?Cambio o par¨¦ntesis?
Reconforta el ¨¢nimo o¨ªr ahora las proclamas de unidad en la lucha contra el terrorismo de todas las fuerzas democr¨¢ticas. Ya era hora de dejar bien clara cu¨¢l es la aut¨¦ntica l¨ªnea divisoria frente al terrorismo, de denunciar con claridad a los c¨®mplices de los asesinos y de negarles el pan y la sal. Ya era hora de terminar con las ambig¨¹edades. Pero una vez dicho esto, hay que a?adir inmediatamente que el precio que se ha tenido que pagar para recomponer una unidad que nunca se debi¨® romper es un precio intolerablemente alto y que seguramente no se habr¨ªa recuperado la sensatez perdida si millones de ciudadanos y de ciudadanas no hubiesen salido a la calle para expresar su propia angustia y su propia rabia. Por eso saludo la unidad recobrada, pero, como ciudadano, pido garant¨ªas de que no se volver¨¢ a romper. Una vez pasada la conmoci¨®n general.La experiencia de estos ¨²ltimos a?os no incita, precisamente, al optimismo y a la euforia. Durante meses y meses la sociedad espa?ola ha asistido con estupor a unas batallas tremebundas entre partidos pol¨ªticos, medios de comunicaci¨®n, jueces y fiscales, estafadores y especuladores profesionales y chantajistas que han utilizado el tema del terrorismo como arma de combate contra el adversario y, muy espec¨ªficamente, como arma para echar como fuese al PSOE del poder. Un tema como el de los GAL, que es en s¨ª mismo una de las expresiones m¨¢s complejas de las dificultades y las contradicciones de nuestra transici¨®n a la democracia, y que precisamente por ello exig¨ªa un trato muy delicado, se ha transformado en arma arrojadiza para hacer valer intereses personales de tal o cual chantajista, meter en la c¨¢rcel a antiguos compa?eros del Gobierno que, al parecer, cerraron el paso hacia la cumbre pol¨ªtica, y, sobre todo, para desprestigiar hasta el l¨ªmite a los dirigentes socialistas. No hace ni dos meses que el primer vicepresidente del Gobierno, el se?or ?lvarez Cascos, todav¨ªa acusaba a Felipe Gonz¨¢lez de ser el jefe de los GAL y que Julio Anguita todav¨ªa repet¨ªa el tremendo sonsonete de que Felipe Gonz¨¢lez es la misteriosa X de los GAL. Y as¨ª, un d¨ªa y otro, metidos todos en una escalada de desprestigio mutuo, de deslegitimaci¨®n y de descalificaciones, se iba creando un clima de total confusi¨®n cuyo mensaje final no pod¨ªa ser m¨¢s terrible: que la lucha contra el terrorismo hab¨ªa sido ilegal en sus aspectos fundamentales, que los dirigentes socialistas de aquella lucha ten¨ªan que ser castigados y que, por consiguiente, ETA ten¨ªa raz¨®n o, por lo menos, una parte de raz¨®n.
?Por qu¨¦ extra?arse, entonces, de que estos mismos a?os hayan sido tiempos de provocaciones sin cuento por parte de ETA y sus c¨®mplices, que se hayan crecido en las calles de Euskadi, que hayan incendiado, saqueado, insultado y, de hecho, se hayan burlado de una legalidad que estaba siendo cuestionada por sus propios adversarios? ?C¨®mo no se pod¨ªan sentir respaldados si sus propios abogados y portavoces eran acusadores e interrogadores directos de los dirigentes socialistas encausados en el tema de los GAL? ?C¨®mo no se pod¨ªan sentir seguros de s¨ª mismos cuando en la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento Vasco los c¨®mplices de ETA consegu¨ªan el apoyo del PNV, de EA y de IU para llevar al Gobierno de Espa?a ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo por el tema de los presos de ETA? ?Y c¨®mo no se pod¨ªan sentir legtimados cuando el propio portavoz del PNV, Joseba Eg¨ªbar, insinuaba que algo habr¨ªa hecho el se?or Ortega Lara para merecer la terrible tortura a que fue sometido por sus secuestradores etarras, sin que dicho portavoz fuese destituido fulminantemente por sus superiores?
Y ha tenido que ocurrir lo que ha ocurrido con el miserable asesinato de Miguel ?ngel Blanco para que la poblaci¨®n sintiese que ten¨ªa que tomar cartas en el asunto directamente.. Por esto, las impresionantes manifestaciones de protesta de estos d¨ªas no s¨®lo han sido esto, grandes protestas, sino tambi¨¦n un serio aviso a las fuerzas pol¨ªticas con un mensaje muy sencillo: terminen ustedes con estas peleas de bajo techo, corrijan y cambien todo aquello que hasta ahora les ha llevado a la divisi¨®n y a la bronca, ¨²nanse sin fisuras contra el terrorismo y sumen sus fuerzas para derrotar a ETA y sus c¨®mplices.
Naturalmente, no ser¨¢ f¨¢cil la reconversi¨®n cuando algunos, como el PP e IU, han llevado tan lejos la l¨ªnea de ataque en temas como el de los GAL y otros. Tampoco resultar¨¢ f¨¢cil para el PNV y EA mantener a ultranza la l¨ªnea divisoria creada estos d¨ªas bajo el impacto de la gran movilizaci¨®n popular. El art¨ªculo que public¨® hace unos d¨ªas Antonio Elorza en estas mismas p¨¢ginas en relaci¨®n con el programa de la cadena de televisi¨®n Arte sobre Euskadi mostraba claramente la complejidad de una pol¨ªtica que tiene un pie en un lado y otro en el lado contrario. Por otro lado, habr¨¢ que ver si el PP cae o no en la tentaci¨®n de instrumentalizar en beneficio propio lo ocurrido en estos d¨ªas.
A todos convendr¨ªa analizar bien el sentido de las grandes movilizaciones por el asesinato de Miguel ?ngel Blanco. Lo que lanz¨® a millones de personas a la calle fue, sin duda, la conmoci¨®n de un asesinato cruel que desbord¨® el vaso lleno de tantos cr¨ªmenes. Pero el mill¨®n y pico de madrile?os que se movilizaron ten¨ªan muy claro su objetivo cuando dec¨ªan "basta ya" y "vascos s¨ª, ETA no". Claro lo ten¨ªan tambi¨¦n el mill¨®n y pico de catalanes que protagonizaron en Barcelona una manifestaci¨®n plural, abierta y expresiva de la aut¨¦ntica realidad de una Catalu?a totalmente solidaria con el Pa¨ªs Vasco y contra la violencia. Y lo mismo se puede decir de todas las dem¨¢s manifestaciones en tantos y tantos lugares de Espa?a, y que no s¨®lo gritaban su ira contra ETA, sino que romp¨ªan uno de los peores equ¨ªvocos del nacionalismo vasco democr¨¢tico cuando considera que la l¨ªnea divisoria principal es la que separa a los vascos y a los espa?oles. ?sta es, sin duda, la clave del asunto ahora y en el futuro.
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