"El qu¨¦, el c¨®mo y el porqu¨¦"
EL PA?S reproduce a continuaci¨®n el documento de los horrores o del chantaje, que el abogado de Conde, Jes¨²s Santaella, entreg¨® el 23 de abril de 1995 al ex ministro Jos¨¦ Barrionuevo. El texto presenta, a lo largo de catorce puntos, la supuesta implicaci¨®n del Cesid en la gestaci¨®n y desarrollo de los GAL, que atribuye a una decisi¨®n pol¨ªtica al m¨¢s alto nivel. En realidad, dicho documento no es sino el ¨²ltimo cap¨ªtulo, el n¨²mero 10, titulado Conclusiones, del relato que el juez Baltasar Garz¨®n requis¨® el 8 de febrero de 1996 en la celda del coronel Perote. Nadie ha asumido la autor¨ªa de este relato, e incluso Perote reniega de algunas de sus afirmaciones, pero su valor resulta indudable: ha servido como objeto de chantaje y ha sido utilizado para forzar la desclasificaci¨®n de los papeles del Cesid.
10. ConclusionesEl an¨¢lisis de los documentos sobre los que se construye el informe permite llegar a una serie sucesiva de conclusiones:
Primera. Durante 1983, 1984 y 1985, fundamentalmente el Cesid, en cuanto ¨®rgano superior de inteligencia de la defensa del Estado espa?ol, desarroll¨® la llamada Operaci¨®n Sur de Francia, relacionada de manera directa e inmediata con los activistas de la organizaci¨®n terrorista ETA situados en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Los documentos a los que se alude en la misma, analizados pormenorizadamente en las p¨¢ginas que anteceden, demuestran el grado de intensidad con el que se hac¨ªa el seguimiento de la operaci¨®n. En la misma intervinieron b¨¢sicamente la AOME [Agrupaci¨®n Operativa de Misiones Especiales], dirigida por Juan Alberto Perote Pell¨®n, alias don Alberto, brazo ejecutivo del Cesid para operaciones especiales, el DDI, Departamento de Defensa Interno, y b¨¢sicamente las secciones D-3, Involuci¨®n, dirigida por el se?or [Santiago] Bastos, alias se?or Baranda, que posteriormente fue nombrado jefe del DDI, y por la secci¨®n D-4, especializada en terrorismo, dirigida primero por el se?or [Manuel] Guerrero, posteriormente por el se?or Com¨ªn [Carlos D¨ªaz Capmany] y finalmente por el alias Juaristi [Jos¨¦ Rico]. En el ascenso a general del se?or Com¨ªn tuvo influencia decisiva el se?or Vera. Toda la "Operaci¨®n Sur de Francia", como consta en los documentos analizados, fue dirigida personalmente por el director del Cesid, se?or Manglano.
Segunda. La "Operaci¨®n Sur de Francia" se desarroll¨® primero en el ¨¢mbito de la obtenci¨®n de "informaci¨®n operativa" que afectaba a la organizaci¨®n ETA y a sus miembros ubicados en el Sur de Francia. Para ello, se utiliz¨® la Red Hur¨®n, dependiente del Departamento DI4, dirigida, seg¨²n la referida documentaci¨®n, por el se?or Hidalgo, alias Heredia [Luis Gonz¨¢lez Hidalgo], operativa en Espa?a, mont¨¢ndose al tiempo la llamada "Operaci¨®n Tierra-Reta-SF". Esta ¨²ltima era responsabilidad directa e inmediata de la AOME y consist¨ªa en un sistema directo de informaci¨®n sobre el objetivo. Para ello, el Cesid tuvo agentes suyos en diversos puntos del territorio franc¨¦s, recopilando informaci¨®n relativa a ETA, en lugares habituales de reuni¨®n de etarras y realizando reportajes fotogr¨¢ficos a¨¦reos del pa¨ªs vasco franc¨¦s.
