Sobre los trasvases
AMBROSIO SEMPEREEl autor propone que funcione una Administraci¨®n ¨²nica del agua que gestione todo lo relativo a los trasvases necesarios
El otro d¨ªa, mi hijo y colega me comentaba su indignaci¨®n con unas declaraciones de la ministra Tocino en las que manifestaba que el problema del agua estaba en v¨ªas de soluci¨®n porque se hab¨ªa llegado a un preacuerdo para la planificaci¨®n conjunta de los recursos de las cuencas del Tajo, Segura y J¨²car. Desde luego, dif¨ªcil lo tiene si quiere resolver el problema de las dos cuencas m¨¢s deficitarias, Segura y J¨²car, a expensas de una ¨²nica cuenca excedentaria, y adem¨¢s no siendo de las m¨¢s excedentarias. La indignaci¨®n de mi colega es comprensible, y su justificaci¨®n, l¨®gica: el agua es un recurso escaso, natural y renovable, y si los pantanos, en este caso de la cuenca del Tajo, est¨¢n llenos, habr¨¢ agua para todos, y si no, s¨®lo para aqu¨¦lla. ?Cu¨¢l es la soluci¨®n" Muy sencillo: trasvasar agua desde donde verdaderamente sobra a donde hace falta. Todo el mundo sabe que en Espa?a las cuencas excedentarias, adem¨¢s de la del Tajo, son las del norte y el Ebro, y que hay agua suficiente en el pa¨ªs para todas las demandas.La soluci¨®n, simple en su planteamiento, es complicada en su realizaci¨®n, porque hay problemas t¨¦cnicos, administrativos y sobre todo pol¨ªticos. Empezar¨¦ por estos ¨²ltimos. De entrada, nos encontramos con una cuesti¨®n sem¨¢ntica. La palabra trasvase no se puede usar, est¨¢ mal vista en el mundo pol¨ªtico; yo dir¨ªa que proscrita; su significado es demasiado conflictivo, y por eso, desde la ¨¦poca del II Plan de Desarrollo franquista, todos los Gobiernos, democr¨¢ticos o no, han utilizado eufemismos para evitarla: "aprovechamiento conjunto" en el 11 Plan o SIEHNA (sistema integrado de equilibrio hidr¨¢ulico nacional) en el Plan idrol¨®gicosocialista. La ¨²ltima vez que un pol¨ªtico utiliz¨® la palabreja se remonta a Indalecio Prieto, que adem¨¢s de llamar le por su nombre fue el promotor del trasvase Tajo-Segura, que despu¨¦s llev¨® a cabo la Ad ministraci¨®n franquista. Volvamos al problema pol¨ªtico. El agua es rentable pol¨ªticamente, un elemento que proporciona votos se utilice como se utilice. El pol¨ªtico de una comunidad aut¨®noma excedentaria sabe que si levanta la bandera del no pasa r¨¢n, "no cederemos ni un metro c¨²bico de agua", tiene el apoyo incondicional de sus volantes, mientras que el de una comunidad deficitaria, aunque sea del mismo partido, para conseguir el :benepl¨¢cito tiene que reivindicar la propiedad p¨²blica del agua y que el Estado garantice la igualdad de todos los espa?oles. Vistas as¨ª las cosas, no parece muy probable que quienes se benefician de tan sencillo mecanismo vayan a abandonarlo por las buenas, sobre todo los que, adem¨¢s de conseguir votos, logran el objetivo propuesto: no ceder agua.
La cuesti¨®n econ¨®mica es otro cantar. En la teor¨ªa econ¨®mica hay un tratamiento especial para los recursos naturales no renovables, que aqu¨ª se podr¨ªa aplicar bajo el supuesto de una no renovabilidad parcial, que se da en los casos de sequ¨ªa cuando la oferta de agua disminuye de forma considerable. El agua, adem¨¢s de ser recurso escaso y natural, es un recurso sobre todo limitante. Sin agua no hay vida, y eso hace que, antes de plantear cualquier mecanismo de distribuci¨®n, el Estado deba garantizar el abastecimiento de poblaciones, el autoconsumo agr¨ªcola y el caudal ecol¨®gico; el resto, en una econom¨ªa de mercado, debe someterse a sus leyes. El agua, en los procesos productivos en los que interviene, lo hace como un factor m¨¢s que debe ser remunerado, v¨ªa precio, seg¨²n su contribuci¨®n. Si esto se hiciera as¨ª, nos evitar¨ªamos controversias gratuitas sobre en qu¨¦ zonas y en qu¨¦ sectores es m¨¢s rentable para el conjunto nacional. El mercado pondr¨ªa a cada uno en su sitio y har¨ªa el pa¨ªs m¨¢s competitivo acuosamente hablando.
En cuanto a la Administraci¨®n, mi hijo tiene raz¨®n: sobre todo, sentido com¨²n y paciencia. Las cuestiones del agua son complicadas y delicadas, y en Espa?a tenemos buena y extensa prueba desde el primer pleito del que se tiene noticia, el Bronce de Contrebia, del a?o 87 a.C., hasta el ¨²ltimo incidente de Almer¨ªa. La Administraci¨®n debe andarse con pies de plomo y no lanzar globos sonda. Si no le parece adecuado el plan del Gobierno anterior, que lo reformen o que hagan uno nuevo, pero que den una soluci¨®n para el pa¨ªs. Con el agua no se juega.
Los catalanes lo han entendido muy bien. Cuando han visto que el asunto tomaba un cariz pol¨ªtico poco favorable para sus pretensiones, se han ido a Francia a comprar agua del R¨®dano, porque est¨¢n convencidos de que va a ser muy dif¨ªcil ponerse de acuerdo con sus vecinos aragoneses. Cuesti¨®n un poco absurda, porque ni aragoneses ni castellano-manchegos ni regi¨®n alguna tienen dominio sobre el agua.. ya que el dominio es p¨²blico. El error ha sido permitir que las administraciones regionales se confundan con las cuencas hidrogr¨¢ficas, lo que ha dado pie a los problemas pol¨ªticos descritos. Mi hijo vuelve a tener raz¨®n cuando dice: "SI el agua del Tajo es de. los castellano-manchegos, las aguas del litoral murciano son de los murcianos, y el que venga de fuera a ba?arse, que pague". Pero esto, afortunadamente, no es as¨ª, y es el Estado el que debe administrar los distintos ¨¢mbitos. En primer lugar, determinando el nivel espacial del problema, que en nuestro caso es muy sencillo: el nacional, aunque no ser¨ªa ninguna tonter¨ªa ampliarlo a la UE, porque cuando m¨¢s lejana es la perspectiva m¨¢s dif¨ªciles son enfrentamientos vecinales. En segundo lugar, tiene que funcionar una Administraci¨®n ¨²nica del agua, que determine los procedimientos de trasvase y gestione su distribuci¨®n y consumo. Por ¨²ltimo, el coste pol¨ªtico ha de ser cero, para lo que los partidos deben llegar a un acuerdo como los alcanzados en cuestiones de Estado.
Ojal¨¢ me equivoque, pero creo que la Espa?a seca lo va a seguir siendo por alg¨²n tiempo. Qu¨¦ l¨¢stima que no tengamos el R¨®dano tan a mano como los catalanes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.