Decenas de miles de polacos reciben a Clinton como a un libertador
Lo que hace tres d¨ªas se vivi¨® en la cumbre de Madrid como una decisi¨®n de mesa y papel adquiri¨® ayer en Polonia toda su dimensi¨®n humana. Decenas de miles de personas vibraron en la capital polaca cuando el presidente de EE UU, Bill Clinton, pronunci¨® unas palabras con las que so?aron durante d¨¦cadas: "Polonia vuelve a casa". Los aplausos no esperaron a la traducci¨®n de sus palabras. La decisi¨®n de la OTAN de abrir sus puertas a Polonia desat¨® el fervor.
"Es el momento de las promesas cumplidas", declar¨® Bill Clinton ante decenas de miles polacos reunidos en el casco viejo de Varsovia. Dos d¨ªas despu¨¦s de la cumbre de la OTAN en Madrid, en la que la Alianza ha decidido invitar a Polonia, Rep¨²blica Checa y Hungr¨ªa a ingresar en 1999, Clinton apareci¨® en medio de entusiasmados centroeuropeos para poder convencer m¨¢s f¨¢cilmente a los senadores y contribuyentes norteamericanos para que aprueben el pr¨®ximo a?o la ampliaci¨®n."Ahora Polonia se une a la OTAN. Polonia est¨¢ tomando su lugar en la comunidad de la democracia. Nunca jam¨¢s vuestro destino ser¨¢ decidido por otros. Nunca jam¨¢s os ser¨¢ negado el derecho a la libertad. Polonia vuelve a casa", declar¨® Clinton. Despu¨¦s de esta frase, la muchedumbre interrumpi¨® el discurso con aplausos. "Ampliando la OTAN podremos prevenir nuevas guerras en Europa, guerras en las que tambi¨¦n perder¨ªan vidas los norteamericanos", prosegu¨ªa Clinton, que claramente se dirig¨ªa en ese momento a sus conciudadanos.
El presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, quien habl¨® tambi¨¦n en la Plaza del Castillo de Varsovia, asegur¨® a Clinton que Polonia "est¨¢ lista para entrar en la OTAN". Clinton le respondi¨® que ahora su pa¨ªs, as¨ª como Hungr¨ªa y la Rep¨²blica Checa, tendr¨¢n que demostrarlo, y que asumir¨¢n tambi¨¦n toda la responsabilidad que va unida a la pertenencia a la Alianza.
Esta responsabilidad se traduce en dinero. El primer ministro polaco, Wlodzimierz Cimoszewicz, asegur¨® ayer que Polonia podr¨¢ asumir el gasto militar requerido por la necesaria adaptaci¨®n de sus anticuadas fuerzas militares a los est¨¢ndares de la OTAN. Seg¨²n el instituto norteamericano RAND el coste puede elevarse a 35.000 millones de d¨®lares (cinco billones de pesetas). La mitad de esta suma ir¨ªa destinada a la modernizaci¨®n de las fuerzas armadas de los tres pa¨ªses centroeuropeos.
En el caso concreto de Polonia la necesidad m¨¢s apremiante es el cambio de casi todos los aviones de combate. De los 350 aparatos que posee este pa¨ªs, tan s¨®lo unos 30 son los modernos MIG 29. Los dem¨¢s son de los a?os sesenta y setenta. Pese a las declaraciones del primer ministro sobre la capacidad de Polonia de hacer frente al elevado gasto militar, el Ministerio de Defensa aplaz¨® recientemente la decisi¨®n sobre la compra de unos 100 modernos cazabombarderos precisamente por falta de dinero.
Pero ayer, en el casco viejo de Varsovia, donde las bandas de m¨²sica tocaban m¨²sica norteamericana y eran agitadas banderas de EE UU, nadie quer¨ªa hablar de detalles financieros. Como s¨ªmbolo de la nueva alianza apareci¨® ante la multitud un joven oficial polaco que tom¨® la palabra antes de que lo hicieran Clinton y Kwasniewski. El oficial hizo sus estudios militares no en Mosc¨², sino en la Academia de las Fuerzas A¨¦reas de Estados Unidos en Colorado SprIngs. Incluso un fragmento de su discurso lo pronunci¨® en ingl¨¦s. Pocos quer¨ªan recordar en ese momento que, de los 40.000 oficiales polacos, apenas 1.500 hablan la lengua materna de Clinton. No s¨®lo los reunidos en la plaza est¨¢n entusiasmados con la perspectiva de la entrada de Polonia en la Alianza. Seg¨²n los sondeos, un 90% de los polacos est¨¢ a favor.
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