"?Me compra una flor?"
En el 15 aniversario de la derrota, los veteranos de las Malvinas envidian el 'glamour' de los del Vietnam
Tales son el garbo y la hermosura de la capitana Kate Jackson, y tan limitado el est¨ªmulo carnal disponible en las Malvinas, que los isle?os menesterosos la llaman la bomba rubia, y se relamen al paso. Kate, 25 a?os, es de Sheffied, integra el cuerpo de Ingenieros Reales y se ocupa en la desactivaci¨®n de las 15.000 minas antipersonal y otras tantas contra carros de combate a¨²n sembradas en la turba del archipi¨¦lago reclamado por Argentina. A los 15 a?os de su invasi¨®n por la ¨²ltima dictadura militar gaucha, aquella guerra perdida el 14 de junio de 1982 todav¨ªa levanta ronchas. Nada se consigui¨® entonces y nada sustancial ha obtenido en democracia la diplomacia de la seducci¨®n emprendida por el Gobierno de Carlos Menem. Al igual que los anteriores Gabinetes, la nueva Administraci¨®n laborista en Londres se cierra en banda, y remite a la voluntad de los 2.000 kelpers (habitantes de las islas). Recuperar la soberan¨ªa es hoy una posibilidad muy remota.Voluntarista siempre, Menem insisti¨® el jueves en una fecha gloriosa durante la inauguraci¨®n de las obras del nuevo aeropuerto internacional de Ushuaia, a 2.300 kil¨®metros al sur de Buenos Aires, que fue bautizado con el nombre de Islas Malvinas. "Desde aqu¨ª va a salir la comitiva argentina que va a poner nuestra bandera en las islas Malvinas antes del nuevo siglo por el camino de la paz y el di¨¢logo", prometi¨®. "Cosas de presidente", precisan en su entorno. En el 15 aniversario de la cat¨¢strofe, se escuchan tambi¨¦n otras reflexiones: recuerdos sobre comportamientos en campa?a heroicos, muchos, o cobardes, discursos de circunstancias y reafirmaciones patri¨®ticas tan amargas con los testimonios de posguerra de los argentinos que sufrieron las consecuencias de la baladronada de una dictadura que promovi¨® aquella pueblada para mantenerse en pie (1976-1983).
Desde entonces se han suicidado 240 sobrevivierites, y muchos necesitan todav¨ªa ayuda psicol¨®gica. Un ex combatiente mendigaba estos d¨ªas en la plaza porte?a Vicente L¨®pez. Se acerc¨® a este corresponsal en un caf¨¦. "Me compra una flor, soy veterano de las Malvinas". "?Tan jodido est¨¢s?". "Pues s¨ª, se?or. Ya me ve". Graciela Speranza, coautora con Fernando Cittadini de Partes de Guerra, abunda sobre este abandono cuando dice que un veterano de la guerra de Vietnam tiene el glamour cinematogr¨¢fico de Jon Voight o Robert de Niro, y un veterano de Malvinas "es un muchacho de chaqueta militar ra¨ªda, vende peri¨®dicos y tiene 30 segundos alg¨²n 10 de junio para apretar su recuerdo en los homenajes de rigor por televisi¨®n". M¨¢s de 10.000 j¨®venes argentinos sin la preparaci¨®n suficiente para aquella empresa participaron en la invasi¨®n del 2 de abril. El d¨ªa 21 del mes siguiente, los brit¨¢nicos desembarcan en la bah¨ªa de San Carlos, unos 3.000 militares profesionales, con los pertrechos adecuados; sus naves y aviaci¨®n hostigaron sin tregua a los atrincherados, y el 14 de junio se rinde el gobernador militar, Benjam¨ªn Men¨¦ndez.
Desde que en 1990, en el arranque del primer Gobierno de Menem, se reanudasen las relaciones diplom¨¢ticas con Londres, las relaciones econ¨®micas entre los dos pa¨ªses prosperan y se firman acuerdos y negocios. Todo se intent¨® con urbanidad y paciencia para abordar la soberan¨ªa de las Malvinas sin apenas resultados: desde la pol¨ªtica de alineamiento incondicional con Estados Unidos para facilitar el acercamiento al Reino Unido hasta el ofrecimiento de 700.000 d¨®lares a un mill¨®n de d¨®lares (146 millones de pesetas) a cada isle?o. La seducci¨®n incluy¨® la felicitaci¨®n navide?a del fino ministro de Asuntos Exteriores, Guido di Tella, a todos los malvinenses, y el env¨ªo a 600 de ellos de un v¨ªdeo sobre Ping¨¹i. "Yo no s¨¦ si usted tiene hijos chicos o nietos. Si los tiene espero que disfrute del v¨ªdeo. Trata de las aventuras de un dulce y emprendedor ping¨¹ino". La felicitaci¨®n caus¨® alg¨²n sarcasmo en Buenos Aires y probablemente la indiferencia de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n del archipi¨¦lago. La zanahoria del d¨®lar levant¨® una marejadilla en el Atl¨¢ntico sur, pues resquebraj¨® el patriotismo de un bloque de ovejeros, seg¨²n las averiguaciones de la encuestadora brit¨¢nica Mori, pagada por Argentina: el 26% de los lugare?os consider¨® positivamente la oferta del mill¨®n. "Nos nos olvidemos que Alaska fue comprada a los rusos", defendi¨® Menem.
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