Polanco: "Intentan limitar nuestra independencia"
"Aspiramos a poder trabajar en libertad desde el m¨¢s escrupuloso respeto de la legalidad"
Jes¨²s de Polanco puso ayer de re lieve, ante la junta de accionistas de PRISA, los resultados alcanzados y pronunci¨® un discurso del que publicamos un amplio extracto."M¨²ltiples han sido y son los problemas y obst¨¢culos a los que tenemos que hacer frente. El origen de ellos no hay que buscarlo en la competencia que se deriva de las condiciones propias de una econom¨ªa de mercado, abierta y que opera . en libertad. Las trabas han venido impuestas desde fuera, y tratan de impedir el libre desarrollo de nuestras actividades empresariales y de limitar nuestra libertad y nuestra independencia a la hora de informar. Con demasiada frecuencia en estos meses la arbitrariedad ha ocupado el lugar de las reglas y normas necesarias para estructurar de manera equilibrada y con orden la actividad de los medios de comunicaci¨®n. A menudo, muy a nuestro pesar, el di¨¢logo ha sido sustituido por la agresi¨®n y el atropello.He querido esperar a la celebraci¨®n de esta junta para exponer ante ustedes, como accionistas de PRISA, mis opiniones y mis propios puntos de vista sobre esta cuesti¨®n. Hace doce meses nadie pod¨ªa anticipar algunos de los acontecimientos que luego hemos conocido. Todav¨ªa hoy muchos de ellos resultan inexplicables y dif¨ªciles de entender desde el sentido com¨²n y la racionalidad. Cuando celebramos nuestra anterior junta general estaba en todo su fragor la denominada guerra del f¨²tbol. El conflicto es sencillo en su descripci¨®n: los clubes decidieron romper la disciplina de la Liga y comenzaron a comercializar individualmente los derechos de emisi¨®n de sus partidos. Se, desat¨® una competencia formidable, casi cainita. Al final del proceso, tres grupos de comunicaci¨®n -Antena 3 TV, TV-3 de Catalu?a y Sogecablenos repart¨ªamos dichos derechos.Otras televisiones auton¨®micas, como la vasca, la gallega y la valenciana, tambi¨¦n participaban de ellos. La conclusi¨®n era bien simple: no se pod¨ªa llegar a una explotaci¨®n racional de los mismos si no se llegaba. a un acuerdo.
Desde todas partes, y de manera muy especial desde el Gobierno, se alzaban voces abogando por la necesidad de alcanzar un pacto que pusiera fin, de paso, a las tensiones entre operadores de televisi¨®n y grupos de comunicaci¨®n, que amenazaban con extenderse a otros sectores sociales e incluso afectar a la vida pol¨ªtica. Sospech¨¢bamos por nuestra parte, y los hechos se encargaron de damos la raz¨®n, que desde el poder se hab¨ªa creado y alimentado artificialmente un conflicto para perjudicar los intereses de Canal + y del Grupo PRISA. Pens¨¢bamos,en cualquier caso, que era imprescindible llegar a ese acuerdo 37 superar una situaci¨®n que se quer¨ªa presentar sin salida. En funci¨®n de ello, el 24 de diciembre, despu¨¦s de largu¨ªsimas y muy intensas negociaciones, suscrib¨ªamos un documento con Antena 3 TV y con Televisi¨®n de Catalu?a, TV-3, por el que se sellaba la paz y se permit¨ªa hasta el a?o 2003 la explotaci¨®n ordenada de los derechos de retransmisi¨®n por televisi¨®n de los partidos de f¨²tbol de la Liga profesional y la Copa del Rey. Lo que- era una buena noticia para todos fue recibida por algunos como un desaf¨ªo a la autoridad del Gobierno. Incomprensiblemente, un acuerdo entre empresas era interpretado como un reto pol¨ªtico y aun como una conspiraci¨®n. En funci¨®n de esa interpretaci¨®n interesada y falsa se ha venido actuando a lo largo de estos ¨²ltimos seis meses. Al d¨ªa siguiente del acto de presentaci¨®n p¨²blica de Canal Sat¨¦lite Digital, el Consejo de Ministros aprobaba un decreto-ley sobre televisi¨®n digital v¨ªa sat¨¦lite. En ¨¦l, so pretexto de la transposici¨®n de una directiva de la Uni¨®n Europea, se produc¨ªa una desmedida intromisi¨®n que culminar¨ªa con los intentos de prohibir la utilizaci¨®n del equipo tecnol¨®gico, del descodificador que con plenas garant¨ªas legales y t¨¦cnicas se utiliza en otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. El Gobierno adoptaba de esta forma una posici¨®n en abierta contradicci¨®n con la libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas, con el Tratado de Roma y con las directivas de la Comisi¨®n Europea. Se legislaba contra nosotros para beneficiar directamente a nuestros competidores, aliados del Gobierno. Hemos incoado las denuncias oportunas e interpuesto los recursos jur¨ªdicos al respecto, y estamos seguros de que los tribunales nos dar¨¢n la raz¨®n. Semanas m¨¢s tarde, en ese mismo clima, se daba una vuelta de tuerca m¨¢s. A partir de un informe solicitado por un secretario de Estado, seg¨²n hemos conocido despu¨¦s por las diligencias del sumario, se publicaron un par de art¨ªculos en la prensa que sirvieron de base para presentar ante la Audiencia Nacional una denuncia y una querella, en nombre de la acci¨®n popular, contra el Consejo de Administraci¨®n de Sogecable. Las ¨²nicas pruebas que se adjuntaban eran los susodichos art¨ªculos, y llam¨® a todos la atenci¨®n la celeridad con que se tramitaron las primeras diligencias. Con un procedimiento infundado y salpicado de incidentes, se pretende te?ir de delictiva nuestra actividad empresarial, sembrar la confusi¨®n y quebrar la confianza en nuestras empresas.