Los agentes del Cesid Juan A. Rando Parra y Baltasar, estuvieron destinados en Pau. El agente del Cesid Sebasti¨¢n estuvo destinado en Llivia, por ser el lugar de origen de su familia. Tambi¨¦n estuvieron destinados los agentes Sanchis, educado en Francia, Ag¨¹era, tambi¨¦n educado en Francia, y Jesusa. El agente Sebasti¨¢n estableci¨® contacto con los colaboradores Sres. Garmot y Gengi y viv¨ª¨® en un piso de Burdeos que fue sufragado por el Cesid. La Red Hur¨®n aport¨® el contacto y captaci¨®n de Monique Trois Fontaines para disponer de una cobertura en la zona caliente de San Juan de Luz. La conclusi¨®n que se deduce de todos los documentos analizados, que son documentos indubitados del Cesid, es que el Centro Superior de la Defensa del Estado planific¨® la operaci¨®n tendente a crear una infraestructura que permitiera llevar a cabo acciones violentas contra miembros de ETA. Para ello control¨® numerosos pasos fronterizos tales como Pau, C¨¦ret, Oror¨®n, Llivia, adem¨¢s de entrenar a sus agentes en el manejo de los camiones TIR.
Conclusi¨®n: dicha operaci¨®n no surgi¨® como idea propia del Cesid, sino que fue el resultado de una reflexi¨®n que "alguien" traslad¨® al Centro para que fuera ejecutada.
Tercera. El 6 de julio de 1983, antes de que comenzaran las actividades de los GAL, el Cesid elabor¨® un documento, fruto (le las reflexi¨®n de la AOME, la SG [Secretar¨ªa General], la DI-4 y el director del centro, como consta. en el documento N/Ref 189/19.12.84, dirigido "a quien est¨¢ conduciendo la lucha antiterrorista en su conjunto", en el que, despu¨¦s de hacer referencia a la conveniencia, frecuentemente sentida, de plantear la lucha contra el terrorismo fuera de los cauces legales, analiza las distintas opciones en el terreno de la lucha armada contra ETA. Plantea las alternativas de "represalia" (contra elementos de ETA, familiares o pertenencias materia' les), la "eliminaci¨®n de l¨ªderes", acciones de hostigamiento en general, llegando a la conclusi¨®n de que el m¨¦todo recomendado para tales acciones era la "desaparici¨®n de agentes de ETA por iecuestro". Este documento, incorporado a los archivos del Cesid, demuestra que en el Centro Superior de- Inteligencia de la Defensa, el Estado espa?ol en su d¨ªa analiz¨® la conveniencia de comenzar la lucha contra ETA fuera de los cauces legales. En 1984, en un nuevo documento del Cesid, (N/Ref. 189/19.12.84) se mantiene la conveniencia de "acciones f¨ªsicas" sobre objetivos a designar en las zonas de Burdeos y Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, haci¨¦ndose expresa referencia al salto decisivo que supone pasar de las maniobras al "combate real".
Un nuevo documento del Cesid del a?o 1985, (N/Ref. 16(30.01.85)
sigue insistiendo en las acciones de "represalia y hostigamiento" sobre miembros de la organizaci¨®n terrorista ETA. La documentaci¨®n, por tanto, es concluyente acerca del hecho de que el Estado espa?ol debati¨® en a?os sucesivos las acciones armadas contra personas de ETA, incluso despu¨¦s de haber comenzado la actuaci¨®n de los CAL.
Cuarta. Independientemente de la Red Hur¨®n y de la Operaci¨®n Tierra-Reta-SF, el Cesid tuvo agentes suyos TO's [t¨¦cnicos operativosl -guardias civiles destinados en la Comandancia de San Sebasti¨¢n, mandada por el comandante Enrique Rodr¨ªguez Galindo. Concretamente all¨ª estuvieron Pedro G¨®mez Nieto y Felipe Bayo Leal, ambos miembros del Cesid. El primero fue con car¨¢cter voluntario, el segundo como medio de redenci¨®n por haber sido expulsado de la unidad (AOME). Independientemente de estas dos personas, otros agentes del Cesid prestaron sus servicios en la Comandancia de San Sebasti¨¢n. Con toda probabilidad, D. Antonio Arteaga Jim¨¦nez, alias Jimeno, D. Antonio Romero Gonzalo-Gallardo. Por consiguiente, al margen de las operaciones mencionadas m¨¢s arriba, el Cesid cont¨® con personas suyas en la Comandancia de Intxaurrondo, desde la que se alentaron las acciones del llamado GAL Verde, o GAL de la Guardia Civil. Estos agentes estuvieron involurados personalmente en algunos actos de violencia cometidos por el GAL Verde, adem¨¢s de transmitir informaci¨®n constante al Cesid de lo que estaba sucediendo en el terreno de la lucha armada contra ETA. La presencia de agentes del Cesid en la Comandancia de San Sebasti¨¢n y su involucraci¨®n en las acciones violentas contra miembros de ETA, sit¨²a a los GAL en el mismo Centro Superior de Informaci¨®n de la Defensa del Estado.
