Se desvanece el plan para castigar a los agricultores franceses

La bater¨ªa de propuestas para dotar a la Comisi¨®n Europea de una capacidad sancionadora, como consecuencia de la indignaci¨®n suscitada por los ataques impunes de los agricultores franceses contra productos espa?oles, se ha desvanecido con la misma facilidad con que el tema ha desaparecido de las primeras p¨¢ginas de los diarios y los informativos de radio y televisi¨®n. La propuesta del comisario italiano Mario Monti, apoyada por el espa?ol Marcelino Oreja, no ha entrado en la ¨²ltima versi¨®n del tratado por falta de apoyo entre los Estados comunitarios, reacios siempre a conceder m¨¢s poderes a la Comisi¨®n.Espa?a, al ser la principal v¨ªctima de unos ataques que se repiten a?o tras a?o, moviliz¨® a sus ministros, y tanto el de Exteriores, Abel Matutes, y sobre todo la de Agricultura, Loyola de Palacio, se expresaron en t¨¦rminos inequ¨ªvocos. De Palacio lleg¨® a pedir el veto espa?ol a la reforma del tratado si no se recog¨ªa ese cambio. No todo el mundo, incluso en Espa?a, estaba de acuerdo con dotar de mayores poderes a la Comisi¨®n, y se recordaba que, en caso de prosperar la iniciativa, la Comisi¨®n podr¨ªa sancionar al Estado espa?ol si no permit¨ªa la circulaci¨®n de los descodificadores que ya se venden en toda Europa, sin esperar a la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.

En el fondo de esta pol¨¦mica late una sorda lucha por el poder en la futura Europa, que se ventila soterradamente en esta cumbre. Y la lucha m¨¢s dura se centra en tomar decisiones que afectan directamente a los presupuestos de los Estados miembros, o a sus pol¨ªticas fiscales, de seguridad social, empleo o fondos estructurales; en el debate sobre el futuro n¨²mero de votos que debe tener cada pa¨ªs con vistas a la ampliaci¨®n, y en la necesidad de abandonar la unanimidad y pasar a la mayor¨ªa cualificada en el proceso de adopci¨®n de decisiones para avanzar sin que un par de pa¨ªses lo frenen todo.