Nosotros los pobres
A veces me olvido de que soy pobre.Mi mujer est¨¢ embarazada de doce semanas y a¨²n no hemos conseguido que la Seguridad Social, o en su defecto el m¨¦dico, le haga su primera ecograf¨ªa.
Es 27 de mayo de 1997; los ordenadores equivocan la fecha y, citando la matrona el d¨ªa 27, el ordenador decide el 5 de junio.
-?Estos ordenadores! -dice el m¨¦dico.
Lo dice con propiedad, como lo dicen los m¨¦dicos, sentados, gui?ando un ojo al enfermero y con el otro al reloj, sin trabajo aparente y, en definitiva, sin nadie a quien atender.
-Estos ordenadores... -repite m¨¢s sosegado mientras mueve la cabeza.
El caso es que no nos atiende, aunque no tiene a nadie en la consulta (se nos olvida que somos pobres). ?El ordenador dice 5 de junio aunque la matrona ponga 27 de mayo! ?Buenos d¨ªas!
-A los ordenadores, como a los ni?os peque?os, se les echa la culpa de todo. ?Qu¨¦ bien vienen! -le digo a mi mujer.
Lo que no le digo es que somos pobres, muy pobres, pobres de la Seguridad Social. Y a m¨ª me viene la memoria hist¨®rica de mi primer reto?o, que tuve el valor de tenerlo (no es cierto: el valor lo tuvo mi mujer) en el hospital Provincial de Valencia (donde nos mandan) en viernes, y, por tanto, en fin de semana.
Nosotros, los pobres, para que nos atiendan, tenemos que tener los ni?os de martes a jueves; si no, mal asunto, pues el m¨¦dico de guardia, con tanto trabajo, no da abasto, con su consulta privada, su funcionaria paridera, su rica hacendada, en aquello que parece un hospital pero se llama cl¨ªnica, y que, en definitiva, es un cuco y peque?o hotelito con habitaciones individuales. Ay, qu¨¦ gracia.
Mi mujer, que entr¨® a las siete de la ma?ana de un vienes, tuvo a mi hijo en s¨¢bado, a las once de la noche. A mi mujer le retuvieron el parto porque el toc¨®logo de guardia estaba de parto, de parto privado. A mi mujer le retuviron el parto, el parto p¨²blico, el parto de todos los espa?oles..., bueno, de todos los espa?oles pobres.
Una vez me atrev¨ª a ir de pago. El ginec¨®logo, con su ecograf¨ªa, sonre¨ªa deliberadamente mientras nos ped¨ªa 6.000 pesetas; sin factura, pero, eso s¨ª, sin IVA. Rezo, como creyente, por mi familia, y rezo para que mi hijo no nazca en d¨ªa de rico.-
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