Quinta. El 24 de septiembre de 1983, en el hotel Londres de San Sebasti¨¢n, seg¨²n el auto dictado por el Juez Garz¨®n el d¨ªa 18 de abril de 1995, tiene lugar una reuni¨®n en la que se decide poner en marcha el GAL Blanco o de la Polic¨ªa. El citado auto no recoge que el 26 de septiembre, es decir, dos d¨ªas m¨¢s tarde, en el acuartelamiento de Intxaurrondo, tiene lugar una conversaci¨®n entre el comandante Galindo y el agente del Cesid destinado en esa comandancia Pedro G¨®mez Nieto, quien, sin conocimiento del comandante, grab¨® la conversaci¨®n, utilizando las t¨¦cnicas aprendidas en su centro de origen, y traslad¨® el contenido de la misma a unas hojas manuscritas que fueron remitidas al Cesid. En dicha conversaci¨®n se comprueba claramente que lo que se trata es de crear el GAL Verde, consistente esencialmente en actuar sobre ETA en la forma en que ETA act¨²a sobre la Guardia Civil. En acciones r¨¢pidas, ejecutadas en el Sur de Francia, con un mecanismo de "ir, golpear y volver". Nuevas conversaciones entre el comandante Galindo y el agente del Cesid Pedro G¨®mez Nieto, que tuvieron lugar los d¨ªas 29 y 30 de septiembre de 1983, fueron igualmente grabadas, trasladadas a papel de forma manuscrita y remitidas al Cesid. Por consiguiente, el Cesid tuvo informaci¨®n precisa y concreta de la creaci¨®n del GAL Verde, en el cual colaboraron dos agentes suyos, Pedro G¨®mez Nieto y Felipe Bayo Leal, junto con otros miembros del cuerpo provenientes del grupo de los comunes, singularmente Enrique y Fabi¨¢n Dorado Villalobos, C¨¢ndido y Jos¨¦ Romero, alias El Moro.
Sexta. El 28 de septiembre de 1983, es decir, dos d¨ªas m¨¢s tarde de la conversaci¨®n en Intxaurrondo y cuatro despu¨¦s de la del hotel Londres de San Sebasti¨¢n, el Director del Cesid, Sr. Manglano, es informado de que van a comenzar los ataques contra miembros de ETA por parte de guardias civiles de la Comandancia de San Sebasti¨¢n, seg¨²n consta en el documento del 28.9.83, recogido en la p¨¢gina 361 del Tomo 1 de la documentaci¨®n anexa. Igualmente es informado, como consta en el mismo documento, que esas acciones se desarrollar¨¢n "en paralelo" con otras ejecutadas por mercenarios contratados en Francia. En dicho documento se le informa de la preocupaci¨®n que supone para el Cesid tales acciones porque distorsionan la actividad del Cesid, que ya estaba planificada y con una finalidad "m¨¢s decisiva". Por tanto, el Cesid tuvo informaci¨®n puntual y directa no s¨®lo de la creaci¨®n del GAL Verde y de la actuaci¨®n de mercenarios contratados en Francia, sino, adem¨¢s, de la inminencia de las acciones violentas contra miembros de ETA. La respuesta del Director del Cesid a esa informaci¨®n es una nota manuscrita que dice: "Pendiente para el viernes", como consta en el documento recogido en las p¨¢ginas 341 y siguientes del Tomo 1 de la documentaci¨®n anexa, n¨²mero de orden 10. Es de todo punto evidente que una informaci¨®n de esa trascendencia y con el grado de seguridad que supone el que el informante sea, precisamente, un miembro del Cesid, fue trasladada por el director del centro al ministro de Defensa Narc¨ªs Serra.
El d¨ªa 28 de septiembre de 1983 era viernes, por lo que la nota manuscrita por Manglano se refiere al viernes siguiente. Posponer una semana una decisi¨®n acerca de un tema de tanta gravedad est¨¢ fundamentado en el propio conocimiento de los hechos y en la ineludible necesidad de consultar con el ministro Serra, superior jer¨¢rquico del Sr. Manglano.
