La Iglesia pagar¨¢ en EE UU 18.000 millones por un caso de abuso sexual
Una de las v¨ªctimas, antiguo monaguillo, se suicid¨® en 1992
Rudolph Kos, un sacerdote de Dallas (Tejas, EEUU), vej¨® sexualmente a 11 monaguillos entre 1977 y 1992 y tendr¨¢ que pagarles por ello, con la di¨®cesis, 118 millones de d¨®lares (unos 18.000 millones de pesetas). Un jurado popular decidi¨® el jueves imponer esa multa, la m¨¢s alta recibida por la Iglesia cat¨®lica de EE UU por un caso de abuso sexual. Una de las v¨ªctimas de Kos se suicidi¨® tras denunciarle en 1992.
Los antiguos monaguillos y los familiares del fallecido hab¨ªan denunciado al reverendo Kos y a la di¨®cesis de Dallas, por considerar que ¨¦sta no quiso llamarle la atenci¨®n. En su veredicto, el jurado confirm¨® que la di¨®cesis era culpable de negligencia, conspiraci¨®n y fraude para encubrir los hechos.La Iglesia Cat¨®lica de EEUU ha reconocido que se trata de la mayor indemnizaci¨®n que se le ha impuesto nunca. La anterior marca era del a?o pasado y rondaba los 13 millones de d¨®lares. Pero el regreso de los abusos en la Iglesia al ojo p¨²blico supone un dan- o quiz¨¢ mayor. En los ¨²ltimos a?os, varias personas hab¨ªan retirado sus alegaciones contra el cardenal de Chicago, Joseph Bernardin, y la causa de las v¨ªctimas de este tipo de delito estaba en decadencia.
Las aseguradoras pagan gran parte de las indemnizaciones que caen sobre las di¨®cesis de EEUU por casos de abuso sexual, pero evidentemente ¨¦sta no es la soluci¨®n. Este mismo a?o sali¨® a la luz el caso de la di¨®cesis de Santa Fe (Nuevo M¨¦xico), al borde de la ruina por haber tenido que llegar a acuerdos econ¨®micos por 165 casos de abuso sexual desde 1994.
Despertar al Papa
"Espero que despierten al Papa con esta noticia", dijo la fiscal Sylvia Demarest, una declaraci¨®n recogida por todos los medios de EEUU. "Este veredicto env¨ªa un claro mensaje a la jerarqu¨ªa cat¨®lica del mundo: este abuso debe terminar". Seg¨²n la acusaci¨®n, Rudolph Kos vej¨® a cientos de ni?os entre 1977 y 1988, cuando estudiaba en un seminario de Dallas. A Kos se le imputan, entre muchos otros, contactos sexuales con un ni?o de 9 a?os y otro de 13. Adem¨¢s, durante dos a?os estuvo viviendo con otro menor en su casa, haciendo creer que lo hab¨ªa adoptado. En el juicio se explic¨® tambi¨¦n que les involucraba en masajes corporales y masturbaci¨®n y sexo oral.A pesar de una serie de quejas planteadas ante la di¨®cesis en los a?os 80, sus superiores no s¨®lo se negaron a investigar, sino que le ascendieron en 1988. S¨®lo con la denuncia formal de una de sus v¨ªctimas, Jay Lemberger, en 1992, Kos fue suspendido. Posteriormente, Lemberger se quit¨® la vida. Ten¨ªa 20 a?os.
El juicio, que ha incluido 11 semanas de testimonios, ha sido tan emotivo que, al concluir, el juez se baj¨® de su palestra y dijo a las v¨ªctimas: "He estado tan cerca de vuestra tragedia que tengo el coraz¨®n roto". En otro gesto cargado de drama, el jurado emiti¨® un comunicado solicitando a la di¨®cesis que admitiera su culpa en el caso del reverendo Kos y que "permitan a estos j¨®venes seguir adelante con sus vidas".
La di¨®cesis de Dallas no ha admitido las acusaciones de negligencia. Aunque tampoco ha negado los hechos imputados a Kos, ha anunciado que recurrir¨¢n. Suspendido del sacerdocio, Kos vive en San Diego (California) y tiene pendientes otras dos demandas por causas parecidas. Se estima que el peso de la indemnizaci¨®n recaer¨¢ en la di¨®cesis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.