Algunos medios de la competencia, en una carrera de sensacionalismo memorable, han azuzado este intento de criminalizar a la c¨²pula directiva de esta casa, de la que se ha llegado a publicar que pretend¨ªa huir de Espa?a. Y todav¨ªa hoy,- pese a los numerosos informes que existen sobre la limpieza de nuestro proceder, no se han archivado las actuaciones y algunos consejeros de PRISA y otros socios nuestros est¨¢n sometidos a medidas cautelares.Por si todo ello no fuera suficiente, el Gobierno ha decidido promover un proyecto de ley, tramitado en el Parlamento con car¨¢cter de urgencia, sobre las retransmisiones deportivas, expresamente dirigido a expropiar a Canal Sat¨¦lite Digital los derechos de retransmisi¨®n del f¨²tbol en pago por visi¨®n. Forzando mayor¨ªas parlamentarias que atentan contra la
propia estabilidad pol¨ªtica de la legislatura, se ha sacado adelante una norma que contiene claros elementos de inaplicabilidad y aspectos que la hacen contrar¨ªa al esp¨ªritu y la letra de nuestra Constituci¨®n.
Repito que, en defensa de nuestros derechos, acudiremos ante todas las instancias que nuestro ordenamiento y nuestra condici¨®n de Estado miembro de la Uni¨®n Europea nos permita. Pero no deseamos la confrontaci¨®n con nadie. Nuestra actividad es estrictamente empresarial y no pretendemos echar pulsos de ning¨²n g¨¦nero. Nuestro prop¨®sito es dialogar y buscar el entendimiento como siempre hemos hecho. Aspiramos a poder trabajar en libertad desde el m¨¢s escrupuloso respeto de la legalidad. Nuestra mano ha estado y est¨¢ tendida.
Es preciso entender que no estamos s¨®lo ante una sucesi¨®n de acciones premeditadas contra un grupo de comunicaci¨®n. No es cuesti¨®n de singularizar, ni mucho menos de personalizar. Lo ocurrido en el ¨²ltimo a?o es un ataque contra la libertad de empresa en general y un intento de recortar nuestra libertad de informaci¨®n. Callar ahora, o limitamos de manera miope a buscar una salida para nuestros intereses, nos conducir¨ªa con seguridad a lamentarlo ma?ana. As¨ª lo han comprendido los consejos de administraci¨®n y los trabajadores de nuestras empresas, que han hecho p¨²blicas sus protestas por la situaci¨®n creada. E igualmente son incontables los lectores y amigos de todo g¨¦nero que se han acercado a nosotros para mostramos su solidaridad, expresada tambi¨¦n por la Asociaci¨®n de Editores de Diarios y por numerosos colegas nacionales y extranjeros. En este sentido, he de agradecer expresamente el manifiesto con firmas de varios cientos de intelectuales que public¨® EL PA?S en apoyo nuestro y ante la virulencia del acoso.
Naci¨® EL PA?S hace m¨¢s de veinte a?os, en dif¨ªciles condiciones de competencia, y en competencia hemos desarrollado todos estos a?os la actividad de nuestras empresas. Desde una posici¨®n cr¨ªtica e independiente hemos convivido durante m¨¢s de dos d¨¦cadas con Gobiernos y aun con reg¨ªmenes de distinto signo. No estamos alineados con ning¨²n partido pol¨ªtico, con ninguna opci¨®n, cualquiera que sea el precio que ello comporte. Tener una actitud diferente supondr¨ªa abdicar de nuestra raz¨®n fundacional.La independencia es nuestro principal activo. Un patrimonio que no nos pertenece en exclusiva a unos pocos: no es s¨®lo de ustedes, se?oras y se?ores accionistas, ni de los trabajadores o periodistas de nuestras empresas. Pertenece a todos
esos millones de ciudadanos que cada d¨ªa se dan cita con nuestros medios y nos alientan con su apoyo. Nuestra solidez econ¨®mica y la solvencia profesional de las mujeres y hombres que trabajan en nuestras empresas son la garant¨ªa de calidad de unos medios que queremos continuar mejorando.
PRISA es un grupo de comunicaci¨®n rentable, fuerte, competitivo y respetado por su trabajo. Y queremos que lo contin¨²e siendo en el futuro. Para ello contamos con su respaldo y con la confianza y el est¨ªmulo de millones de ciudadanos. De ustedes y de ellos necesitamos. A ustedes y a todos ellos, muchas gracias".
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