S¨¦ptima. Tal y como se se?ala en la informaci¨®n, poco despu¨¦s de la misma, el 16 de octubre se produce el secuestro y posterior ejecuci¨®n de Lasa y Zabala, as¨ª como el frustrado secuestro de Larretxea el 18 de octubre de 1983, y el consumado de Segundo Marey el 4 de diciembre del mismo a?o. Estas actuaciones confirmaban la veracidad de la informaci¨®n transmitida al Director del Cesid. Por tanto, este organismo conoc¨ªa la existencia del GAL Verde, ten¨ªa agentes suyos entre sus componentes, conoc¨ªa la inmediatez de las acciones violentas contra ETA, la existencia de mercenarios contratados en Francia con este objetivo, tuvo informaci¨®n puntual de actos concretos de violencia y no hizo nada para evitarlos. La informaci¨®n relativa a estos hechos y sus antecedentes fue trasladada por el Director del Cesid al Ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra.
Octava. Existe paralelismo en las primeras actuaciones de ambos GAL. El documento del Cesid de 6.07.83 acaba recomendando la desaparici¨®n f¨ªsica por secuestro. La primera actuaci¨®n del GAL Verde tiene lugar el d¨ªa 16 de octubre de 1983. El m¨¦todo utilizado es, precisamente, el secuestro. El 18 de octubre de 1983 tiene lugar el secuestro frustrado de Larretxea. El m¨¦todo, de nuevo, el secuestro. El 4 de diciembre de 1983 tiene lugar una nueva actuaci¨®n del GAL Blanco, el secuestro de Segundo Marey. El m¨¦todo utilizado es, de nuevo, el secuestro. Lasa y Zabala son trasladados a Alicante. Marey a un lugar del Pa¨ªs Vasco. Lasa y Zabala son
ejecutados y enterrados con cal viva. Se cumple, por tanto, el segundo postulado: desaparici¨®n f¨ªsica. Segundo Marey est¨¢ a punto de ser ejecutado y enterrado, igualmente, con cal viva, seg¨²n el auto del Juez Garz¨®n, lo que no se produce, seg¨²n el citado auto, dada la no pertenencia de Marey a la banda terrorista ETA. Por tanto, los dos GAL act¨²an con un paralelismo evidente: secuestro, posterior desaparici¨®n f¨ªsica, utilizaci¨®n de la cal viva. Es decir, utilizan el m¨¦todo recomendado por el Cesid: desaparici¨®n f¨ªsica por secuestro.Novena. Pero no s¨®lo se involucr¨® el Estado en una actitud "pasiva" frente a los GAL, sino que colabor¨® activamente con ellos. Primero, de una manera gen¨¦rica ' se?alando que se deb¨ªa ayudar a esos grupos y, posteriormente, de una forma activa. Fue el Cesid quien elabor¨® el sello de los GAL para ser utilizado por estos grupos en los comunicados reivindicando las acciones violentas sobre miembros de ETA. La petici¨®n para que se elaborara dicho sello fue efectuada al Cesid por el general [Andr¨¦s] Cassinello, Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil. Este hecho demuestra que la actividad de la Comandancia de San Sebasti¨¢n, en cuanto inspiradora y ejecutora del GAL Verde, y la actuaci¨®n de los mercenarios contratados en Francia, estaban soportadas por las m¨¢s altas instancias del Estado. La petici¨®n fue acompa?ada de un papel manuscrito en el que se hac¨ªa el primer dibujo del sello. Se consult¨® la petici¨®n con el director del Centro, quien dio la orden de que se ejecutara el trabajo. Se dise?¨® el sello conforme a las instrucciones recibidas, se elaboraron los correspondientes fotolitos y se fabric¨® el sello, todo ello en las dependencias del Cesid. El dibujo original, el elaborado por el Cesid, dos fotolitos y el sello constan en los documentos 32 a 37. Del sello se hicieron al menos dos ejemplares originales, uno de ellos se entreg¨® al comandante [C¨¢ndido] Acedo para ser trasladado al general Cassinello y fue custodiado en el Ministerio del Interior y utilizado seg¨²n las ¨®rdenes del director general de la Seguridad del Estado, D. Juli¨¢n Sancrist¨®bal. Dicho sello se conserv¨®, finalizada la actividad de los grupos contraterroristas, en una caja fuerte del Ministerio del Interior. Otro de los sellos originales se adjunta en cuerda floja al presente informe. Con ello se demuestra, adem¨¢s de todo lo que ha quedado escrito, hasta qu¨¦ punto el Estado espa?ol, a trav¨¦s del Cesid, se involucr¨® en la actividad de los GAL. Decisiones de esta envergadura no fueron tomadas sin el conocimiento y aprobaci¨®n del ministro de Defensa, Narc¨ªs Ser¨ªa.
