El Tour se ha vuelto plano
Zabel, descalificado en el 'sprint'- Zarrabeitia pierde minuto y medio por una ca¨ªda
La monoton¨ªa es total y hasta las ca¨ªdas aburren. El pelot¨®n se ha parado. S¨®lo parece incentivarse cuando se escucha un derrumbe de bicicletas. Entonces, vuela para que la grieta se abra. El Telekom ha hecho mutis por el foro, el Cofidis est¨¢ en todas las ca¨ªdas y a la ONCE le llueven las malas noticias: ayer qued¨® descolgado Zarrabeitia, su mejor escalador, que perdi¨® minuto y medio. Cierto hast¨ªo se apodera de los protagonistas: la espera se est¨¢ haciendo demasiado larga. Y las preguntas se agotan.Tour ha cruzado Francia de norte a sur sin ense?ar sus cartas. Nada se sabe de Riis desde hace unos d¨ªas. Ullrich permanece en silencio detr¨¢s de una mirada inquietante. Olano se muestra asequible a todas las preguntas, tranquilo, aparentemente confiado. S¨®lo Jalabert est¨¢ harto de hablar de de Zulle. En realidad, no hay debate porque no hay novedades. ?Qu¨¦ puede decir Olano sobre Riis. ahora mismo? ?Qu¨¦ referencias tienen de Virenque? La carrera se ha vuelto plana, como el perfil de cada: etapa.
S¨®lo hay nervios por ir delante para. evitar la ca¨ªda de cada d¨ªa, pero los accidentes cada vez se acercan m¨¢s a la cabeza del pelot¨®n. Es un desplazamiento curioso del centro de gravedad del gran grupo, prueba evidente de que existe un desequilibro. Ayer se produjo una colisi¨®n que dej¨® reducido el grupo de cabeza a una treintena de corredores. Afect¨® en mayor medida a hombres como Gotti (esguince cervical), Berzin (fractura de clav¨ªcula) y el espa?ol Zarrabeitia, pero no cuentan para la general. En todo caso, el pelot¨®n se acelera guiado por un impulso suicida. La tensi¨®n se palpa: los verdaderos aspirantes quieren verse las caras cuanto antes.
Hay demasiada energ¨ªa sin explotar. No se sostiene a gusto un pelot¨®n en el que casi permanecen en m¨¢rgenes de tiempo muy peque?os 50 corredores, que creen firmemente poder llegar a vestir el maillot amarillo si la, suerte les resulta favorable; si se sigue el ejemplo de Cedric Vasseur, el actual l¨ªder 50 hombres con derecho a sonar cada noche antes de que llegue uno de esos d¨ªas en los que pasas a engrosar la l¨ªneas que nadie lee de la general, En ese momento, eres parte del censo, pero no eres. mucho m¨¢s; est¨¢s en la carrera, pero s¨®lo a ritmo de jornada laboral. Te das cuenta de la realidad, te relajas. Y dejas pasar al que tiene m¨¢s prisa que t¨².
Mon¨®tona fue la etapa. La gente intenta la escapada y la capturan en un santiam¨¦n, obra del perfeccionamiento t¨¦cnico con que se maneja un pelot¨®n moderno. Es una mezcla de aritm¨¦tica y f¨ªsica: se suman unos cuantos esfuerzos, se establecen los correspondientes relevos, y el pelot¨®n se convierte en un veh¨ªculo con una terrible capacidad de aceleraci¨®n . M¨¢xime ahora que nadie est¨¢ dispuesto a ceder. Incluso si el Telekom ha decidido no echarse a las espaldas el control de la carrera. Da lo mismo, todo es plano. Al final espera el inevitable sprint.
Y al sprint se lleg¨® aunque result¨® conflictivo. Gan¨® Zabel, pero fue descalificado, al igual que Steels, expulsado de la carrera por comportamiento violento. La etapa fue para Blijlevens, que siempre punt¨²a en un Tour. Simplemente porque sabe esperar su turno. Hoy les espera otra llanura camino de Burdeos. La monoton¨ªa se ha instalado en el Tour: la misma res" puesta para todas las preguntas.
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