El espejo del Ulster
Existen diferencias muy claras que hacen inaplicable sin m¨¢s un eventual modelo de pacificaci¨®n en el Ulster al Pa¨ªs Vasco. Hist¨®ricamente, estamos all¨ª ante los resultados de un dominio casi colonial de Irlanda por Inglaterra, doblado por la confrontaci¨®n religiosa en el norte entre cat¨®licos (secularmente sometidos) y protestantes (unionistas). Quedaron as¨ª frente a frente dos comunidades en un mismo territorio, pugnando la primera por la reunificaci¨®n con la Irlanda independiente y la segunda por mantener los v¨ªnculos con un Reino Unido que para controlar la situaci¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas, impuso una intervenci¨®n militar. Es claro que . en Euskadi, por fortuna, ni hay guerra de religiones ni enfrentamiento de comunidades, aunque la nacionalista tienda a configurarse como tal, ni por supuesto nadie pide la anexi¨®n al pa¨ªs vecino. Funcionan instituciones democr¨¢ticas, en el marco del Estatuto de autonom¨ªa gracias a las cuales es posible conocer con regularidad cu¨¢l es la voluntad pol¨ªtica de los vascos.Ahora bien, marcar las diferencias no impide destacar al mismo tiempo los puntos de contacto entre una, y otra situaci¨®n, derivados de la ejemplaridad que desde 1915 revisti¨® el nacionalismo cat¨®lico irland¨¦s, en su ideolog¨ªa y en sus formas de lucha y organizaci¨®n, para el sector independentista del nacionalismo vasco. El punto de llegada ha sido el mismo la dualidad org¨¢nica, con un n¨²cleo de acci¨®n terrorista, el IRA en el Ulster, ETA en Euskadi, que alcanza una proyecci¨®n pol¨ªtica mediante la segunda organizaci¨®n, Sinn Fein y Herri Batasuna, respectivamente. Y los efectos tambi¨¦n han sido los mismos: una conjugaci¨®n tr¨¢gica de violencia callejera permanente y de atentados al correr del tiempo. De ah¨ª la importancia del gesto del Sinn Fein, abriendo de nuevo el espacio para una tregua en la cual pueda desarrollarse sin presiones externas la negociaci¨®n pol¨ªtica para alcanzar de una vez la pacificaci¨®n del territorio.
La ocasi¨®n est¨¢ ah¨ª, al alcance del t¨¢ndem ETA-HB, que al proclamar unilateralmente la tregua podr¨ªa recuperar el terreno perdido ante la opini¨®n p¨²blica vasca con sus ¨²ltimos cr¨ªmenes. Seguir con la "alternativa democr¨¢tica" es tratar en vano de enga?ar a los dem¨¢s y de enga?arse a s¨ª mismos. A los dem¨¢s, porque muchas f¨®rmulas pol¨ªticas son en principio democr¨¢ticas, desde la independencia hasta la reconstrucci¨®n del Estado centralista, pero nunca es democr¨¢tico llegar a ellas mediante la presi¨®n del terror ejercido por una minor¨ªa. ?Qui¨¦n va a creerse que ETA y HB iban a asistir con flema brit¨¢nica a un ejercicio (le la autodeterminaci¨®n en Euskadi y en Navarra del que saldr¨ªa abrumadoramente vencida la independencia? Sobre todo, ?por qu¨¦ saltarse para cualquier cambio institucional a los parlamentos vasco y navarro, entregando la representaci¨®n de la sociedad vasca por la sola gracia de sus muertes a ETA en el supuesto "contencioso con el Estado espa?ol"? Y como nadie les sigue ya por ese camino, el ejercicio resulta in¨²til, salvo para prolongar la secuencia inacabable de atentados y encarcelamiento.
Por su parte, m¨¢s all¨¢ de las reformas legales que sean necesarias para contener las formas m¨¢s visibles de violencia, y a pesar de lo ocurrido, el Gobierno no debiera contentarse con un enroque sobre posiciones defensivas, al calor de las grandes movilizaciones de las pasadas semanas. Cierto que aqu¨ª para "mover ficha" es preciso mantener y hacer operativa la unidad democr¨¢tica proclamada en Ajuria Enea y en Madrid tras el asesinato de Miguel ?ngel Blanco, cuyas primeras resquebrajaduras son ya visibles. En la base, porque las solidaridades locales juegan, como jugaron en Ermua, pero pueden actuar en sentido inverso y hacer saltar todo por los aires a la primera: ejemplo, Arrigorriaga. En el v¨¦rtice, por la tentaci¨®n del desmarque oportunista, practicado desde el primer d¨ªa por Anguita y los suyos. Con la adecuada cobertura intelectual: las mareas no suelen ser del gusto de los esp¨ªritus elegidos, que tienden a apuntarse como profetas del reflujo. Extra?amente, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n est¨¢ dando todo un recital en este sentido. Y entre unos y otros, con el des¨¢nimo que la inacci¨®n introducir¨ªa en los millones de ciudadanos movilizados desde el 10 de julio, puede perderse la ocasi¨®n de adelantar la perspectiva de Paz por Presos que quebrara el c¨ªrculo vicioso en que a¨²n nos movemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Conexiones terroristas
- Sinn Fein
- IRA
- Opini¨®n
- Artefactos caseros
- HB
- Irlanda del Norte
- Guerrilleros
- Estatutos Autonom¨ªa
- Atentados terroristas
- Pa¨ªs Vasco
- Estatutos
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Reino Unido
- Guerrillas
- Lucha antiterrorista
- Combatientes
- ETA
- Comunidades aut¨®nomas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Europa occidental
- Partidos pol¨ªticos
- Grupos terroristas
- Normativa jur¨ªdica
- Administraci¨®n auton¨®mica