Chicago ?el final de una dinast¨ªa?
Los Bulls viven inmersos en un¨ªa aut¨¦ntica guerra civil entre las estrellas y la gerencia
Los Chicago Bulls se disponen a intentar trascender su propia leyenda. Si conquistan su quinto t¨ªtulo de campeones en siete temporadas, tendr¨¢n pleno derecho a reclamar su lugar entre los equipos m¨ªticos de la NBA. Pero el sentimiento, general es "disfrutar el momento"'. La alegr¨ªa, presumiblemente, durar¨¢ justo unos d¨ªas. Depu¨¦s de las celebraciones y el cava, el futuro inmediato se adivina mucho m¨¢s oscuro: parece que una gran dinast¨ªa est¨¢ a punto de expirar.?sta es la fascinante historia de un equipo formado por unos jugadores cuyos egos son tan enormes como su talento; de luchas internas en los despachos; de c¨®mo el atleta m¨¢s importante del mundo se encuentra situado justo en el punto medio de un fuego cruzado entre un propietario muy poderoso y la lealtad y el afecto hacia un entrenador vencedor.
Los bandos; est¨¢n muy claros: Michael Jordan, Scottie Pippen y el entrenador Phil Jackson en una trinchera, y el propietario Jerry Resendorf y el m¨¢nager general Jerry Krause en la trinchera contraria. Los Bulls han demostrado que pueden vencer a cualquier enemigo, pero no pueden derrotar, ni siquiera alejar, la noci¨®n de que el final puede estar muy cercano.
El due?o del equipo, el constructor Jerry Reisendorf, ha dicho que no discutir¨¢ el futuro de su equipo "hasta la gala de final de temporada". Reisendorf es un excelente jugador de p¨®quer. Fr¨ªo y calculador. Se niega a ofrecer la renovaci¨®n a su t¨¦cnico Phil Jackson, mientras ofrece su lealtad a Krause -un individuo con una personalidad extremadamente compleja- .Krause no ha tenido nunca reparos en indicar que mantiene "diferencias conceptuales muy serias" con su entrenador. De hecho, se sabe que ha cortejado al entrenador de la Universidad de lowa State, Tirn Floyd como posible sustituto de Jackson.
Jordan, por otro lado, se mantiene leal a Jackson y dice que si el entrenador no vuelve al banquillo la pr¨®xima temporada, tampoco volver¨¢ ¨¦l. "No voy de farol", le dijo a Reisendorf hace s¨®lo unos d¨ªas. Si Jordan no vuelve a jugar, muy probablemente Pippen -que tiene a¨²n una temporada m¨¢s de contrato con los Bulls- tampoco volver¨¢.
En alg¨²n lugar de esta historia, Dennis Rodman sigue creando su propia leyenda. Pero en este caso parece haber m¨¢s certezas: "el Gusano" no jugar¨¢ en Chicago la pr¨®xima temporada, ocurra lo que ocurra.
Jordan ha se?alado, con toda claridad, que desea volver a jugar en los Bulls la temporada pr¨®xima. Sin embargo, el profeta de Chicago ha condicionado su retomo a la presencia en el banco de Phil Jackson y a poder seguir corriendo el contraataque con Scottie Pippen. Una cosa parece cierta: Jordan est¨¢, todav¨ªa, motivado por la posible consecuci¨®n de un sexo campeonato. La sensaci¨®n general es que Jordan nunca jugar¨ªa para Tim Floyd ni puede que para ning¨²n otro.
Otras fuentes se?alan que Jordan (un hombre financieramente pragm¨¢tico) aceptar¨ªa un contrato por valor (le 5.000 millones de pesetas la pr¨®xima temporada y la posibilidad de elegir un entrenador a su gusto.
La otra superestrella de los Bulls, Scottie Pippen, ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os. Ya no tiene celos de Jordan y su queja, constante, de vivir a la sombra de Jordan ha desaparecido.
Pippen y Jordan son grandes amigos ahora. En ese tipo de intercambio de regalos s¨®lo al alcance de los muy ricos, dicen que Pippen regal¨® a Jordan un par de valios¨ªsimos pendientes de oro y diamantes. Michael se sinti¨® tan conmovido que intercambi¨® uno de sus Ferrari por el Porsche de Scottie.
Ambos acuden a las conferencias de prensa juntos -algo que Jordan nunca permit¨ªa anteriormente- y se han convertido en amigos inseparables. Pero, a pesar de todo, el futuro de Pippen en los Bulls parece tan oscuro como el de Jordan. El alero est¨¢, tambi¨¦n, muy unido a Jackson, lo que supondr¨ªa que cualquier decisi¨®n negativa relacionada con el t¨¦cnico podr¨ªa significar su marcha inmediata de Chicago. De hecho, en los ¨²ltimos d¨ªas, se han incrementado los rumores sobre un traspaso inminente de Pippen a Filadelfia.
?Querr¨¢ pasar Jerry Reisendorf a la historia del baloncesto como el hombre que provoc¨® la retirada del atleta m¨¢s grande del momento? Puede que no. Pero lo cierto es que Reisendorf es un hombre de negocios muy firme y muy particular. Podr¨ªa ceder ante las peticiones econ¨®micas de Jordan y Pippen, pero no es muy probable que mantenga a Phil Jackson. De hecho,. el entrenador tiene una cl¨¢usula en su contrato vigente bastante sorprendente: puede hablar, durante los play-offs, con el equipo que desee. Esa cl¨¢usula la incluy¨® el propio Reisendorf en la negociaci¨®n del verano pasado. No es un buen s¨ªntoma. Porque podr¨ªamos ver descomponerse a un equipo que ser¨¢, pase lo que pase, legendario.
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