Julio Iglesias manda tambi¨¦n en junio

Julio Iglesias abarrot¨® anoche Las Ventas. Y las abarrot¨® de fieles carism¨¢ticos, desatados, felices, y perfumados con fragancias francesas. Julio es el gran seductor de nuestra m¨²sica, aunque todav¨ªa queden ciudadanos que no acierten a comprender el fen¨®meno. El p¨²blico fervoroso de Madrid, su patria chica, se puso de largo para ovacionarle. Los reventas hicieron su agosto (o su julio, o incluso su junio): las sillas de la arena, oficialmente a 10.000 pesetas, se cotizaban a 50.000. El dato no precisa de m¨¢s precisiones.Es curioso, pero este verano los Iglesias copan la piel de toro. Mientras que Enrique alborota a las adolescentes, su padre hace estragos entre las madres, t¨ªas, abuelas, primas casaderas y algunas s¨ªlfides incontroladas. Con los Iglesias hemos topado.

Como evento social y pol¨ªtico, la noche fue total, todo lleno de pepes y pepas, abanderados por el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y su esposa Ana Botella. Tambi¨¦n andaban por all¨ª el se?or ?lvarez Cascos y esposa. Y la madre del rey Juan Carlos, que es la reina de Las Ventas y de cualquier acontecimiento que tenga lugar en el coso madrile?o. Y, por supuesto, casi toda la plantilla del Real Madrid.

Hay enterados que comentan cierto distanciamiento, cierto pique art¨ªstico entre Julio y su hijo Enrique. Pero gentes generalmente bien informadas susurran que tama?o enfrentamiento es pura mercadotecnia montada por pap¨¢. Sea lo que fuere, lo cierto es que entre padre e hijo se est¨¢n repartiendo la tarta de este verano.

Talento y lucidez

Quien diga que Julio Iglesias no canta, carece de idea de lo que es este negocio. Julio canta ahora mucho mejor que hace 30 a?os. Es un profesional que sabe perfectamente a qui¨¦n se dirige: latinos, chinos, japoneses, nigerianos, rusos, kurdos, israel¨ªes, moros, cobrizos, amarillos. ?C¨®mo se consigue este prodigio? Desde luego, con talento, con lucidez, con vista y con un necesario sentido empresarial que ojal¨¢ tuvieran otros artistas nuestros.En algunos momentos, Julio Iglesias dej¨® anonadados a los tendidos. Por ejemplo, cuando interpret¨® Carusso, de Lucio Dalla, melod¨ªa que s¨®lo puede cantar quien tenga poder¨ªo y facultades. Julio domina el bolero y lo interpreta como Dios, pero a su estilo. Noche de ronda fue una gozada. El d¨ªa que me quieras, una pasada (aunque el tema sea un tango). Evidentemente Julio Iglesias no es un tanguero. Incluso molesta a algunos adictos al g¨¦nero. Pero el viejo zorro sabe llevar todo a su terreno. El es consciente de amores y desenga?os, pero tiene muy claro cu¨¢l es su papel. No se anda con tonter¨ªas. Va directo a lo suyo.

Otro dato: los dos ¨²ltimos elep¨¦s de Julio son los m¨¢s vendidos en toda la historia de la m¨²sica popular espa?ola. Lo que so?aba Juana la Loca para todos nosotros. Cuando sea mayor, este chico va a ser el cop¨®n.