?Se ir¨¢n al paro los antifelipistas?
En abril de 1990, dos meses despu¨¦s de uncir su destino al de Guerra -dos por uno- Felipe Gonz¨¢lez visitaba por ¨²ltima vez a Fernando Claud¨ªn, ya gravemente enfermo. Al despedirse le dijo estas palabras: "Aunque ¨¦stos no se lo crean, yo tambi¨¦n voy a hacer mi perestroika". Lo dijo frente al escepticismo expresado por quienes le acompa?aban: un periodista y el entonces ministro de Cultura, Jorge Sempr¨²n, que 26 a?os atr¨¢s hab¨ªa sido expulsado del Partido Comunista, junto con el propio Claud¨ªn y ese periodista, por haber propuesto una cierta renovaci¨®n de la formaci¨®n que dirig¨ªa Carrillo. Gonz¨¢lez ha necesitado siete a?os para decidirse a dar el paso decisivo de esa perestroika, y el retraso ha hecho que para darlo tenga que marcharse ¨¦l mismo.Para la muchachada antifelipista no hay duda de que se trata de una falsa marcha: una retirada aparente. La cosa, sin embargo, no est¨¢ tan clara. De momento, el propio Gonz¨¢lez ha descartado la salida f¨¢cil de seguir dirigiendo el cotarro a la manera Deng: sustituyendo a Rubial como presidente. Pero no se sabe si renuncia tambi¨¦n a ser candidato electoral en el futuro. Chaves piensa que s¨ª, invocando anteriores declaraciones de Gonz¨¢lez sobre su identificaci¨®n en ese punto con Santesmases. Sin embargo, de su discurso del Viernes m¨¢s bien se deduce que quiso dejar abierta esa posibilidad. El objetivo que se marc¨® de "desmontar la trama" -la conspiraci¨®n que cree ver detr¨¢s de su derrota electoral- tendr¨ªa su culminaci¨®n natural en un regreso al poder que reivindicase su buen nombre. Como hizo Papandreu.
Lo de la trama promete ser emocionante a juzgar por el adelanto que ofreci¨® semanas atr¨¢s: que el abogado de Amedo y el hoy vicepresidente ?lvarez Cascos se entrevistasen en presencia del director de El Mundo cuando ¨¦ste negociaba con el ex polic¨ªa sus confesiones a ese peri¨®dico y al juez Garz¨®n no es, por m¨¢s que se empe?e el anfitri¨®n, un detalle sin importancia. ?Hay m¨¢s encuentros de ese tipo que conoce Gonz¨¢lez? Lo de los jueces descerebrados ?se le escap¨® o era otra pista sobre los participantes en esa trama? En un momento de su discurso relacion¨® la lucha antiterrorista con la necesidad de acabar con los movimientos involucionistas. Al hacerlo ?estaba esbozando por fin alguna explicaci¨®n pol¨ªtica sobre los GAL? Gonz¨¢lez estableci¨® como l¨ªmites temporales de la relaci¨®n entre guerra sucia e involucionismo al periodo que va de la muerte de Franco a la desaparici¨®n de los GAL en 1986. ?Estaba se?alando una, continuidad entre el terrorismo de Estado antes y despu¨¦s de la llegada de los socialistas al poder?
No es la primera vez que Gonz¨¢lez sorprende con un giro inesperado, aunque no siempre ha acertado al darlo. Ahora reconoce impl¨ªcitamente que se equivoc¨® al comprometer "dos por el precio de uno" en febrero de 1990, pero no consta que haya admitido lo mismo respecto al fichaje de Garz¨®n como n¨²mero dos de su candidatura. Por el contrario, acert¨® al renunciar al marxismo con diez a?os de adelanto a la ca¨ªda del Muro, y tambi¨¦n al optar por una estrategia aut¨®noma, socialista, contra la moda de la Uni¨®n de la Izquierda -de alianza con los comunistas- que llegaba de Francia. Ahora parece haber cambiado sobre esto. Habl¨® de los 12 millones de votos que suman PSOE e IU y llam¨® a superar la divisi¨®n que impide gobernar a esa mayor¨ªa. En otros pa¨ªses, la socialdemocratizaci¨®n de los antiguos partidos comunistas ha permitido forjar alianzas amplias de centroizquierda con su participaci¨®n. Tal vez la salida de Gonz¨¢lez facilite ahora una estrategia de ese tipo en Espa?a.
El problema es que ello implicar¨ªa tambi¨¦n la salida de Anguita, y no parece que el coordinador general est¨¦ dispuesto a dejarse renovar: el mismo viernes se hac¨ªa p¨²blico el borrador de manifiesto de IU, en el que se rechaza cualquier colaboraci¨®n con los socialistas por su "degeneraci¨®n y corrupci¨®n". Es curioso que quienes con m¨¢s af¨¢n exig¨ªan la dimisi¨®n de Gonz¨¢lez parecen ahora los m¨¢s disgustados con su salida voluntaria. Bastaba ver la cara del portavoz del Gobierno en su comparecencia posterior al Consejo de Ministros. Y no s¨®lo Anguita teme que el fin del felipismo anuncie el del antifelipismo militante. Los publicistas que llevan diez a?os escribiendo todos los d¨ªas la misma columna contra Gonz¨¢lez, ?de qu¨¦ van a escribir ahora? En fin, s¨®lo por ver c¨®mo llamar¨¢n. desde el lunes al diario felipista en el Abc ya val¨ªa la pena el gesto de Gonz¨¢lez.
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