Un silencio elocuente
El D¨ªa del Orgullo Gay no existi¨® este a?o para EL PA?S. Mejor dicho, s¨ª existi¨®, pero en Par¨ªs. De la magna marcha europea Europride (Euroorgullo), culminada el pasado 28 de junio en la capital francesa, el peri¨®dico public¨® el d¨ªa siguiente una breve cr¨®nica de agencias, pero no merecieron ni una l¨ªnea las manifestaciones celebradas ese mismo d¨ªa 28 en Madrid (entre 4.000 y 6.000 asistentes) y en otras ciudades de Espa?a. En este caso, EL PA?S invirti¨® di¨¢sticamente ese principio period¨ªstico que dice que tiene m¨¢s inter¨¦s noticioso lo pr¨®ximo que lo lejano. Para muchos lectores, ese silencio informativo fue demasiado elocuente como para pasar inadvertido. La prueba ha sido el abundante correo normal y electr¨®nico llegado al Defensor del Lector con un mensaje un¨¢nime: la extra?eza de los lectores por una actitud que no comprenden, con mayor motivo trat¨¢ndose de EL PA?S (ese silencio fue roto a su manera, al menos, por el suplemento El Pa¨ªs de las Tentaciones -viernes 27 de junio-, que se refiri¨® al D¨ªa del Orgullo Gay con una doble p¨¢gina en color sobre la historia de los sexos en fotograf¨ªa, expuesta en el Guggenheim de Nueva York y, a partir de septiembre, en el Museo Andy Warhol, Pittsburg, Pensilvania)."He de reconocerle que mi incredulidad ha sido total, llegando incluso a releer el diario por si se me hab¨ªa escapado la noticia", escribe Jos¨¦ C. Lores, de Madrid. Este lector a?ade: "Sigo tan asombrado que creo que un colectivo tan importante como el de homosexuales y lesbianas merecer¨ªamos al menos una explicaci¨®n. Me cuesta entender que EL PA?S, que siempre se ha se?alado por su defensa de las libertades y de los derechos individuales y colectivos, haya actuado de esta manera, m¨¢xime en un momento en que muchos de nosotros estamos saliendo del armario y luchando por nuestros derechos. Es ahora cuando necesitamos el apoyo de todos los grupos y personas progresistas". Por su parte, Beatriz Gimeno, de Madrid, pregunta: "?Es voluntad de su peri¨®dico ignorar las reivindicaciones y hasta la existencia de nuestro colectivo? Y si no es as¨ª, ?no cree que una manifestaci¨®n numerosa por el centro de Madrid, cuando est¨¢ a punto de discutirse en el Parlamento un proyecto de ley de parejas de hecho, merece por lo menos una columna?". Son s¨®lo dos ejemplos del correo recibido, en el que tambi¨¦n se se?ala el, silencio sobre la entrega del Premio
Tri¨¢ngulo Rosa a Eduardo Haro Tecglen "por su defensa de las libertades, incluida la libertad sexual de todos los ciudadanos, sin exclusi¨®n alguna por motivo de preferencia sexual".
Los lectores se merecen, obviamente, una explicaci¨®n, como hubieran merecido al menos una columna por parte de EL PA?S -¨¦se es el parecer del Defensor del Lector- los actos celebrados en Espa?a por los, colectivos de homosexuales, y lesbianas en, reivindicaci¨®n de sus derechos. ?Por qu¨¦ no fue as¨ª? Gabriela Ca?as, jefa de la secci¨®n de Sociedad, a la que corresponde, junto a la de Madrid, cubrir este tipo de informaci¨®n, se?ala que "el ¨²ltimo D¨ªa del Orgullo Gay s¨ª qued¨® reflejado en nuestras p¨¢ginas al recoger la noticia de que varias decenas de miles de homosexuales de toda Europa se manifestaron en Par¨ªs. Porque la capital francesa fue el lugar elegido para realizar la marcha europea por los derechos homosexuales. Por eso se recogi¨® s¨®lo esa manifestaci¨®n y no la de. Madrid, compuesta, l¨®gicamente, por muchos menos manifestantes. ?Fue suficiente? Mi opini¨®n es qu¨¦ s¨ª lo fue".
Es dif¨ªcilmente entendible que hechos que han tenido un inter¨¦s informativo, poco o mucho, hasta hace un a?o pasen de golpe a tener nulo inter¨¦s. Salvo que ¨²ltimamente se haya normalizado tanto la situaci¨®n de los grupos de gay y lesbianas que sus actos y manifestaciones en reivindicaci¨®n de sus derechos sean puro folclor o respondan s¨®lo al capricho, de modo que hayan perdido la autenticidad de lo realmente noticioso. ?Es ¨¦se el caso? Salta a la vista el avance, legal y social, que se ha producido durante estos a?os en Espa?a en todo lo referente a la igualdad de derechos de grupos y de personas. La prensa democr¨¢tica nacida en los a?os de la transici¨®n pol¨ªtica -y, desde luego, EL PA?S- ha hecho de la lucha por esta igualdad una de sus se?as de identidad. Podr¨ªa plantearse, entonces, si esta especial atenci¨®n informativa hacia los grupos con problemas de aceptaci¨®n social y reconocimiento legal -una especie de informaci¨®n positiva semejante a la llamada discriminaci¨®n positiva que algunos partidos pol¨ªticos siguen con sus militantes femeninas- debe seguir manteni¨¦ndose en la actualidad.
Gabriela Ca?as se?ala la inevitable p¨¦rdida de contenido noticioso de recordatorios mundiales bienintencionados -d¨ªas sobre el sida, el medio ambiente, el racismo, la mujer trabajadora, etc¨¦tera- que, por repetidos, se han convertido en meros brindis al sol. De otro lado, dice, "manifestaciones como la de Madrid nos parecen quiz¨¢ un tema menor a destacar frente a la tramitaci¨®n por el Congreso del proyecto de ley de parejas de hecho, que puede suponer un importante avance". Y da las razones: "Primero, porque vivimos en un pa¨ªs cuya normalizaci¨®n democr¨¢tica ha permitido que actos reivindicativos como ¨¦stos formen parte de la realidad cotidiana. Segundo, porque vivimos en un territorio de talante liberal, en el que las besadas callejeras de anta?o y la vistosidad que suelen lucir las marchas de homosexuales tampoco escandalizan a nadie".
Desde el interior de los grupos de homosexuales y lesbianas se tiene una visi¨®n distinta. Para Pedro G. Zerolo, presidente del Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid (Cogam), "no puede hablarse de normalizaci¨®n cuando seguimos soportando la mayor discriminaci¨®n que un ciudadano puede sufrir en un Estado de derecho, y es que la ley le ignore". Zerolo llama la, atenci¨®n sobre los actos hom¨®fobos de que siguen siendo objeto los homosexuales, y piensa que "congregar, en este pa¨ªs a m¨¢s de siete mil personas en una manifestaci¨®n, donde mucha gente va dando la cara en una situaci¨®n estigmatizada como la nuestra, merece tener reflejo en un peri¨®dico que desde siempre se ha distinguido por la defensa de las libertades de todos y de todas". En cualquier caso, y sean cuales sean los puntos de vista sobre el grado de normalizaci¨®n social y legal de la comunidad gay y l¨¦sbica, el Defensor del Lector estima que EL PA?S debi¨® hacerse eco, en la medida que fuera, de los actos desarrollados en torno al D¨ªa del Orgullo Gay en Espa?a. Aunque s¨®lo hubiera sido por estrictos motivos de inter¨¦s informativo.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al n¨²mero (91) 337 78 36.
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