Nuevas directrices internacionales para diagnosticar la diabetes del adulto
Los pa¨ªses europeos analizan la pr¨®xima semana las propuestas de EE UU
El nivel de az¨²car en la sangre que se ha venido aceptando como normal durante mucho tiempo en los adultos, es en realidad demasiado alto y deberia ser considerado como s¨ªntoma de diabetes, seg¨²n las nuevas directrices dadas a conocer el pasado mes de junio por la Asociaci¨®n Estadounidense para la Diabetes. Su recomendaci¨®n es que todas las personas de m¨¢s de 45 a?os se sometan a las pruebas cada tres a?os y se espera que esto lleve a la detecci¨®n de dos millones de nuevos casos. Las pruebas empezar¨ªan a hacerse antes y con m¨¢s frecuencia en el caso de las personas de mayor riesgo, entre ellas las que son obesas o familiares de alg¨²n enfermo de diabetes.Las nuevas directrices, que se publican en el n¨²mero de este mes de la revista Diabetes care, se dieron a conocer en una conferencia celebrada a finales del pasado mes en Boston y han sido respaldadas por el Centro para el Control y Prevenci¨®n de Enfermedades y por el Instituto Nacional para la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE UU. Los pa¨ªses europeos debatir¨¢n si las adoptan a partir de esta semana en el congreso mundial que se celebra en Helsinki.
Uno de los asistentes a la citada reuni¨®n de Boston fue el presidente de la Sociedad Espa?ola de Diabetes, Jos¨¦ Luis Herrera Pombo. En su opini¨®n, los nuevos l¨ªmites que proponen los expertos estadounidenses ayudar¨¢n a detectar antes la diabetes del adulto, conocida como tipo II, "y probablemente va ha permitir que hagamos prevenci¨®n de otras complicaciones de la enfermedad", como son los problemas cardiovasculares y la ceguera, explica.
Tendr¨¢, no obstante, una pega. Y ser¨¢ el alto coste que conllevar¨¢ la detecci¨®n de m¨¢s diab¨¦ticos con su correspondiente necesidad de tratamiento. En EE UU ya se prev¨¦ que aumentar¨¢n en un 16%. En Espa?a se calcula que existen en estos momentos 1,5 millones de diab¨¦ticos tipo II. Y la incidencia es creciente debido al aumento de la esperanza de vida.
Empresas y seguros
Las nuevas directrices de EE UU de momento ya cuentan con el apoyo de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). A¨²n a la espera de sus posibles ventajas, algunos cient¨ªficos afirman que existen riesgos potenciales en el hecho de decir a una gran cantidad de personas sin s¨ªntomas que tienen una enfermedad cr¨®nica de consecuencias posiblemente devastadoras.Esos individuos tendr¨ªan que enfrentarse a empresarios y aseguradoras y, en algunos casos, tener que decidir si toman fuertes medicamentos cuyos efectos a largo plazo no se Conocen por completo.
Seg¨²n las nuevas directrices, una persona tiene diabetes cuando, en dos lecturas realizadas en dos d¨ªas diferentes, alcanza los 126 miligramos por decilitro o m¨¢s, en un sencillo an¨¢lisis de sangre llamado detecci¨®n de glucosa plasm¨¢tica, m¨¢s conocido como detecci¨®n de az¨²car en la sangre. El l¨ªmite anterior, fijado en 1979, era de 140 miligramos o m¨¢s.
La asociaci¨®n tambi¨¦n decidi¨® que la prueba de la detecci¨®n de glucosa plasm¨¢tica es suficiente para establecer el diagn¨®stico y que puede sustituir un proceso m¨¢s caro, m¨¢s desagradable y para la que se necesita m¨¢s tiempo: la prueba oral de tolerancia a la glucosa, que exige que los pacientes beban una soluci¨®n de glucosa y realicen dos horas despu¨¦s un an¨¢lisis de sangre. (Los indicadores que se utilizan en muchas consultas para determinar la glucosa de las muestras de orina no son adecuados para diagnosticar la diabetes.)
La asociaci¨®n recomienda rebajar el l¨ªmite de az¨²car en la sangre a 126 miligramos para un diagn¨®stico de diabetes porque la investigaci¨®n ha demostrado que a este nivel ya se desarrollan complicaciones de diabetes, entre ellas da?os en los vasos sangu¨ªneos que, con el tiempo, pueden llevar a enfermedades coronarias, infartos, problemas renales, ceguera, da?os en el sistema nervioso y amputaciones de los pies y de las piernas.
La Asociaci¨®n Estadounidense para la Diabetes calcula que, todos los a?os, la enfermedad provoca en EE UU 54.000 amputaciones, entre 12.000 y 24.000 casos de ceguera y 178.000 muertes debidas directamente a la diabetes y sus complicaciones.
Pero en las primeras fases, un nivel alto de az¨²car en la sangre no provoca s¨ªntomas visibles y muchos adultos, tienen diabetes durante siete a?os o m¨¢s antes de que les sea diagnosticada. Para entonces, ya se pueden haber producido da?os irreversibles en el sistema circulatorio y en algunos ¨®rganos.
Evitar complicaciones
James Gavin, experto cient¨ªfico del Instituto de MedicinaHoward Hughes de Chevy Chase, Maryland, comenta: "Los danos se producen antes de lo que cre¨ªamos". Gavin fue el presidente del grupo internacional de expertos que redact¨® las directrices tras analizar los resultados de las investigaciones realizadas durante 15 a?os. "Cuanto antes detectemos la enfermedad y cuanto m¨¢s agresivos seamos en su tratamiento, mas posibilidades tendremos de evitar este tipo de complicaciones", a?ade. "Esto es un intento por aumentar la concienciaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica".Aunque opina que las nuevas directrices beneficiar¨¢n en ¨²ltimo t¨¦rmino a los pacientes, Gavin afirma que no esperaba que los cambios tuvieran una buena acogida generalizada. Seg¨²n ¨¦l, mucha gente teme un diagn¨®stico de diabetes, no s¨®lo por lo que significa m¨¦dicamente, sino tambi¨¦n porque puede exponerles a sufrir discriminaci¨®n ante las aseguradoras o en el trabajo. Ya se han producido casos de discriminaci¨®n.
"Pero la diabetes se ha hecho acreedora de esa clase de connotaciones negativas porque hemos estado estudi¨¢ndola e intentando intervenir en sus ¨²ltimas fases, cuando las complicaciones ya han tenido oportunidad de desencadenarse precipitadamente. Esa desaz¨®n desaparecer¨¢ si podemos evitar las complicaciones", asegura Gavin.
Casi todos los nuevos casos ser¨¢n de personas que entran en la madurez, o con diabetes tipo II, que padecen entre un 90% y un 95% de diab¨¦ticos y que tiende a desarrollarse a partir de los 40 a?os. El tipo I, m¨¢s grave, se desarrolla habitualmente en la infancia o en la adolescencia y es provocadapor una grave carencia de la hormona insulina. Los pacientes del tipo II tienen m¨¢s probabilidades que los del tipo I de padecer exceso de peso, tensi¨®n arterial alta y otros factores de riesgo de las enfermedades card¨ªacas.
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