D¨¦cima. El Cesid tuvo conocimiento directo, por relato de Pedro G¨®mez Nieto, de lo ocurrido en tomo a Lasa y Zabala, seg¨²n demuestra una grabaci¨®n de la conversaci¨®n mantenida al respecto que igualmente se adjunta en cuerda floja. Fueron ejecutados en Alicante, con un tiro en la cabeza cada uno, despu¨¦s de haberles obligado a cavar sus propios "agujeros". Pedro G¨®mez Nieto estaba presente en el momento de la ejecuci¨®n, aun cuando parece que el autor material de la muerte de los presuntos etarras fue Quique Dorado Villalobos. Este individuo, cuando termin¨® la actuaci¨®n del GAL Verde, tuvo problemas con la Justicia y fue condenado a la c¨¢rcel. Curiosamente el 23 de enero de 1995 fue puesto en libertad, abandonando la c¨¢rcel de Yeser¨ªas donde estaba recluido.
Decimoprimera. El Cesid encarg¨® a Pedro G¨®mez Nieto, agente suyo, que fuera a San Sebasti¨¢n a averiguar lo sucedido en tomo a Zabalza. El agente del Cesid elabor¨® un informe escrito, aunque no manuscrito, que entreg¨® al Cesid, en el que relata la verdad de los hechos: Zabalza falleci¨® durante el interrogatorio mientras le estaban practicando el m¨¦todo llamado "de la ba?era". Se encargaron del interrogatorio, el teniente Arturo Espejo del SIGC [Servicio de Informaci¨®n de la Guardia Civil], el teniente Gonzalo, Jefe actal de la Reserva, un guardia civil que tiene un hermano regentando el bar La Vi?a, en la localidad de Ir¨²n. Le practican el m¨¦todo denominado de "la ba?era" y a consecuencia del mismo fallece Zabalza. En el momento del suceso se encontraban tres o cuatro guardias civiles m¨¢s. Uno de ellos es el sargento Fabi¨¢n, hermano de Quique, el cual baja corriendo a las oficinas del COS que se encuentran en la planta baja, gritando y p¨¢lido que localizaran un m¨¦dico y al comandante Galindo. Durante esa noche el bar de la residencia de suboficiales permanece abierto, el camarero Bonilla observa c¨®mo el comandante Galindo se encara con los dos tenientes y les grita: "?Sab¨¦is lo que me hab¨¦is hecho? ?Me hab¨¦is hundido!" Su cuerpo fue arrojado primero a una charca y posteriormente al Bidasoa. Con conocimiento de Galindo y Cassinello se mont¨® la "cobertura": sumergir el cuerpo de Zabalza en una charca y posteriormente trasladarlo al Bidasoa, donde fue "descubierto" por la Guardia Civil quince d¨ªas despu¨¦s de su detenci¨®n, el 26 de noviembre de 1985. Es un dato adicional de indudable importancia saber que el propio Manglano confes¨®, a persona a designar en su d¨ªa, que Zabalza era un "confidente" que el Estado espa?ol ten¨ªa en ETA. Obviamente, si la Guardia Civil de San Sebasti¨¢n hubiera conocido este hecho, no le habr¨ªa aplicado el m¨¦todo de la "ba?era". Pero, adem¨¢s, esto demuestra que por encima de Galindo, de Casinello, de la Direcci¨®n General de la Seguridad del Estado, hay alguien que conoce este dato y es, precisamente, quien est¨¢ dirigiendo la acci¨®n contra el terrorismo en su conjunto.
