Un torment¨®n
Cay¨® un torment¨®n y se suspendi¨® la corrida. Pero eso fue a la altura del quinto toro, cuando ya daba casi igual. Mojados, chorreando, convertidos en sopas, los aficionados hab¨ªan adoptado la determinaci¨®n de continuar hasta el final o morir en. el empe?o. Los aficionados est¨¢n acostumbrados al sufrimiento y no les importa apurar el c¨¢liz hasta el ¨²ltimo sorbo en aras de la fiesta. Peores son otras amarguras. Sin ir m¨¢s lejos, esperar ilusionados a Curro y Paula, ambos anunciados, y encontrarse con la frustraci¨®n de que se caen del cartel simplemente por un cambio de. toros, en una bochornosa manifestaci¨®n de falta de verg¨¹enza torera.A los toreros, por el contrario, no pod¨ªa darles igual la lluvia. El ruedo se puso imposible. Aquel tormentaz o que revent¨® con rayos cegadores y escandalosos truenos a eso de las ocho, menos cuarto de la tarde sobre la plaza de toros de Valencia -aseguran corresponsales que ,en Valencia entera tambi¨¦n no permit¨ªa florituras. Bregar sobre charcos no tiene ninguna gracia, banderillear menos y si los derechazos, ya caen gordos de suyo, pegarlos sobre el barrizal constituye un exabrupto al sentido com¨²n, una ofensa personal.
Varias / Caballero, Barrera, Canales
Toros: 1? de Joaqu¨ªn N¨²?ez, terciado, flojo, noble. 2? de Joao Moura, novillo,sospechoso de pitones, flojito. Y y 4? de Daniel Ruiz, bien presentados, sospechosos de pitones, inv¨¢lidos. Dos de Osborne no se pudieron lidiar.Los veterinarios rechazaron dos toros de Moura, uno de Ruiz ganader¨ªas anunciadas y varios de otros hierros presentados al reconocimiento. Curro Romero y Rafael de Paula se cayeron del carteIes sustituyeron Caballero y Canales. Manuel Caballero: estocada y descabello (aplausos y saludos); pinchazo perdiendo la muleta, tres pinchazos, media estocada ca¨ªda y tres descabellos (aplausos y saludos). Vicente Barrera: pinchazo hondo y rueda de peones (silencio). Canales Rivera:estocada ca¨ªda y rueda de peones (silencio). Tras el 4? se suspendi¨® la corrida por lluvia. Plaza de Valencia, 23 de julio. 5? a corrida de feria. Dos tercios de entrada.
Picar, en cambio, lo que yo le diga. Picar es irrelevante que se haga en lo mojado o en lo enjuto, entre otras razones porque ya no se pica. Los toros salen picados de los chiqueros, valga la, expresi¨®n. Y los picadores -con su bota hierro terr¨ªbifis, su juvenil calzona de bayeta, su chaquetilla bord¨¢, su castore?ito coquet¨®n ca¨ªdo graciosamente al ojo, su larga puya en ristre- se limitan a tirar la vara desde lo alto de un descomunal percher¨®n forrado de guata, hacer un agujero de profundidad aleatoria en el delicado espinazo del toro, y se les termin¨® el trabajo: los toros no resisten m¨¢s.De esta feble condici¨®n eran los toros que se llegaron a lidiar. Discretamente presentado el N¨²?ez que abri¨® plaza, Manuel Caballero le propin¨® afanosa faena con incansable producci¨®n de derechazos sin ajuste ni reuni¨®n, y en cierto momento del destajo intercal¨® una destemplada tanda de naturales.
El segundo fue el ¨²nico de Joao Moura que pas¨® el, reconocimiento y los aficionados se preguntaban c¨®mo ser¨ªan los rechazados pues el superviviente carec¨ªa de trap¨ªo y pon¨ªa la carita tierna propia de los novillos. Barrera no se acompl¨® ni en las ver¨®nicas ni en los derechazos. Tardeaba el toro-novillo-tierno, y las formas que emple¨® el diestro citando de perfil, la muleta retrasada, adelante el pico, no eran precisamente las adecuadas para excitarle el celo. Tres minutos despu¨¦s de iniciar las intentopas se perfilaba Barrera para matar, y mat¨®.
Canales Rivera recibi¨® a su inv¨¢lido, divisa Daniel Ruiz, con dos valerosas largas cambiadas. Ven¨ªa a por todas el torero que el d¨ªa anterior hab¨ªa cortado una oreja mas el toro no estaba por colaborar; antes bien , quer¨ªa morirse, trastabillaba al embestir, se postraba de hinojos. Empezaron a caer entonces las primeras gotas de lluvia y Canales abrevi¨®.
La lidia del cuarto toro, ya tuvo otros registros, pasajes de inquietud, peligro latente pues arrojaba el cielo sobre la plaza una lluvia torrencial. Manuel Caballero, sin embargo, no se amilan¨®. Antes bien, indiferente la buc¨®lica invalidez del toro y la furia desatada del meteoro, peg¨® todos los derechazos del mundo, en varios de ellos se arrim¨®, sufri¨® un desarme, continu¨® en la liza, compuso desplantes.... Si en lugar de pinchar mal mata bien, le dan la oreja, que ten¨ªa merecida.
La lluvia hab¨ªa empezado al doblar el tercer toro, a pesar de lo cual par¨® la corrida para merendar seg¨²n es costumbre en Valencia. La verdad es que casi nadie merienda nunca menos a¨²n con la que estaba cayendo, y se produjo una situaci¨®n surrealista: la mayor¨ªa del p¨²blico escap¨® a guarecerse en los pasillos interiores mientras los toreros aguantaban el chaparr¨®n a pie firme.
Al reemprenderse la funci¨®n el ruedo se encontraba anegado, las cuadrillas caladas hasta los huesos, los aficionados a punto de coger una pulmon¨ªa. No import¨®: el presidente, que deb¨ªa de estar calentito y reconfortado con el tentempi¨¦, orden¨® la salida del cuarto toro. No se crea que, muerto, se produjo la suspensi¨®n inmediata. A¨²n hubieron de deliberar los toreros con el delegado de la autoridad bajo el chaparr¨®n, salir al redondel y hundir las zapatillas en el barro, los peones hacerle gestos al presidente d¨¢ndole a entender que aquel suelo era impracticable, San Pedro enviarle rayos y truenos para que se enterara... Dios, qu¨¦ cruz.
LA CORRIDA DE HOY
Cartel de la corrida de hoy, 6? de la Feria de Julio.- Toros de Los Bayones. Matadores: Joselito, Enrique Ponce y Vicente Barrera. A las 19 horas.
Babelia
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