La viuda de Cousteau seguir¨¢ su labor
, Francine, la viuda de Jacques Cousteau, fallecido el pasado mi¨¦rcoles en Par¨ªs a los 87 a?os, anunci¨® ayer su determinaci¨®n de seguir con las exploraciones del famoso ocean¨®grafo.
Los restos de Cousteau -contrariamente a la tradici¨®n navegante y al rito que se sigui¨® con su hijo fallecido, Philippeno ser¨¢n entregados al mar, sino que recibir¨¢n sepultura en su regi¨®n natal, cerca de Burdeos. De momento la capilla ardiente se instal¨® en la Fundaci¨®n Co¨²steau en Par¨ªs. Seg¨²n Francine, el ata¨²d ser¨¢ llevado a hombros a la catedral de N¨®tre Dame por veteranos tripulantes del Calypso, el dragaminas brit¨¢nico que sirvi¨® para que Cousteau rodase su documental El mundo del silencio.
Los elogios oficiales a Cousteau siguieron ayer. El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, le rindi¨® homenaje y profetiz¨® que "su herencia no ser¨¢ reducida al silencio"; Clinton se uni¨® as¨ª al homenaje de su vicepresidente, Al Gore. tambi¨¦n el primer ministro de Rusia, V¨ªktor Chernomirdin, le calific¨® de "uno de los grandes humanistas del siglo XX". El presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, habl¨® de Cousteau como de "una fuente de inspiraci¨®n y un amigo para el movimiento ol¨ªmpico".
En los medios de comunicaci¨®n hubo m¨¢s pol¨¦mica. En el Reino Unido, la prensa subray¨® que Cousteau fue reverenciado por los teleespectadores y a menudo criticado por los cient¨ªficos. En B¨¦lgica, junto a los elogios, la prensa recogi¨® "una trayectoria no carente de zonas sombr¨ªas". Lo mismo sucedi¨® en Alemania, donde los peri¨®dicos reflejan que "era una instituci¨®n moral en su pa¨ªs", pero matizan que "algunas de sus concepciones no correspond¨ªan al ideal de los ecologistas".
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