Decimosegunda. Pedro G¨®mez Nieto informaba al Cesid de los actos de violencia del GAL Verde sobre los etarras con anterioridad a ejecutarlos, informaci¨®n que llegaba de manera directa al Director del Cesid, Sr. Manglano. Seg¨²n esta informaci¨®n, el caso de Gurmindo y Perurena fue as¨ª: Pedro G¨®mez Nieto pidi¨® al Cesid subfusiles con silenciador para ejecutar a los etarras. Por orden del director del Centro fueron enviados dichos subfusiles a la Comandancia de San Sebasti¨¢n. Sin embargo, no fueron utilizados porque cuando Pedro G¨®mez Nieto y, al parecer, Felipe Bayo Leal estaban practicando un reconocimiento del terreno con car¨¢cter previo a la ejecuci¨®n de los etarras, se encontraron de improviso con ellos y decidieron ejecutarles con su armamento ordinario.
En la relaci¨®n de armamento del Cesid que figura en el documento 30.2, correspondiente al a?o 1984, al relacionar la revista de armas pasada por el personal del Cesid el 15 de febrero de 1984 en las instalaciones de Par¨ªs (chalet ubicado en la Avenida del Cardenal Herrera Oria de Madrid), aparece la referencia "dos subfusiles ametralladores HK-9mm Parabellum".
Decimotercera. Pedro G¨®mez Nieto se reincorpora al Cesid y a partir de ese momento pr¨¢cticamente desaparece la actividad del GAL Verde. Existe un oficio del Cesid (N/Ref. 32/11-09-86 dirigido al
Director del Centro) en el que se dice, a prop¨®sito de Pedro G¨®mez Nieto, que respecto de otras actividades que haya podido ejecutar, no existen testigos civiles ni militares, s¨®lo los propios ejecutantes, siempre guardias civiles. Por tanto, el Cesid reintegra a una de las personas capitales en los actos ejecutados por el GAL Verde. Pedro G¨®mez Nieto pas¨® posteriormente en 1989 a integrarse en la Oficina de Informaci¨®n del Director General de la Guardia Civil, D. Luis Rold¨¢n.
Decimocuarta. En el caso de la muerte de Luc¨ªa Urigoitia, integrante del comando Donostia, que levant¨® la pol¨¦mica del tiro en la nuca, seg¨²n el documento del CESID N/Ref. KA15104/03.11.87 se demuestra que "para evitar la actuaci¨®n de los jueces" se llevaron a cabo determinadas actividades que fueron fundamentalmente un CIR (Control Integral de Relaciones) en casa del Juez encargado del caso. Se sustituy¨® el proyectil correspondiente por otro, se cambi¨® el ca?¨®n en el laboratorio de bal¨ªstica y se manipul¨® un chaleco antibalas para dar la apariencia, en caso necesario, de que existi¨® tiroteo. Estas actividades las hizo el entonces capit¨¢n de la Guardia Civil, Sr. Pindado, destinado en los grupos especiales a las ¨®rdenes de D. C¨¢ndido Acedo.
Dicho documento, firmado por el emisor del mismo, termina con la siguiente frase: "Esta informaci¨®n parece que es conocida por el Presidente del Gobierno, Ministro del Interior, Rafael Vera y alguna persona m¨¢s".
Los documentos que hemos analizado demuestran claramente que en 1982, despu¨¦s del triunfo abrumador del Partido Socialista en las elecciones generales del mes de octubre, en las instancias del Gobierno exist¨ªa una preocupaci¨®n: el estado de ¨¢nimo de las Fuerzas Armadas, sobre todo por las consecuencias del golpe de Esta do del 23 de febrero de 1981. En es tos momentos se toma la decisi¨®n de que es necesario introducir las reformas imprescindibles en la estructura del Ej¨¦rcito espa?ol para que no pueda volver a provocar problemas como los creados en el golpe frustrado del 23 de febrero. Eso, evidentemente, constituye una operaci¨®n muy delicada, por lo que es necesario ofrecer algo al Ej¨¦rcito y este algo es la lucha armada contra ETA, lo cual ca¨ªa muy bien en medios militares. El Estado espa?ol reflexiona y llega a la conclusi¨®n de que el centro adecuado para planificar una acci¨®n de este tipo es, precisamente, el Cesid. Se pone en marcha a partir de noviembre de 1982 y planifica una operaci¨®n que consiste en crear la infraestructura adecuada para llevar a cabo operaciones violentas contra miembros de ETA, a la que se le da el nombre de "Sur de Francia".La planificaci¨®n es extremadamente cuidadosa y meticulosa. Posteriormente, el Cesid tiene conocimiento de que la Guardia Civil de San Sebasti¨¢n, en la que est¨¢n destinados destacados miembros de su organizaci¨®n, va a comenzar a ejecutar etarras. Tambi¨¦n sabe que otras ejecuciones de etarras se van a llevar a cabo por mercenarios contratados en Francia. En ambos casos, en los primeros pasos se sigue la estrategia dise?ada por el Cesid: desaparici¨®n f¨ªsica por secuestro. Todo ello demuestra que la actividad del GAL Verde y del llamado GAL de la Polic¨ªa formaron parte de una operaci¨®n de Estado. En todo caso, el Estado conoce los GAL Verde y de la Polic¨ªa y no s¨®lo no hace nada para evitarlos, sino que colabora con ellos desde el Cesid, elaborando los sellos del GAL que servir¨ªan para reivindicar los atentados, transmitiendo informaci¨®n al entonces comandante Galindo para facilitar la ejecuci¨®n de los atentados e incluso, suministrando armamento especializado para este fin.
