Giuseppe Gulicchia novela la crisis existencial de un veintea?ero
Walter es un joven italiano de 21 a?os que no encuentra su lugar en el mundo. Reparte su tiempo entre la prestaci¨®n social sustitutoria, las clases en la facultad de Filosofia y las peleas con su padre, que le reprocha su escaso empe?o por labrarse un provenir. Ignorado por las mujeres y vecino de un barrio obrero, Walter odia a los ni?os ricos, pero desear¨ªa poder vivir sin hacer nada. En estas co6rdenadas se desarrolla Todos al suelo, la primera novela del escritor Giuseppe Gulicchia (Turin, 1965) publicada por La Magrana (en catal¨¢n) y Thass¨¤lia (en castellano).Escrita en 1993, Todos al suelo ha obtenido el premio Montblanc a la mejor novela in¨¦dita y el premio Cavour y sus ventas en Italia superan los 100.000 ejemplares. Desde la aparici¨®n de libro, la cr¨ªtica italiana ha incluido a Gulicchia (autor de otras dos novelas) en el grupo de los j¨®venes escritores que cultivan la llamada literatura can¨ªbal. Aunque sus relatos transmiten un marcado rechazo a la sociedad actual y pese a que utiliza un lenguaje cruel y directo, Gulicchia no se considera c¨®modo con la etiqueta que agrupa, entre otros autores, a Niccolo Amaniti (La ¨²ltima nochevieja de la humanidad) y Enrico Brizzi (Jack Frusciante ha dejado el grupo). "En mis libros no hay sangre. En todo caso se me podr¨ªa considerar un can¨ªbal vegetariano", bromea el autor. Y para justificar su inclusi¨®n en la fila de los can¨ªbales, argumenta que "para la cr¨ªtica italiana todo lo que no sea Tamaro o Barico es can¨ªbal. Y yo ciertamente no tengo nada que ver con Tamaro".
Para remarcar sus diferencias con la autora de Donde el coraz¨®n te lleve, de quien admite haber le¨ªdo ¨²nicamente "unas pocas p¨¢ginas, porque vi que no me interesaba", Gulicchia indica que "Tamaro da respuestas a los lectores. A mi me interesa plantearles preguntas". El mismo argumento le sirve para defenderse de las cr¨ªticas que le reprochan su acentuado pesimismo: "Yo quiero explicar c¨®mo es el mundo que me rodea, no dar soluciones. Soy sanamente pesimista y no veo nada malo en ello".
Lenguaje vulgar
Al escritor le preocupa mucho el lenguaje de sus novelas. "Los personajes de Todos al suelo hablan con un lenguaje vulgar porque me interesa que se expresen como lo har¨ªan en la realidad. De haberlos censurado no habr¨ªa sido honesto". En su opini¨®n el lenguaje tiene un importante peso espec¨ªfico en la sociedad que ¨¦l critica. "Los personajes de mi libro hablan lenguajes diferentes, por eso no se comunican entre s¨ª. La confrontaci¨®n de Walter con el mundo que le rodea deriva de que no puede comunicar con la gente".El escritor est¨¢ convencido de que "desde un punto de vista literario, Italia atraviesa un momento muy productivo respecto a otros pa¨ªses.Hay un verdadero cambio generacional en la literatura". Sin embargo, realiza una lectura un tanto cr¨ªtica del boom de escritores j¨®venes que experimenta el pa¨ªs. "El problema es que Moravia ha muerto, se han agotado sus in¨¦ditos y las editoriales deb¨ªan buscar otro mercado".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.