El enga?o
C¨®rdoba despidi¨® ayer a Finito a almohadillazo limpio y con gritos de ?fuera, fuera!, que se dice pronto. Despu¨¦s de haber fletado varios trenes AVE para seguirle a Madrid y dos aviones para verle en M¨¦xico en su confirmaci¨®n, C¨®rdoba, que le ha dado todo, le ha vuelto la espalda a Finito. Hace dos temporadas era imposible imaginar que suceder¨ªa, pero los cordobeses le dedicaron en la lluviosa tarde de ayer dos broncas ganadas a pulso por el torero, al que d¨ªa a d¨ªa se le ve m¨¢s desconfiado, m¨¢s temeroso, sin sitio y sin querer verlos. Tal vez sea culpable la afici¨®n cordobesa de este asunto, pues le ha mimado y consentido lo que no le ha tolerado a nadie. A lo mejor ha estado enga?ado. Como enga?ados se pueden sentir Chiquil¨ªn y El Cordob¨¦s si piensan que la puerta grande que se les abri¨® ayer es fruto de faenas memorables y que quedan para el recuerdo. Qu¨¦ va. Cierto es que ambos estuvieron mucho mejor que Finito, pues este ¨²ltimo no quiso ver a ninguno de sus enemigos.
Rojas / Finito, Chiquil¨ªn, Cordob¨¦s
Toros de Gabriel Rojas, bien presentados, justos de fuerza, nobles, manejables (sustituyeron al encierroanunciado de Antonio Gavira, que fue rechazado por los veterinarios). Finito de C¨®rdoba: pitos y bronca. Rafael Gonz¨¢lez, Chiquil¨ªn: oreja y oreja; sali¨® a hombros. Manuel D¨ªaz, El Cordob¨¦s: oreja y petici¨®n, y oreja. Sali¨® a hombros. Plaza de los Califas, 31 de mayo. Poco m¨¢s de media entrada.
Chiquil¨ªn no estuvo mal con su primero. Se le aprecia que torea poco, pero estuvo decidido y con ganas, y el p¨²blico le premi¨® con una oreja despu¨¦s de acuchillar al toro por la barriga. El presidente se vio obligado a dar la oreja por la petici¨®n mayoritaria del p¨²blico, que, adem¨¢s, le regal¨® un jam¨®n. En su segundo, el toro m¨¢s serio de la corrida, Chiquil¨ªn porfi¨®, no sac¨® nada en claro y por estar le dieron otra oreja la misma afici¨®n que encumbr¨® un d¨ªa a Finito.
Faena tremendista
Y otro tanto de lo mismo hizo con El Cordob¨¦s despu¨¦s de una faena tremendista hecha al tercero de la tarde en medio de un fuerte aguacero. De uno de los charcos sali¨® el salto de la rana y cuando daba la vuelta al ruedo con su primera oreja se lav¨® la cara en otro entre el delirio del p¨²blico. En el que cerr¨® plaza quiso hacerle una faena m¨¢s torera, pero no le sali¨®. De todas formas, el mismo p¨²blico le concedi¨® el segundo ap¨¦ndice.
C¨®rdoba le dio su merecido a Finito, pero no hizo lo mismo con Chiquil¨ªn y el Cordob¨¦s. Que no se enga?en. El encierro de Rojas fue manejable y sustituy¨® al de Antonio Gavira, que envi¨® ocho ejemplares peque?os como cabras, que fueron rechazados por los veterinarios. Uno no dio el peso m¨ªnimo exigido en plazas de primera.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.