La polic¨ªa investig¨® la graduaci¨®n y el n¨²mero de agentes que, participaron en una protesta sindical

Durante el mi¨¦rcoles y el jueves pasados, la polic¨ªa vigil¨® a la polic¨ªa. Una orden, enviada por la direcci¨®n general a los jefes superiores y rebotada por ¨¦stos a sus comisarios, exig¨ªa "de forma inmediata" datos sobre el n¨²mero y la graduaci¨®n de los polic¨ªas asistentes a las concentraciones convocadas por os sindicatos del cuerpo. El mando tambi¨¦n requer¨ªa los textos de las pancartas y "los gritos que se coreen". Agentes, sindicatos y partidos mostraron ayer su repulsa por la medida, y la compararon con la investigaci¨®n realizada en mayo por la Guardia Civil sobre os profesores de la ense?anza p¨²blica.

"Ayer fueron los profesores, hoy somos los polic¨ªas y ma?ana ser¨¢n los carteros... Este Gobierno est¨¢ dispuesto a ejercer su autoridad por encima incluso de los derechos constitucionales de cada trabajador". As¨ª se expres¨® ayer uno de los comisarios de Madrid que, durante las dos jornadas de protesta, sufri¨® una curiosa experiencia: fue como manifestante a una concentraci¨®n autorizada e inmediatamente despu¨¦s di¨® parte escrito a sus jefes.La orden, que se curs¨® telef¨®nicamente para evitar filtraciones, fue plasmada en una circular oficial por el jefe superior de Madrid, Carlos Corrales Bueno, quien a continuaci¨®n la envi¨® por fax. a todas las unidades policiales de la regi¨®n. El texto -cuyo contenido ¨ªntegro se reproduce en esta p¨¢gina- no ofrec¨ªa resquicio a la duda: "En cumplimiento por lo dispuesto por la Superioridad y en relaci¨®n con las concentraciones (...), una vez finalizadas las mismas se deber¨¢ cumplimentar de forma inmediata un cuestionario espec¨ªfico: n¨²mero de personas concentradas, escala, de pertenencia (si se conoce), pancartas exhibidas (textos), lemas y gritos que se coreen, incidentes habidos". "Dicha comunicaci¨®n", finalizaba la orden, "deber¨¢ realizarse a los fax (...).

Ambos de la Subdirecci¨®n General Operativa". Los afectados se quejan de que, en el caso de las comisar¨ªas peque?as, facilitar la escala del manifestante -un inspector jefe, por ejemplo, o el propio comisario- es lo mismo que decir su nombre y apellidos.

El subdirector general operativo, Pedro D¨ªaz Pintado, envi¨® ayer a este peri¨®dico un escueto mensaje a trav¨¦s de su oficina de prensa: "La polic¨ªa desconoce oficialmente ese escrito. Durante los d¨ªas de la protesta, se realiz¨® un seguimiento global y habitual". Tampoco el director general de la Polic¨ªa, Juan Cotino, que present¨® ayer en Valencia el plan de atenci¨®n policial en verano, reconoci¨® saber algo. Incluso en alg¨²n momento, desde la direcci¨®n, se intent¨® atribuir la responsabilidad exclusiva al jefe superior de Madrid, Carlos Corrales. Esto fue negado por las fuentes consultadas.

Los responsables de los tres principales sindicatos de la polic¨ªa fueron ayer tajantes. Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Fornet, secretario general del Sindicato. Unificado de Polic¨ªa, manifest¨®: "Se est¨¢ produciendo una involuci¨®n en la polic¨ªa desde que lleg¨® el PP. Se vuelve a la filosof¨ªa de que hacen falta pocos polic¨ªas, pero que den muchos palos. La orden es escandalosa". Federico L¨®pez Ferrer, vocal en el consejo de la Polic¨ªa por la Uni¨®n Federal de Polic¨ªa, atribuy¨® la responsabilidad al director general: "Debe cesar el espionaje sobre las actividades c¨ªvicas y legales. Los sindicatos policiales no cuentan con el benepl¨¢cito de los mandos policiales que proceden del franquismo". Y Cirilo Dur¨¢n, presidente del Sindicato Profesional de la Polic¨ªa (escala ejecutiva y superior), resumi¨®: "Cada d¨ªa se recortan m¨¢s nuestros derechos".