La liturgia del 'petardeo'
Paco Clavel y sus amigos muestran en la exposici¨®n 'Glam zelestial' su hilarante visi¨®n de la religi¨®n cat¨®lica
El cielo, c¨®mo no, es de un intenso color rosa. Y no s¨®lo eso: entre sus moradores se encuentran divinidades tan inesperadas como la Virgen Tanqueta, sosias confesa de nuestra Massiel; Nuestra Se?ora del Ba¨²l de los Recuerdos, fianqueada por Heidi y de viv¨ªsimo parecido con Karina, y las cabecitas aladas del conde Lecquio o de la princesa Estefan¨ªa. Son algunos de los beat¨ªficos personajes de Glam zelestial, el ¨²ltimo y a¨²n m¨¢s disparatado desvar¨ªo de Paco Clavel, David Glamour y su nutrida n¨®mina de amigotes adscritos a la primera l¨ªnea del petardeo patrio. La exposici¨®n permanecer¨¢ abierta en la sala Minerva del C¨ªrculo de Bellas Artes hasta el pr¨®ximo d¨ªa 22, antes de salir de gira por media Espa?a.La noche del viernes, en la presentaci¨®n, el artista m¨¢s iconoclasta y killer-gIam del pa¨ªs estaba en su salsa. Ataviado de gorro negro, gafas esmeralda, u?as de colores, tacones estrepitosos y cazadora incalificable, Paco no dej¨® ni un solo momento de repartir besos entre la parroquia. Chicos monos, diosas de purpurina, bellezas perfectamente ambiguas, hombretones de aro en la oreja y mirada de r¨ªmel y una congregaci¨®n de hare krishnas de perseverancia quiz¨¢ sobrenatural en su salmodia.
El ¨²nico contrapunto demoniaco en este para¨ªso de lo kitsch lo pon¨ªan los camareros, diablillos cachas de sonrisa f¨¢cil que aparecieron tocados con atuendos luciferinos.
La idea del Glam zelestial naci¨®, cuenta Clavel, en una lejana noche de verano. "Tuve una visi¨®n celestial que me avis¨® de que montara la exposici¨®n con mis amigos", proclam¨®, muy solemne, el pap¨¢ del cutrelux. Eran los tiempos de esplendor de la religi¨®n en versi¨®n celtib¨¦rica, p¨ªa, melindrosa y algo gazmo?a, y da la impresi¨®n de que Paco y su troupe se han tomado cumplida venganza. Clavel: "Mi caso es el de tantos otros ni?os que sufrieron una f¨¦rrea educaci¨®n cat¨®lica. Pero un d¨ªa te rebelas y te vuelves lo peor: ?un mariinfierno!".
La alternativa lit¨²rgica kitsch es, desde luego, infinitamente m¨¢s colorista que el original vaticano, aunque su contenido puede dar pie a reacciones muy distintas. Diego Romero, por ejemplo, aporta a la colecci¨®n una Virgen salpicada de preservativos y de dos pl¨¢tanos con los colores de la bandera de Espa?a; en el Glam zelestial, de Javier Furia, una figura de la Capilla Sixtina sostiene un miembro merecedor del t¨ªtulo de la obra; David Glamour presenta, en intenso amarillo y lila, su Sor Citroen es un gay atrapado en un cuerpo de mujer; Vampirella le dedica un altar cat¨®dico al Santo Padre Mundina, y Carmen Santonja, mitad de Vainica Doble, se marca un Asalto al Cristo de los caramelos, en el que unos soldaditos tratan de despojar a Jes¨²s de su bot¨ªn de gominolas de colores.
?Irreverente? "Todo esto no deja de ser una llamada nada irrespetuosa a las fuerzas de arriba", proclam¨® una de las expositoras, Julia Vivar.
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