las diligencias dictado el 3 de abril de 1995 por el Tribunal Militar Central reconoce que se produjeron nuevas ventas de gas¨®leo a Baz¨¢n tras la orden de suspenderlos y que Romero no ingres¨® al Tesoro los fondos guardados en la caja b, sino que dispuso de ellos para peque?as compras y reparaciones de la unidad, contraviniendo lo dispuesto en una orden de enero de 1988 del entonces ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra.

Ignorancia sorprendente

La ignorancia de Romero sobre las irregularidades resulta m¨¢s sorprendente si se considera que justamente en aquel momento era un asunto que preocupaba sobremanera a Defensa.En efecto, el mandato de Romero se prolong¨® desde febrero de 1991 hasta octubre de 1992, las ventas irregulares a Baz¨¢n desde noviembre de 1990 hasta julio de 1992 y la existencia de la caja b desde una fecha no precisada hasta octubre de 1992.

Pues bien, el 20 de junio de 1991, el entonces ministro, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, compareci¨® ante la Comisi¨®n de Defensa del Congreso para informar sobre presuntas irregularidades en La Carraca, Ferrol (La Coru?a) y Cartagena (Murcia) y reconoci¨® que las denuncias de Jer¨®nimo Andr¨¦u (IU) referidas al arsenal gaditano eran las m¨¢s fundadas y que la fiscal¨ªa militar hab¨ªa abierto diligencias.