Tormentosa transici¨®n interna en medio de un cambio pol¨ªtico
M¨¢s all¨¢ del plan de ajuste financiero exigido por la elevada deuda (800 millones de d¨®lares, unos 120.000 millones de pesetas) la complicada transici¨®n que vive Televisa ha abierto numerosas inc¨®gnitas sobre las estrategias futuras. La batalla por el poder ha hecho saltar por los aires los arreglos que el todopoderoso presidente del grupo, Emilio Azc¨¢rraga Milmo, dispuso en marzo pasado, antes de morir. Como en los folletines caseros, herederos y accionistas, encabezados por una de las esposas de El Tigre, mueven sus fichas alrededor de una fortuna cifrada por la revista Forbes en 1.600 millones de d¨®lares.Azc¨¢rraga hab¨ªa dejado las riendas del consorcio en manos de un d¨²o: su hijo, Emilio Azc¨¢rraga Jean, de 29 a?os, como presidente, y Guillermo Ca?edo, de 36, hijo de su gran amigo Guillermo Ca?edo de la B¨¢rcena, como principal ejecutivo. Tras la muerte del veterano empresario, sin embargo, reapareci¨® en escena Alejandro Burillo, un sobrino de Azc¨¢rraga al que el joven Ca?edo hab¨ªa logrado desplazar de la direcci¨®n el pasado a?o. Convertido en vicepresidente y asesor personal de su primo Emilio, Burillo no dud¨® descalificar a su viejo enmigo, el joven Ca?edo. "Hasta donde yo s¨¦, Ca?edo no tiene ninguna experiencia en finanzas y deber¨ªa irse", declar¨® al peri¨®dico The Wall Street Journal. El control del mayor consorcio de comunicaci¨®n en espa?ol queda ahora en manos de las tres "familias tradicionales": los Azc¨¢rraga, los Burillo y los Alem¨¢n, descendientes, estos ¨²ltimos, del ex presidente mexicano Miguel Alem¨¢n.
Algunos ejecutivos comentan que Televisa se ha replanteado su estrategia para Espa?a. Hay quienes prefieren reconvertir su papel al de un proveedor de programaciones. Los intentos de EL PA?S para obtener la versi¨®n del grupo han sido infructuosos. En cualquier caso, la preocupaci¨®n del equipo directivo est¨¢ concentrada en reducir los gastos.
Un nuevo r¨¦gimen
Las elecciones legislativas del pasado 6 de julio dieron un vuelco al r¨¦gimen autoritario que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) instal¨® en M¨¦xico hace 68 a?os. Con una rapidez inusitada, Televisa se ha adaptado a estos nuevos tiempos y los aires de la transici¨®n democr¨¢tica inundan sus informativos.Esto no quiere decir que la trayectoria del gran consorcio haya cambiado necesariamente. La l¨ªnea "editorial" la dej¨® sentada Emilio Azc¨¢rraga cuando dijo que ¨¦l era un "soldado del presidente". Durante estos largos a?os en que los presidentes de M¨¦xico han ejercido un poder autocr¨¢tico, los telediarios de Televisa han sido un continuo parte oficial. Y ahora que el presidente ha decidido impulsar la democratizaci¨®n de un sistema que ya no da m¨¢s de s¨ª, la fiel cadena ha sido el mejor veh¨ªculo para alentar el aperturismo.
La noche electoral del 6 de julio marc¨® el parteaguas en la l¨ªnea informativa de Televisa. El tono de las cr¨®nicas y la presencia en los estudios de importantes intelectuales, algunos cr¨ªticos con el sistema mexicano, rompi¨® los esquemas. El opositor Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas -hasta este a?o denostado o ignorado- pas¨® por su plat¨® cuando se conoci¨® su triunfo en la alcald¨ªa de la Ciudad de M¨¦xico. Era el colof¨®n a una correcta cobertura de campa?a.
Una nueva inc¨®gnita, de las muchas que rodean a Televisa, se ha abierto con respecto a la estructura futura de sus servicios informativos. Su cabeza m¨¢s visible, el incombustible periodista Jacobo Zabludovsky, parece haber entrado en declive a pesar de sus esfuerzos por adecuar su imagen y la de su programa, 24 horas, a la nueva coyuntura. La audiencia, sin embargo, no ha respondido y el telediario de Televisi¨®n Azteca se lleva al gato al agua con un tono m¨¢s sensacionalista.
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