Los expertos relacionan la 'comida basura' con la falta de atenci¨®n e hiperactividad infantil
El s¨ªndrome de d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad afecta ya al 2% de los ni?os espa?oles, el 15% de los cuales son expulsados del colegio, seg¨²n explic¨® el, pasado viernes el jefe del servicio de Neuropediatr¨ªa del hospital La Fe de Valencia, Fernando Mulas.Caracterizada por un inadecuado desarrollo en la maduraci¨®n, que se refleja en una marcada impulsividad, la enfermedad comienza a los cuatro o cinco a?os, aunque se manifiesta m¨¢s tarde. Se trata de un problema cr¨®nico de dif¨ªcil curaci¨®n que precisa tratamiento m¨¦dico y psicopedag¨®gico.Los ni?os hipercin¨¦ticos no suelen controlar sus actos ni toleran la frustraci¨®n; pasan constantemente de una actividad a otra "como si tuvieran un motor", lo que produce una sensaci¨®n de impaciencia y desasosiego en su entorno socio-familiar.
"La primera reacci¨®n de los padres es recurrir a la bofetada, pues piensan que el ni?o les est¨¢ tomando el pelo", se?ala Mulas.
El problema es que ellos no son culpables de los enormes problemas que causan, pues est¨¢ demostrado que existe una base neurobiol¨®gica en su enfermedad -parece que un Fallo inhibitorio en la corteza cerebral o una hiperfunci¨®n del sistema reticular estar¨ªan en el origen de esta patolog¨ªa-.
El doctor Mulas, coordinador del simposio que se celebr¨® el viernes en Valencia sobre este s¨ªdrome, no descarta que la comida basura sea uno de los factores que inciden en la hiperactividad -por sus escasos nutrientes- y aconseja a los padres que se pongan en contacto con el psic¨®logo si perciben en sus hijos alguno de estos signos:
Si tiene dificultad para permanecer sentado cuando debe estarlo, si juega a menudo con sus pies y manos o se retuerce en el asiento, si habla excesivamente y tiene dificultad para jugar tranquilamente o cambia con frecuencia de una actividad a otra.
Normalmente les cuesta seguir las instrucciones de otra persona (su fracaso escolar es alto) y se distraen f¨¢cilmente por est¨ªmulos externos. Parecen no escuchar lo que se les est¨¢ diciendo y se mete en actividades f¨ªsicamente peligrosas sin tener en cuenta sus consecuencias (cruzar la calle sin mirar). No saben esperar turno en los juegos de grupo y tienen obsesi¨®n por ser siempre los primeros de la cola.
No hay otra terapia posible para este trastorno infantil que no sea la multidisciplinar, que debe incluir psicoestimulantes en peque?as dosis para aumentar la concentraci¨®n.
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