'La aldea maldita', una cumbre de nuestro cine
Con la emisi¨®n esta noche (La 2, a las 0.55) de La aldea maldita (1929), comienza un ciclo de cine dedicado a Flori¨¢n Rey, uno de los supremos creadores del clasicismo cinematogr¨¢fico espa?ol en los a?os veinte y treinta. Este filme, forjador de una parte indispensable de la identidad del cine espa?ol, es hoy una leyenda viva, pero hasta hace pocos a?os fue una leyenda moribunda, que el prodigio del trabajo de restauraci¨®n de Juan Marin¨¦ y los equipos de salvamento de viejo celuloide de la Filmoteca Espa?ola resucitaron en todo su esplendor. Estamos ante el punto de arranque de nuestro cine moderno.
La obra de Flori¨¢n Rey -su nombre real era Antonio Mart¨ªnez del Castillo y naci¨® en La Almunia de Do?a Godina, Zaragoza, en 1896- comenz¨® en escenarios y plat¨®s de rodaje, delante de las c¨¢maras, en 1920. Entre sus trabajos interpretativos dejaron huellas los que hizo en la primera versi¨®n de La verbena de la Paloma, en 1921, y La casa de la Troya, en 1924. Pero en este territorio alcanz¨® la correcci¨®n y no pas¨® de ella.Durante el rodaje de esta ¨²ltima pel¨ªcula, Flori¨¢n Rey conoci¨® a otro gran actor-director-productor, y no hace falta decir que de la estirpe de los fundadores de nuestro cine: Juan de Ordu?a. En este encuentro est¨¢ la llave que abri¨® las puertas a la evoluci¨®n posterior del cineasta, pues de su amistad con Ordu?a naci¨® un nombre m¨¢gico, Goya Filins, la empresa de producci¨®n que encarril¨® su talento al lugar que buscaba detr¨¢s de las c¨¢maras. En ese mismo a?o 1924, casi a bote pronto, Flori¨¢n Rey encar¨® su primer trabajo de direcci¨®n, La revoltosa, que le sali¨® redondo, arrastr¨® mucho p¨²blico y abri¨® el horizonte a un itinerario de direcci¨®n plagado de t¨ªtulos que todav¨ªa hoy son imborrables de las p¨¢ginas del libro de oro de la historia de nuestro cine.
Seis de estos t¨ªtulos son los seleccionados por Televisi¨®n Espa?ola para llenar el ciclo que hoy comienza: adem¨¢s de la aludida (y esencial) La aldea maldita, se emitir¨¢n las excelentes Nobleza baturra (realizada en 1935), el 30 de julio; Morena Clara (realizada en 1936), el 6 de agosto. La canci¨®n de Aixa (realizada en 1939), La Dolores (del mismo a?o) e ¨ªdolos (realizada en 1943) ser¨¢n emitidas los d¨ªas 13, 20 y 27 del mismo mes, respectivamente.
Una parcela medular de la obra de Flori¨¢n Rey est¨¢ ¨ªntimamente entrelazada con la de una extraordinaria tonadillera y actriz que fue su esposa, Imperio Argentina, una mujer que es una leyenda en s¨ª misma y con la que trabaj¨® en 11 pel¨ªculas, varias de ellas fundamentales en la filmograf¨ªa del cineasta. Tres est¨¢n en el ciclo: Nobleza baturra, Morena Clara y La canci¨®n de Aixa, pero se echa de menos la incomparable La hermana de San Sulpicio que lograron juntos, en la que si Imperio logr¨® una creaci¨®n brillant¨ªsima, eminente, Rey mostr¨® en estado de gracia su don para lograr un delicado y elegante equilibrio entre la comedia y el melodrama noble.
En ¨ªdolos, muchos pueden familiarizarse con uno de los rostros m¨¢s intensos, bellos, elegantes y poderosos de nuestro cine, el de la donostiarra Conchita Montenegro, extraordinaria mujer y actriz de alcance universal, que trabaj¨® para alguno de los grandes del Hollywood de su ¨¦poca. Esta artista, hoy ignorada por casi todos aqu¨ª, alcanz¨® la talla de las m¨¢s grandes de un tiempo dorado del cine. Por desgracia, ?dolos, realizada por Rey en 1943, est¨¢ muy lejos de ser la pel¨ªcula que se merece su rescate, aparte de una de las m¨¢s artificiosas y convencionales de la obra de Rey.
En La Dolores nos encontramos con una tercera gran mujer del cine espa?ol cl¨¢sico, Concha Piquer, una genial, inmensa tonadillera que no alcanz¨® como int¨¦rprete las alturas de Imperio Argentina y Conchita Montenegro, pero con la que recuperamos el perfume de algunas esquinas inolvidables de nuestra historia sentimental. Sigue la gran Piquer viva a la manera del gran Flori¨¢n Rey, muerto en Alicante el 11 de de abril de 1962.
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