"ETA, escucha, as¨ª es como se lucha"
La concentraci¨®n de Madrid, la m¨¢s numerosa de toda Espa?a, reuni¨® a mill¨®n y medio de personas
Un mill¨®n y medio de madrile?os ocuparon ayer la Castellana, la calle Alcal¨¢ y la Puerta del Sol para mostrar su absoluto rechazo al asesinato de Miguel ?ngel Blanco. La mayor de la democracia. M¨¢s que una manifestaci¨®n, fue una concentraci¨®n impresionante de dolor y rabia. Eran las cifras oficiales, pero contar ayer los miles de madrile?os que en impresionantes riadas trataban de sumarse a la marcha del pueblo contra los asesinos de ETA era un empe?o imposible. E in¨²til, porque a su grito hay que sumar las voces de un mill¨®n de barceloneses, de 100.000 ciudadanos en A Coru?a, de los 150.000 castellano-leoneses que, salieron a la calle en las capitales de provincia. De los andaluces, valencianos, extreme?os... De todo pa¨ªs. Y los de miles y miles de vascos e asitieron, un d¨ªa m¨¢s y como si fuera primero, al m¨¢s de centenar de concentenar de concentraciones convocadas por los colectivos facifistas en Euskadi.
No hubo ayer cabecera oficial en la manifestaci¨®n: Fue imposible que los l¨ªderes pol¨ªticos ocupar¨¢n su lugar en una hipot¨¦tica cabecera que fue tomada por los ciudadanos. No hubo personalidades abriendo una marcha que inmediatamente se demostr¨® imposible. Los dirigentes pol¨ªticos esperaron e iniciaron una breve manifestaci¨®n a la altura de El Casino, en la calle Alcal¨¢, ya casi en la Puerta del Sol. Los manifestantes que empezaron en Col¨®n, tardaron m¨¢s de cinco horas para alcanzar la Puerta del Sol.Los pol¨ªticos ofrecieron una imagen de unidad. Junto a Aznar, sus tres antecesores en La Moncloa: Adolfo Su¨¢rez, Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe Gonz¨¢lez, El Gobierno en pleno y los representantes de las instituciones del Estado y de los gobiernos auto n¨®micos: el presidente del Congreso Federico Trillo, y el del sena do, Juan Ignacio Barrero. Juntos, los secretarios generales de CC OO y UGT, Antonio Guti¨¦rrez y C¨¢ndido M¨¦ndez, no lejos del presidente de la CEOE, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas. Todos los representantes de los partidos democr¨¢ticos: el secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia y el n¨²mero dos socialista Cipri¨¢ Ciscar; el coordinador general de izquierda Unida, Julio Anguita; la diputada republicana Pilar Rahola; el portavoz de CiU en el Congreso, Joaquim Molins...
Y en un lugar especial, al menos. ayer en los corazones de los madrile?os, los representantes vascos: el lehendakari, Jos¨¦ Antonio Ardanza; el consejero d¨¦ Interior Juan Mar¨ªa Atutx¨¢;, el portavoz peneuvista I?aki Anasagasti y la representante de Eusko Alkartasuna Bego?a Lasagabaster cerca de Carlos Iturgaiz, el presidente del PP vasco, que ya mostraba, ayer en su rostro signos del agotamiento tras las jornadas de- emoci¨®n desatada por el asesinato de su compa?ero de partido, el edil de Ermua Miguel ?ngel Blanco. Todos tras una pancarta en la que se le¨ªa "Paz, unidad y libertad".
Marcha inm¨®vil
Fue una Marcha inm¨®vil, porque las arterias que conducen a la Puerta del Sol segu¨ªan abarrotadas. La marcha a¨²n no hab¨ªa alcanzado la biblioteca nacional cuando la periodista Victoria Prego, comenz¨® a leer un comunicado en el que llam¨® a todos los ciudadanos a plantar cara a los asesinos y quienes les respaldan. "Con la ley y la palabra. ?A por ellos!", porque "somos m¨¢s y mejores que ellos".En las palabras de Victoria Prego hubo un recuerdo a. los que precedieron al joven concejal popular en la lista de muerte de -ETA. "No podemos olvidar que antes de Miguel ?ngel han muerto 815 personas. Todos ellos eran gente de paz. Para ellos, junto a Miguel ?ngel, nuestro recuerdo y nuestro abrazo". Sus palabras eran recibidas con los gritos que han estado presentes desde que se con¨®ci¨® el secuestro de Blanco: "Asesinos" "Aqu¨ª estamos, nosotros no matamos" y un lema recuperado desde los ba¨²les de la memoria antifranquista: "El pueblo Unido jam¨¢s ser¨¢ vencido".
"?ste puede ser un gran d¨ªa para la historia de Espa?a", sigui¨® Prego. Y es que ayer se congregaron en Madrid m¨¢s manifestantes, incluso, que en aquella marcha tras el 23 F que aglutin¨® 1,2 millones de ciudadanos. Fueron tambi¨¦n un mill¨®n los concentrados para protestar, en 1983, contra el asesinato de Alberto Mart¨ªn Barrios, a quien la banda aplic¨® como a Miguel ?ngel Blanco, un plazo fijo de muerte. Y m¨¢s de un mill¨®n los congregados, en 1996, contra el tiro que cost¨® la vida a Francisco Tom¨¢s y Valiente en su universidad.
