La joven a la que defendi¨® Milud declara que ¨¦ste fue empujado intencionadamente al metro
Carmen J., la chica de 17 a?os en cuya defensa acudi¨® Milud Jedari, conocido como el h¨¦roe argelino, declar¨® ayer ante el tribunal que el empuj¨®n que recibi¨® Milud antes de ser arrollado por un convoy del metro fue intencionado: "[El agresor] mir¨® al t¨²nel, vio que ven¨ªa el tren y le empuj¨®". El testimonio de Carmen no fue el ¨²nico claramente incriminatorio que se verti¨® ayer contra el acusado de esta acci¨®n, el portugu¨¦s de 26 a?os Manuel Salom¨®n Neves, para quien el fiscal pide 9 a?os de c¨¢rcel por homicido frustrado. Neves, encarcelado desde hace 13 meses, neg¨® haber tocado siquiera a Milud.
Manuel Neves se sienta desde ayer en el banquillo de la Secci¨®n Quinta de la Audiencia de Madrid acusado de arrojar al metro a Milud cuando el argelino intentaba evitar que agrediese a Carmen J. Con este juicio, que proseguir¨¢ hoy, el tribunal pretende averiguar si la ca¨ªda de Milud al metro fue accidental, fruto de un empuj¨®n imprudente, o si fue intencionado, lo que en ese caso constituir¨ªa un homicidio frustrado. Milud, de 26 a?os, perdi¨® el ojo izquierdo y la pierna derecha bajo las ruedas del convoy. Las terribles consecuencias de su acci¨®n en defensa de una chica a la que supuestamente Neves tiraba de los pelos y golpeaba le elev¨® a la categor¨ªa de h¨¦roe.Para aclarar lo ocurrido en la estaci¨®n de metro de Embajadores el 30 de abril de 1996, el tribunal que preside Jos¨¦ Luis Calvo Cabello convoc¨® ayer a una decena de testigos.
El primero en declarar fue Manuel Neves, el acusado, de profesi¨®n mec¨¢nico. Los hechos se iniciaron, seg¨²n su relato, poco antes de las ocho de la tarde del 30 de abril, en el interior del bar Oss-i, cercano a la estaci¨®n de Embajadores. ?l tomaba una cerveza en el local cuando Carmen J., acompa?ada de un grupo de siete j¨®venes, se le acerc¨® y le solt¨® un "por qu¨¦ me miras as¨ª". Eso dio origen, seg¨²n su versi¨®n, a un forcejeo, fuera del bar, con uno de los acompa?antes de la chica. Durante el forcejeo, un acompa?ante de la chica le roci¨® con un spray en los ojos, y salieron corriendo. Entonces regres¨® al bar y se los lav¨® con agua. Luego se termin¨® la cerveza que ten¨ªa en la barra y se encamin¨® a la estaci¨®n de metro para volver a su casa. Sobre este forcejeo declararon ayer, con versiones m¨¢s o menos coincidentes, varios testigos de una y otra parte.
Diferencias
Las diferencias surgen sobre lo ocurrido en el interior de la estaci¨®n. Seg¨²n Neves, Carmen J., al verle en el and¨¦n, comenz¨® a gritar e insultarle. La chica estaba en ese momento con un amigo. Confes¨® que ¨¦l tambi¨¦n le lanz¨® alg¨²n insulto, y que se dirigi¨® hacia ella y la asi¨® de un hombro para que le acompa?ase hasta una comisar¨ªa y aclarar lo ocurrido en el bar.
Tres testigos, incluida la menor, Carmen J., le desmintieron despu¨¦s: "Al verle en la estaci¨®n, sent¨ª mucho miedo e intent¨¦ pasar inadvertida. Pero vino hacia m¨ª, me tir¨® de los pelos y me dio una bofetada, al tiempo que me llamaba puta", confes¨® Carmen. "Yo", agreg¨®, "comenc¨¦ a pedir auxilio y a gritar que por favor alguien llamase a la polic¨ªa".
Las versiones sobre lo ocurrido a continuaci¨®n tambi¨¦n son opuestas. La de Neves, el acusado, se centr¨® en que, tras los gritos de la chica, se acerc¨® a ¨¦l una persona que hab¨ªa en el and¨¦n en ese momento para pedirle que se tranquilizara. "Luego", a?adi¨® Neves, "se acerc¨® otro se?or que hablaba franc¨¦s [Milud]. Yo estaba de espaldas al and¨¦n, pero no le toqu¨¦; ese se?or perdi¨® el equilibrio y cay¨® a la v¨ªa". ?Si fue as¨ª, por qu¨¦ sali¨® usted corriendo", le inquiri¨® la fiscal. "Fui a pedir ayuda a la polic¨ªa", repuso. Lo cierto es que Neves regres¨® al bar donde se hab¨ªa iniciado la agresi¨®n. Un camarero del local, compatriota suyo, declar¨® ante la polic¨ªa, tras el luctuoso suceso, que Neves lleg¨® muy nervioso al local y que le confes¨® que hab¨ªa arrojado al metro a una persona. Ese mismo camarero se desdijo ayer ante el tribunal, al indicar que no recordaba bien si fueron esas sus palabras o, por el contrario, dijo hab¨ªa visto a alguien caerse al metro. El tribunal intent¨® profundizar en la verosimilitud del contundente testimonio de una menor, Eva M., que asegur¨® que vio toda la escena desde el and¨¦n de enfrente. Eva M. asever¨® que Milud, para evitar que el acusado continuara pegando a Carmen J., se interpuso entre ambos e intent¨® disuadirle. Y que, instantes despu¨¦s, cuando Neves parec¨ªa m¨¢s tranquilo, frente a la v¨ªa, se fue para Milud y le propin¨® un fuerte empuj¨®n y cay¨® al metro. En ese momento, agreg¨®,
Milud estaba de espaldas a los ra¨ªles. Una amiga de Eva corro bor¨® con alg¨²n matiz esta versi¨®n ("le agarr¨® con una mano y le empuj¨®"). Los detalles (si Milud estaba de espaldas al tren, si se cay¨® o fue empujado por sorpresa, el lugar exacto en que se hallaban) son cruciales para determinar la intencionalidad, o imprudencia, de la acci¨®n del acusado. Tambi¨¦n declar¨® el conductor del convoy. Ante la polic¨ªa dijo que vio al acusado lanzar a Milud al metro, pero ayer relat¨® que s¨®lo not¨® el impacto.
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