Comercial Victorino
Hubo victorinos de puerta grande y nadie sali¨® por la puerta grande. C'est la vie, dicen los franceses, que significa se la vi. Las posibilidades inmediatas de puerta grande se debieron a que los victorinos sacaron un temperamento comercial. Victorino est¨¢ muy comercial ¨²ltimamente.Comercial Victorino: buen nombre para un supermercado. Puede utilizarlo Victorino Mart¨ªn, sin pagar derechos de autor. Aqu¨ª se regalan ideas.
Ya saben los pegapases d¨®nde pueden aprovisionarse del g¨¦nero: Comercial Victorino, Monteviejo, C¨¢ceres, Espa?a. Hay carretera nacional. No lo encontrar¨¢n mejor en toda Espa?a para satisfacer sus aspiraciones pegapasistas. S¨®lo falta que se lo crean; pues -sin ir m¨¢s lejos- los toreros que tuvieron a su disposici¨®n los victorinos en la uItima corrida de la feria de San Isidro, no se lo acababan de creer.
Victorino / Rodr¨ªguez, Tato, Higares
Toros de Victorino Martin, bien presentados, muy flojos, en general bravos, pastue?os, algunos aborregados; 2? devuelto por inv¨¢lido. Sobrero de Murteira Grave, manso.Miguel Rodr¨ªguez: media baja (silencio); estocada corta tendida ca¨ªda, rueda de peones -aviso- y tres descabellos (silencio). El Tato: metisaca atravesado bajo, estocada, rueda de peones y seis descabellos (silencio); bajonazo, rueda de peones -aviso- y dobla el toro (palmas y pitos). Oscar Higares: estocada (palmas y pitos); estocada ladeada (silencio). Plaza de Las Ventas, 6 de junio. 30? y ¨²ltima corrida de abono. Lleno.
Les embistieron los, victorinos, todos sin excepci¨®n, de dulce. Algunos, con esa encastada nobleza que engrandece el arte y eleva a la gloria a un torero; otros, con la sumisa obediencia propia de los borregos de granja. Y ni por esas.
Devolvieron al corral un victorino a causa de su invalidez y se not¨® la diferencia. El sobrero, hierro Murteira, amagaba coladas y descompuso las intenciones muleteras de El Tato que, imposibilitado de darle los consabidos derechazos y naturales, opt¨® por abreviar y le peg¨® un vil sartenazo. C¨®mo se las gastan los toreros de hoy. Qu¨¦ terribles venganzas.
Goz¨® el vengativo El Tato pintiparada ocasi¨®n de desquite con el quinto victorino, y no la aprovech¨®, quiz¨¢ no exactamente por falta de ganas sino porque recelaba de la leyenda del hierro. Acaso temi¨® que el victorino aquel, tan humillado y repetidor durante la adocenada faena, podr¨ªa sufrir de repente un ataque de bravura. De manera que lo tore¨® distanciado, con el pico, la suerte descargada y cuantos alivios componen lo que consideran los toreros modernos arte de torear.
Los compa?eros de El Tato siguieron la misma t¨¦cnica, no se vaya a creer. Parec¨ªan siameses. A Miguel Rodr¨ªguez, que banderille¨® con mediocridad, se le fue sin torear un toro excelente, y aplic¨® a la borreguez del cuarto un mont¨®n de pases, ninguno de los cuales mereci¨® ni un miserable ol¨¦. Se dice pronto: ni uno.M¨¢s afanoso se present¨® ?scar Higares, o tal sensaci¨®n daba, y ese p¨²blico que va a los toros por San Isidro (y luego no vuelve), agradec¨ªa la manifestaci¨®n de voluntad: "?Viene con ganas!", comentaba, y se pon¨ªa a aplaudir. Ahora bien, una cosa es el apetito, otra el paladar; una cosa es decir "?Sujetadme que me lo como!", otra bien distinta, ir y com¨¦rselo. De forma que lleg¨® la cruda realidad. Y consisti¨® en que ¨®scar Higares tambi¨¦n, pegaba pases -el pico, el alivio, todo eso-, tampoco hac¨ªa el toreo.Los toros no ofrec¨ªan emoci¨®n, los toreros parec¨ªan re?idos con la tauromaquia -ni un lance a la ver¨®nica hubo, ni un quite, ni una sola suerte de mediana enjundia- y la corrida transcurri¨® entre bostezos. Un aficiona-. do tuvo la cortes¨ªa de despedirse: "?Hasta septiembre, sombra!", dijo; no por ¨¦l -que va a todas- sino por la mayor¨ªa del p¨²blico de sombra (y de sol) que no volver¨¢ hasta el nuevo abono.
La plaza se queda sola; la fiesta, relegada al olvido. Ma?ana hay toros en Las Ventas y ya se ver¨¢ qui¨¦n acude. Durante un mes se ha llenado de un gent¨ªo triunfalista al que los toros y el toreo les tra¨ªan absolutamente sin cuidado, y nadie se ha preocupado de ofrecerle una muestra amplia de los valores fundamentales de la fiesta -el toro y el toreo, justamente- para que hicieran afici¨®n. Los taurinos padecen una miop¨ªa selectiva: no ven m¨¢s all¨¢ de la taquilla.
La esperanza de los buenos aficionados se cifraba en este ¨²ltimo tramo de feria, en el que se anunciaban toros de casta, toreros necesitados de contratas. Y van los toreros y no dan la talla. Y va Victorino, paradigma de los ganaderos de bravo, y se pone comercial. Se la vi, que dijo el franc¨¦s. No s¨¦... A lo mejor es que esto ya no tiene remedio.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.