Vigilar al vigilante
Las medidas cautelares dictadas el pasado viernes contra Jes¨²s de Polanco se inscriben dentro de la estrategia pol¨ªtico-judicial dirigida a liquidar o debilitar la autonom¨ªa financiera y la independencia frente al poder de PRISA, el grupo de comunicaci¨®n editor de los diarios EL PA?S y Cinco D¨ªas, propietario de la cadena radiof¨®nica SER y accionista minoritario (con el 25%) de la empresa televisiva. Sogecable. Pese a la ausencia de indicios delictivos en el sumario, G¨®mez de Lia?o -titular del Juzgado n¨²mero 1 de la Audiencia Nacional- contin¨²a aplicando a Jes¨²s de Polanco y a los dem¨¢s consejeros de: Sogecable un trata miento procesal abrasivo para, equipararlos con Mario Conde, De la Rosa y Ruiz-Maleos. La meta de ese artificial cultivo de la sospecha judicial, coreada por la alegre muchachada medi¨¢tica especialista en adular al magistrado G¨®mez de Lia?o y a los fiscales indomables de la Audiencia Nacional, no es una inimaginable condena de los directivos de Sogecable por los tribunales, sino el deterioro de su solvencia empresarial ante la opini¨®n p¨²blica para provocar as¨ª una estampida de los abonados. Se trata, en definitiva, de agravar el da?o ya causado por la reciente promulgaci¨®n de las dos leyes -inconstitucionales y contrarias al derecho comunitario- sobre plataformas digitales y retransmisiones deportivas que el Gobierno de Aznar ha impuesto al Parlamento con la ayuda de Anguita.El auto dictado por G¨®mez de Lia?o aplica severas medidas cautelares de car¨¢cter personal contra Jes¨²s de Polanco: el dep¨®sito de una fianza de 200 millones para seguir en libertad, la comparecencia los d¨ªas 1 y 15 ante la Audiencia Nacional y la previa autorizaci¨®n del juez para salir del territorio nacional. Monumento a la picard¨ªa leguleya, la mala fe intelectual y la deslealtad constitucional, s¨®lo el pormenorizado an¨¢lisis t¨¦cnico-jur¨ªdico del auto permitir¨ªa a un tribunal determinar si su texto ofrece efectivamente las caracter¨ªsticas prevaricadoras de las resoluciones manifiestamente injustas tornadas a sabiendas, por imprudencia grave o con ignorancia manifiesta. Ahora bien, cualquier ciudadano tiene derecho a manifestar, en el pleno ejercicio de su libertad de expresi¨®n garantizada por la Constituci¨®n, el fundado temor creado por los inquietantes s¨ªntomas (t¨¦rmino empleado por el auto) de arbitrariedad y falta de equidad rastreables en la decisi¨®n.
El fiscal Gordillo -miembro del club de los indomables, junto al fiscal jefe de la Audiencia Nacional y la sancionada M¨¢rquez de Prado- ha desempe?ado en esta s¨®rdida historia de venganzas y rencores el fingido papel de her¨®ico objetor de conciencia frente a un superior jer¨¢rquico con quien en realidad estaba secretamente de acuerdo; endureciendo las instrucciones del fiscal general, Gordillo pidi¨® la adopci¨®n de unas extra?as medidas cautelares no personales contra Jes¨²s de Polanco sin precisar sus caracter¨ªsticas. Los acusadores particulares exigieron la prisi¨®n provisional incondicional del imputado o el pago de fianzas de importe semejante a las multimillonarias cl¨¢usulas de rescisi¨®n impuestas por el Real Madrid o el Betis a Ra¨²l o Alfonso. Promotor de la crisis de los fiscales en la Audiencia Nacional, G¨®mez de Lia?o ha utilizado un confuso precedente doctrinal del Supremo para tergiversar el car¨¢cter personal de las medidas cautelares dictadas contra Jes¨²s de Polanco; negando la evidencia de los hechos, defiende la insostenible teor¨ªa -dicen los ingleses que la prueba de un pudding es com¨¦rselo- de que la prisi¨®n provisional eludible mediante fianza no es lo mismo a efectos pr¨¢cticos que la libertad provisional bajo fianza.
La independencia judicial es el fundamento del Estado de Derecho. ?Qu¨¦ ocurre, empero, cuando un juez utiliza de forma desviada ese formidable poder, capaz de privar a un ciudadano de su libertad o de su patrimonio? ?Qui¨¦n vigila a los vigilantes cuando infringen el mandato constitucional que garantiza a la sociedad y los justiciables "la interdicci¨®n de la arbitrariedad de los poderes p¨²blicos"?
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