"Pon la radio, le han liberado"
La emoci¨®n desbord¨® a los compa?eros de la c¨¢rcel de Logro?o, que jalearon a, la Guardia Civil
Eran las siete de la ma?ana. Chema, el funcionario que se encontraba en esos momentos encerrado en el aula reconvertida en s¨ªmbolo permanente de la petici¨®n de libertad para, Ortega Lara, oy¨® varios golpes acelerados en la puerta. La abri¨® y un sargento de la Guardia Civil le dijo: "Pon la radio, le han liberado". Eran las palabras que los 150 trabajadores laborales y funcionarios de la prisi¨®n de Logro?o esperaban oir desde hac¨ªa 532 d¨ªas, desde aquel 17 de enero en que su compa?ero fue secuestrado por la banda terrorista ETA.Una hora m¨¢s tarde, Cherna dec¨ªa emocionado: "La alegr¨ªa me ha desbordado, me he asustado, me he alegrado, se me han agolpado los sentimientos". Cherna era el ret¨¦n que guardaba esa noche el encierro al que todos los funcionarios del centro penitenciario se hab¨ªan comprometido hasta que fuera liberado su compa?ero. Desde que se supo la liberaci¨®n, el aula, donde se hab¨ªan acomodado tres camastros para pasar las largas noches desde el secuestro, se convirti¨® en una fiesta. Hugo, el caniche de color blanco y negro de uno de los trabajadores, corr¨ªa alocado de esquina a esquina de la habitaci¨®n. El animal compart¨ªa la algarab¨ªa generalizada. Cuando los funcionarios atend¨ªan a los medios de coamunicaci¨®n que se concentraron r¨¢pidamente en la c¨¢rcel logro?esa, no tardaban en derrumbarse ante micr¨®fonos y c¨¢maras. La emoci¨®n lo expr¨¦saba todo.
Francisco, un palentino que, trabaj¨® 11 a?os con Ortega Lara en la antigua prisi¨®n de Logro?o, comentaba que cuando se-lo dijeron, no se lo cre¨ªa. En su domicilio, su mujer y su hija peque?a lloraban, liberando una tensi¨®n largamente larvada. "Es el mejor regalo que, me ha hecho Dios en todo el a?o", lleg¨® a articular.
Un momento especial se produjo sobre las 11 de la ma?ana. La televisi¨®n ofrec¨ªa las primeras im¨¢genes de Jos¨¦ Antonio. Nadie en el aula le reconoc¨ªa, la larga barba del secuestrado le hac¨ªa parecer otro hombre a ojos de sus compa?eros. En esos instantes se pusieron en el pellejo del funcionario liberado. Los efectos de la larga tortura eran evidentes en su figura. Segundos despu¨¦s, dieron efusivos vivas a Jos¨¦ Antonio.
M¨¢s tarde, volvi¨® a aparecer el sargento de guardia que dio el aviso de la noticia. Cual. si fuera un h¨¦roe, fue aclamado por todos los all¨ª presentes al grito de "viva la Guardia Civil". El director de la c¨¢rcel, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez, se congratul¨® de que precisamente fuera ese cuerpo el que consiguiera liberar a secuestrado. El agente coment¨®: "Seme han puesto los pelos de punta".
La fortaleza que ha demostrado este grupo humano durante: el cautiverio de su compa?ero se vino abajo ayer. Entre abrazos y l¨¢grimas, todos los trabajadores de la prisi¨®n liberaron la angustia retenida durante un a?o y medio lleno de demostraciones de solidaridad de toda la sociedad espa?ola, que tom¨® el recinto carcelario riojano como, centro de la reivindicaci¨®n de libertad.
Han celebrado un total de 76 concentraciones, una cada mi¨¦rcoles desde aquel fat¨ªdico 17 de enero; han distribuido m¨¢s de medio mill¨®n de lazos azules que ocupar¨ªan hasta 50 kil¨®metros en l¨ªnea recta; han recibido m¨¢s de 100.000 mensajes de solidaridad procedentes de todo el pa¨ªs, destacando el del Rey en Nochebuena y el del Pr¨ªncipe de Asturias en las fiestas de la vendimia. no se han cansado de repetir e el secuestro no ten¨ªa ninguna connotaci¨®n Pol¨ªtica. La libertad de Ortega Lara no es moneda de cambio, dec¨ªan, en referencia a ciertos debates paralelos impulsados por algunos partidos vascos.
Todo quedar¨¢ hoy cerrado con la supresi¨®n de la pancarta que ped¨ªa la libertad d¨¦ Ortega Lara y Cosme Delclaux de la fachada de la prisi¨®n. El siniestro calendario que contaba los d¨ªas de cautiverio -ayer marcaba 532 d¨ªas- no volver¨¢ a pasar sus p¨¢ginas. Ahora, los funcionarios s¨®lo esperan la vuelta de Ortega Lara., "No hay prisa", comentan, "primero es la familia". Pero todos esperan compartir estos momentos con un hombre que ha dejado de ser tan s¨®lo un compa?ero.
La c¨¢rcel de Logro?o fue el epicentro del terremoto emocional que sacudi¨® ayer, muy especialmente, a los funcionarios de prisiones de todo el pa¨ªs. Llamadas telef¨®nicas nerviosas, l¨¢grimas, cava, pasteles... celebraciones generalizadas en, todas la c¨¢rceles. Antonio Jamonero, de UGT-Prisiones lleg¨® a romper la l¨¢mpara de la mesilla de noche cuando a las siete de la ma?ana le comunicaron por tel¨¦fono, la liberaci¨®n de Jos¨¦ Antonio. Enrique Garc¨ªa, portavoz de los funcionarios de Prisiones admiti¨® de buena gana, desde Burgos, su error al pensar que Ortega Lara no ser¨ªa liberado. "Ahora me alegro m¨¢s que nunca de haber me equivocado", asegur¨®.
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