La filosof¨ªa del GAL, en cuanto t¨¦cnica de lucha contra el terrorismo, se debati¨® en el Cesid. En dicho centro, "por orden de quien est¨¢ dirigiendo la acci¨®n contra el terrorismo en su conjunto", se reflexiona sobre la conveniencia y m¨¦todo de las acciones armadas contra ETA. El GAL Verde y el GAL Blanco son derivaciones de esta filosof¨ªa que el Estado incorpora a su estructura operativa. El GAL filos¨®fico, el del Cesid, no act¨²a materialmente en secuestro o muerte en ning¨²n momento. Estuvo a punto de hacerlo en el caso de Josu Ternera, pero, despu¨¦s de haber ensayado con vagabundos o drogadictos que eran secuestrados y transportados a las dependencias del Cesid, la actuaci¨®n de la polic¨ªa francesa frustr¨® el planificado secuestro.
Las p¨¢ginas que anteceden, por tanto, constituyen la prueba en el terreno pol¨ªtico de que efectivamente el fen¨®meno GAL fue una operaci¨®n de Estado motivada, posiblemente, por el deseo de acabar pronto con el terrorismo etarra, y, al mismo tiempo, contentar a la c¨²pula militar, algo revuelta a ra¨ªz de los sucesos acaecidos en torno al golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Los documentos son definitivos en el terreno pol¨ªtico y parece que tambi¨¦n en el terreno penal, al menos en relaci¨®n con determinadas personas. Pero dejando a un lado las posibles responsabilidades penales individuales, lo que no queda duda es que de dichos documentos se desprende, palmariamente, una responsabilidad pol¨ªtica indudable en el asunto GAL y al m¨¢s alto nivel. Por ello, el Cesid sigui¨® trabajando en el asunto GAL una vez finalizado, si bien ahora con un car¨¢cter distinto.
En la Memoria de la AOME correspondiente al a?o 1987, en el documento referente al Gabinete de Escuchas que se recoge en la p¨¢gina 809, hay una referencia a escuchas sobre el GAL, a?adiendo a continuaci¨®n y entre par¨¦ntesis los dos nombres siguientes: "P. J. Ram¨ªrez, Melchor Miralles". Se sigue trabajando en el GAL, pero ahora haciendo escuchas sobre periodistas que Investigaban lo que sucedi¨®.
En la Memoria correspondiente a 1988, en la p¨¢gina 911, aparece la operaci¨®n "Urbi¨®n-Rele-Charco" que consisti¨® en un CGA (Control General de Actividades) de un periodista "implicado" en el proceso contra el GAL, a fin de detectar contactos con personas miembros de HB, obteniendo pruebas gr¨¢ficas de los mismos. La operaci¨®n se desarroll¨® en Madrid y en Bilbao. En el a?o 1989, vuelve a aparecer la citada operaci¨®n entre las actividades operativas del Cesid en la p¨¢gina 1026, con el siguiente texto: "Detecci¨®n y grabaci¨®n v¨ªdeo-foto de contacto entre acusadores particulares en el proceso contra el GAL".
La preocupaci¨®n del Cesid, y de sus superiores, es evidente. Las p¨¢ginas anteriores demuestran claramente el qu¨¦, el c¨®mo y el por qu¨¦.
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