Prego destac¨® la uni¨®n de todos los ciudadanos que han apoyado la rebeli¨®n contra el terror" iniciada por el pueblo vasco. "Es el pueblo vasco quien se ha arrancado el esparadrapo de la boca y ha hablado muy alto, muy claro, muy firme y con una sola voz para decir: Hasta aqu¨ª hemos llegado. De aqu¨ª en adelante, ni un paso atr¨¢s. Vamos a recuperar en Euskadi el terreno que nos pertenece, el de la convivencia- en paz".
Pero los discursos eran s¨®lo una m¨ªnima parte de la grandeza con la que el pueblo entero de Madrid vivi¨® esta jornada. Eran ciudadanos an¨®nimos, j¨®venes, amas de casa, trabajadores, los que ayer encabezaron la mayor concentraci¨®n de protesta que ha registrado esta ciudad. Entre ellos, mezclados, personajes famosos, como el cineasta Pedro Almod¨®var.
A las 19.20 horas ya- estaba montada una gran pancarta de J¨®venes contra la Intolerancia. A esa hora un estruendoso aplauso dio por iniciado el acto de pro testa. La pancarta dec¨ªa: "Basta ya. Queremos la paz". Los aplausos eran cada vez m¨¢s fuertes y los gritos de "ETA, matat¨¦" atronaron como un tanque la amplia avenida de la Castellana. Alguien recordaba por megafon¨ªa que las personalidades no podr¨¢n encabezar esta marcha". Pero las personalidades apenas hac¨ªan falta. El protagonista fue, sin duda, el pueblo de Madrid, los miles de j¨®venes que aplaud¨ªan y gritaban consignas contra ETA, las amas de casa que se enjugaban las l¨¢grimas mientras alzaban el retrato en fotocopia de Miguel Angel Blanco, los ejecutivos -traje oscuro, camisa azul, portafolios en las manos- caminaban al lado de trabajadores todav¨ªa con el. mono de trabajo puesto.
El calor y el denso aire de tormenta que se respiraba ayer en Madrid hac¨ªa que se escucharan, cada pocos minutos, los gritos de "?Samur, Samur! llamando a las asistencias sanitarias, que apenas lograban abrirse paso entre la marea humana. El dispositivo -150 miembros de personal m¨¦dico, 25 ambulancias, un hospital de campa?a y 160 voluntarios- atendieron a 120 personas, de las que diez fueron evacuadas a centros hospitalarios.
"?Es que estoy tan de acuerdo!". Una ni?a de apenas 15 a?os comentaba a otras compa?eras de colegio por qu¨¦ ayer por la tarde quiso venir a mezclarse en una marea humana, solidaria y pac¨ªfica. Hace muchos a?os, estas calles fueron recorridas por otras manifestaciones. Y muchos de los que hoy aplauden y gritan y lanzan sus insultos contra los terroristas de ETA, son los mismos que entonces ped¨ªan amnist¨ªa y libertad. Hoy piden, junto a j¨®venes que no vivieron aquello, la paz y la libertad. '
La manifestaci¨®n apenas si pod¨ªa avanzar por la calle de Alcal¨¢. Los miles de personas hab¨ªan estado esperando desde primeras horas de la tarde en las aceras y la cabecera de la marcha se ve¨ªa impotente para romper la muralla humana.
De vez en cuando, cientos, miles de manos se levantaban sobre las cabezas y, r¨ªtmicamente, mostraban su rechazo y su impotencia ante los actos criminales de la banda terrorista. Pero. lo impresionante de la manifestaci¨®n fue, sin duda, el respeto de los madrile?os hacia los vascos. Ni un s¨®lo grito contra Euskal Herria. Ni uno s¨®lo. Lo que ayer se o¨ªa en las calles de Madrid era un grito de aliento hacia los habitantes del Pa¨ªs Vasco: "Vascos s¨ª, ETA no". La multitud ahog¨® los gritos de un grupo de ultra encabezados por Ricardo S¨¢enz de Ynestrillas, que fueron expulsados por la polic¨ªa.
La puerta del Sol a las 20.30 horas estaba a rebosar. Segu¨ªa as¨ª a medianoche. All¨ª les recib¨ª, el enorme cartel: "Paz, unidad libertad", con dos lazos negros cada lado. Riadas de gentes sub¨ªan por las calles que daban a la calle de Alcal¨¢.
Madrid ayer se fundi¨® en un abrazo tremendo. Como en el poema de Gabriel Celaya, Madrid se ech¨® a la calle para "pasear a cuerpo" y demostrar a lo terroristas que el cuerpo, limpio y firme, que las manos que ayer blancas e indefensas se alzaba en la multitud, es la ¨²nica forma de luchar y pedir la paz.
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