Francia asume que no cumplir¨¢ con Maastricht pese al plan urgente para atajar el d¨¦ficit

Francia conoci¨® ayer el resultado de la auditor¨ªa sobre las finanzas p¨²blicas encargada por el nuevo Gobierno de la izquierda. Como se tem¨ªa, el d¨¦ficit segu¨ªa bastante por encima del 3% exigido para la uni¨®n monetaria. Los auditores lo han estimado entre un 3,5% y un 3,7% a fin de 1997, seg¨²n sea la evoluci¨®n de la econom¨ªa en el segundo semestre. El ministro de Finanzas, Dominique Strauss-Kalm, anunci¨® una subida del impuesto de sociedades del 36,6% al 41,6% y el recorte del gasto para poder reducir el d¨¦ficit en un 0,41/%. Es decir, asume que, en el mejor de los casos, acabar¨¢ en el 3,1% del PIB.

La realidad, ahora, es que el d¨¦ficit franc¨¦s se mantendr¨¢ por en cima del 3% cuando, en la pr¨®xima primavera, se elabore la lista de los pa¨ªses en condiciones de acceder al euro. Combinando el aumento del Impuesto de Sociedades y la reducci¨®n del gasto, se lograr¨¢ reducir el d¨¦ficit cuatro d¨¦cimas. Eso quiere decir que, si la coyuntura econ¨®mica es buena, el d¨¦ficit ser¨¢ del 3,1 % (cuatro d¨¦cimas menos del 3,5% de las previsiones m¨¢s optimistas). Si no, ser¨¢ del 3,3%. Strauss -Kahn se cur¨® en salud e hizo hincapi¨¦ en que Francia cumplir¨¢ todos los dem¨¢s criterios de Maastricht, incluido el de endeudamiento p¨²blico (60% del PIB como m¨¢ximo), cosa que posiblemente no logre Alemania. El recorte lo lograr¨¢ mediante la aplicaci¨®n de una subida del Impuesto de Sociedades (IS) del 36% al 41,6% para las empresas con una facturaci¨®n superior a los 50 millones de francos (en torno a 1.250 millones de pesetas) y, en principio, tendr¨¢ una duraci¨®n de dos a?os. El Gobierno se comprometi¨®, adem¨¢s, a gastar 10.000 millones de francos (250.000 millones de pesetas) menos de lo previsto para este a?o.

Sarcasmo patronal

El incremento en casi un 15% del IS, que grava los beneficios de las empresas, era esperado. Y no constitu¨ªa una novedad. El Gobierno conservador de Alain Jupp¨¦ tambi¨¦n lo subi¨® un 10% en 1995. Durante el fin de semana, sin embargo, el primer ministro Lionel Jospin decidi¨® restringir la medida a las empresas de cierto tama?o (las que facturan anualmente m¨¢s de 50 millones de francos) y, sobre todo, descart¨® dos propuestas de Finanzas. La primera consist¨ªa en aumentar a las empresas las cotizaciones de jubilaci¨®n de sus empleados y la segunda en suspender la prevista reducci¨®n del IRPF a las rentas m¨¢s altas. Jospin apost¨® por cargar toda la presi¨®n fiscal a?adida sobre las empresas medianas y grandes, con lo que el tramo alto del Impuesto de Sociedades franc¨¦s se convierte en uno de los m¨¢s elevados de Europa.

Strauss-Kahn justific¨® el aumento del Impuesto de Sociedades por el importante nivel de beneficios de las empresas francesas y, sobre todo, por el volumen de sus recursos propios. La oposici¨®n conservadora opin¨® que la vuelta de tuerca a la presi¨®n fiscal tendr¨¢ un doble efecto negativo: reducir la inversi¨®n y, por tanto, la creaci¨®n de empleo, y favorecer el traslado de factor¨ªas desde Francia a otros pa¨ªses con impuestos m¨¢s benignos. La patronal CNPF afirm¨®, con sarcasmo, que "el pa¨ªs con m¨¢s presi¨®n fiscal del mundo ha decidido resolver sus problemas con un aumento de impuestos".

El Gobierno de Jospin conf¨ªa en lograr una recaudaci¨®n adicional de 22.000 millones de francos (550.000 millones de pesetas) gracias al aumento de la presi¨®n fiscal sobre las empresas. A ese incremento de los ingresos se unir¨¢ un recorte de 10.000 millones en los gastos de este a?o. Strauss-Kahn no especific¨® a qu¨¦ ministerios corresponder¨¢n esos ahorros, aunque adelant¨® que unos 2.000 millones ser¨¢n asumidos por el Ministerio de Defensa. "Nuestro objetivo es recaudar m¨¢s sin impedir el crecimiento econ¨®mico", se?al¨® el ministro. Fue una forma de evocar uno de los grandes errores de Alain Jupp¨¦: con su alza generalizada de impuestos en 1996, el anterior primer ministro inhibi¨® el consumo interno e impidi¨® que la recuperaci¨®n de la coyuntura internacional beneficiara a Francia.

El resultado de la auditor¨ªa encargada por Jospin a dos prestigiosos miembros del Tribunal de Cuentas permiti¨® tambi¨¦n descubrir otros errores de Alain Jupp¨¦. A principios de a?o, tanto Jupp¨¦ como el presidente, Jacques Chirac, sab¨ªan que el d¨¦ficit se manten¨ªa demasiado alto y que, pese a todas las reformas y alzas de impuestos, el objetivo del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) fijado en el Tratado de Maastricht era inalcanzable, a no ser que se aplicara un nuevo plan de austeridad. Ese dato permite ahora comprender mejor por qu¨¦ Chirac convoc¨® elecciones con un a?o de anticipaci¨®n y habl¨® de la necesidad de obtener una "nueva legitimidad" para "ir m¨¢s all¨¢ en las reformas".