La libertad cant¨® en el Parlamento
Gonz¨¢lez y Anguita no acudieron a la conmemoraci¨®n en el Congreso del 20? aniversario de las primeras elecciones de la democracia
Ni una palabra oficial. S¨®lo m¨²sica. Eso s¨ª, cantada, como conven¨ªa al hemiciclo del Congreso donde se celebr¨® el 20? aniversario de las primeras elecciones generales democr¨¢ticas del 15 de junio de 1977. Ni siquiera el escenario se modific¨®. El Orfe¨®n Donostiarra simbolizaba al pueblo, encaramado en la tribuna donde se asienta la soberan¨ªa popular para cantar la alegr¨ªa del aniversario. La ausencia del l¨ªder socialista, Felipe Gonz¨¢lez, y del de Izquierda Unida, Julio Anguita, fueron las ¨²nicas notas manifiestamente disonantes del concierto.Adolfo Su¨¢rez, que encabez¨® la marcha hist¨®rica de nuestro pa¨ªs hacia la democracia, acudi¨® al Congreso pero no quiso hablar. Se limit¨® -dijo- a enjugarse una l¨¢grima emocionada cuando son¨® Libertad sin ira. Quiz¨¢ bastaba con su presencia como s¨ªntesis simb¨®lica de todo lo ocurrido a partir de entonces. Leopoldo Calvo Sotelo tambi¨¦n estuvo. En lugar preferente s¨®lo tres autoridades: el presidente del Congreso, Federico Trillo; el del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el del Senado, Javier Barrero.
Diputados y senadores de todas las legislaturas se dieron cita en el Congreso, junto a ex ministros y ex presidentes de todas las altas instituciones del Estado. En el programa musical, aparentemente as¨¦ptico, pod¨ªa rastrearse, en opini¨®n de alg¨²n diputado, una sobrecarga nacionalista, especialmente vasca, que otros justificaron por el simple hecho de que fuese el Orfe¨®n Donostiarra quien cantase. Pero algunos se empe?aron en subrayar el sesgo que pudiera adivinarse. El senador peneuvista en la primera legislatura, Santiago Aizarna permaneci¨® de pie mientras sonaba el Gernikako arbola, un himno de tanta resonancia emotiva para cualquier vasco.
Hubo tambi¨¦n sones de Asturias, Galicia, Murcia y Catalu?a. La m¨²sica de ambas Castillas, Extremadura, Andaluc¨ªa, ah¨ª por donde algunos sit¨²an la Espa?a profunda, no son¨® en el Congreso.
Adem¨¢s de m¨²sica hubo estruendosos abrazos porque algunos se reencontraban despu¨¦s de mucho tiempo. Lo cierto es que los l¨ªderes nacionalistas propiciaron un gesto pol¨ªtico de indudable entidad al acudir a Madrid para celebrar los 20 a?os de democracia que van vividos. Estuvo Xabier Arzalluz, presidente del PNV; falt¨® Ardanza, que est¨¢ de viaje en M¨¦xico; acudi¨® Jordi Pujol -se ech¨® en falta a Miquel Roca, que fuera emblema del catalanismo en Madrid durante tantas legislaturas-, y estuvo Manuel Fraga, que capitanea hoy Galicia.
Muchas ausencias de diputados y senadores se explican por el simple hecho de haberse hecho la conmemoraci¨®n en domingo y, en definitiva, pasaron desapercibidas. No as¨ª las de Gonz¨¢lez y Anguita.
Entre los socialistas, unos mostraban desconcierto y otros indiferencia tratando de restar cualquier significaci¨®n a la no comparecencia de su l¨ªder. Al menos tuvo la cortes¨ªa de guardar silencio.
Anguita, no. Seg¨²n dijo por la ma?ana a Europa Press: hablar de democracia sin que, en su opini¨®n, exista justicia social "no es m¨¢s que un camelo". Por si no bastaba el exabrupto en una jornada que se quiso apol¨ªtica complet¨® el razonamiento criticando "los montajes que se hacen en estas ocasiones porque tienen un aire hiperb¨®lico y desmesurado".
Dentro del hemiciclo todo fue Fiesta. El Orfe¨®n Donostiarra cant¨® la canci¨®n s¨ªmbolo de las elecciones de 1977: Libertad sin ira y los asistentes la corearon con palmas. Como los taqu¨ªgrafos no eran necesarios, el lugar de su mesa habitual estuvo ocupado por un gran piano de cola. Plano y coro acallaron sin remedio hasta el m¨¢s lejano atisbo de crispaci¨®n. A lo mejor tanta m¨²sica y de tanta calidad sirva para explicar que en la celebraci¨®n institucional del 20 aniversario de un acontecimiento hist¨®rico -quiz¨¢s, incluso, de inter¨¦s general- no se escuchase ni el eco del himno nacional.
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