Peste de inv¨¢lidos
La lidia del sexto toro transcurri¨® entre protestas de los aficionados del 7, que eran pocos, pero en¨¦rgicos y ruidosos en su repulsa. No era para menos. El animal, que apenas pudo ser picado, lleg¨® a la muleta con m¨¢s deseos, de descansar tumbado en la arena que de acudir a los cites de El Molinero. Y as¨ª anduvo el morlaco. Sentado a la guisa del buey del portal de Bel¨¦n durante todo el trasteo.Hubo m¨¢s inv¨¢lidos en la corrida. El segundo, que tuvo que volver a los corrales porque estaba hecho polvo. Y el cuarto, que frustr¨® los intentos de Frascuelo de torear con empaque y sabor cl¨¢sico. Pese a ello, consigui¨® muletazos con torer¨ªa y si no redonde¨® la faena fue porque el toro termin¨® a la defensiva y con deseos de irs¨¦ a tablas.
De la Puerta / Frascuelo, Vi?a, Molinero
Toros de Julio de la Puerta (uno devuelto por inv¨¢lido), con presencia, sin fuerza, manejables. 2?, sobrero de Jos¨¦ V¨¢zquez, manso con problemas. Frascuelo: aplausos y saludos en ambos. Rafael de la Vi?a: silencio en los dos. El Molinero: algunas palmas y silencio.Enfermer¨ªa: el picador Juan Cantos fue asistido de probable fractura de la rodilla izquierda de pron¨®stico reservado. Se guard¨® un minuto de silencio en memoria de los ex matadores Jos¨¦ Amor¨®s y Pablo Lalanda. Plaza de las Ventas, 20 de julio. Menos de media entrada.
No tuvo mucha fuerza el primero de la tarde, al que Frascuelo sac¨® algunos pases aislados con mucho temple. El astado tambi¨¦n se cay¨® alguna que otra vez. El torero tuvo que provocar las arrancadas con los consabidos zapatillazos, porque el toro tardeaba. No pudimos ver a un Frascuelo triunfador por culpa de la peste inv¨¢lida, pero ah¨ª qued¨® su inconfundible ello de torero.
Mariano de la Vi?a tropez¨® con. el imposible sobrero de V¨¢zquez al que plant¨® pelea sin arrugarse por las dificultades que presentaba por ambos pitones. La faena tuvo. que ser, forzosamente, de ali?o. Se despach¨® a gusto con un largo trasteo al quinto toro. Abus¨® el albacete?o de los derechazos, una de cuyas tandas le sali¨® muy templada y ligada. Tal vez no supo entender a un corn¨²peta que hubiera requerido otras distancias y otros terrenos.
Tiene El Molinero algunos atisbos de buenas maneras. Con la muleta quiso hacer el toreo que ahora se lleva. Tarde¨® mucho el tercero y ya ha quedado dicho el bochornoso numerito del sexto toro. Qued¨® in¨¦dito El Molinero, v¨ªctima de la peste de inv¨¢lidos.
Barcelona
En Barcelona se lidiaron cuatro toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados y que dieron juego, y dos (2? y 4?) de Miranda, uno inv¨¢lido y sustituido por otro de la misma ganader¨ªa y el otro deslucido. Joselito, oreja y ovaci¨®n. El Tato, ovaci¨®n , en los dos. Rivera Ord¨®?ez, ovaci¨®n y oreja.
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