Renault decide el cierre definitivo de la f¨¢brica belga en Vilvoorde antes de finales de a?o
El presidente-director general de Renault, Louis Schweitzer, ha visto c¨®mo el informe laborado por Danielle Kaisergruber, una experta independiente, le daba la raz¨®n. La factor¨ªa de Vilvoorde (B¨¦lgica) no es ni puede ser rentable, y por ello, el Consejo de Administraci¨®n de Renault decidi¨® ayer su cierre antes de final de a?o. Los sindicatos han reaccionado de distinta manera. Mientras los moderados de la CFE-CGC declaraban "no estar sorprendidos, pero s¨ª muy decepcionados", los comunistas de la CGT acusaban a Lionel Jospin de "no mantener sus promesas" y consideran la noticia como "un mal augurio para la conferencia nacional sobre salarios, empleo y reducci¨®n del tiempo de trabajo".
El l¨ªder sindical belga Karel Gacoms ha dicho, por su parte, que "la ocupaci¨®n y la huelga en Vilvoorde van a continuar y quiz¨¢s asistiremos a acciones mucho m¨¢s salvajes que antes". Gacoms ha recordado que los trabajadores guardan un "tesoro de guerra", es decir varios miles de coches nuevos aparcados junto a la f¨¢brica.El informe de Danielle Kaisergruber parte de la actual situaci¨®n de sobreproducci¨®n que afecta a la industria automovil¨ªstica europea y constata dos limitaciones propias de Vilvoorde: los salarios son m¨¢s altos que en las plantas francesas, espa?olas, portuguesas o eslovenas -un obrero belga cuesta un 70% m¨¢s que un obrero espa?ol-, y por estar en plena ciudad -es la f¨¢brica m¨¢s vieja del grupo- los locales no son susceptibles de ampliaci¨®n. Respecto a las hipot¨¦ticas ventajas de una redistribuci¨®n del tiempo de trabajo con mejor aprovechamiento de la maquinaria, tampoco pueden concretarse debido a la especializaci¨®n que Renault necesita.
Aunque la fecha exacta de cierre es desconocida -ser¨¢ antes de final de a?o pero no el 31 de julio anticipado por Schweitzer- ya no lo son algunas de las ofertas empresariales a los asalariados. Renault se compromete a crear 400 puestos de trabajo en Vilvoorde -la f¨¢brica empleaba a 3.100 personas-, destinados a fabricar material para coches. La firma francesa tambi¨¦n ofrece encontrar empleo en Francia en las plantas de Flins, Sandouville y Douai, a los belgas que acepten trasladarse. El plan social tambi¨¦n prev¨¦ indemnizaciones para aquellos que decidan renunciar a esas dos ofertas y jubilaci¨®n anticipada para determinados casos.
El cierre de Vilvoorde ha tenido una dimensi¨®n pol¨ªtica que no se ha dado en otros casos. De entrada, porque el anuncio de la decisi¨®n vino seguido de unas elecciones legislativas; luego, por la peculiar situaci¨®n de regresi¨®n que vive la francofon¨ªa en B¨¦lgica; por ¨²ltimo porque la crisis coincidi¨® con la creciente demanda de revisi¨®n del Tratado de Maastricht, al que se le reprochaba no tener en cuenta los problemas sociales. A todo eso hay que a?adirle que Renault sigue siendo, en un 47%, propiedad del Estado franc¨¦s y que la marca gala ya vio, en 1994, c¨®mo se iba al agua su proyectada y favorable fusi¨®n con la Volvo porque los suecos no quer¨ªan al Estado franc¨¦s como patr¨®n.
El informe Kaisergruber, las ofertas de recolocaci¨®n y el plan social sirven de tristes paliativos para el Gobierno Jospin. El primer ministro franc¨¦s -en la ¨¦poca s¨®lo primer secretario del Partido Socialista desfil¨® el pasado 16 de marzo por las calles de Bruselas "en favor del empleo y por la Europa social". El gesto fue interpretado como un respaldo a los trabajadores de Vilvoorde. Posteriormente, Jospin precis¨® su cr¨ªtica, referida a "la forma en que se hab¨ªa adoptado y comunicado el cierre", as¨ª como la "necesidad de estudiar otras salidas".
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