Estados Unidos busca una soluci¨®n pol¨ªtica para la crisis de Camboya

Estados Unidos busca un "arreglo pol¨ªtico" para Camboya, con objeto de que el actual hombre fuerte, Hun Sen, desmantele parcialmente sus milicias y permita el regreso de su derrocado rival, pr¨ªncipe Norodom Ranaridh, con el fin de que se celebren elecciones democr¨¢ticas el pr¨®ximo a?o. As¨ª lo han se?alado fuentes oficiales norteamericanas en Kuala Lumpur (Malaisia) durante la reuni¨®n de la Asociaci¨®n de Naciones del Sureste Asi¨¢tico (ASEAN). Stephen Solarz, plenipotenciario del presidente Bill Clinton para el conflicto, admiti¨® ayer haber encontrado m¨¢s flexibilidad el! las autoridades camboyanas, pero confes¨® que est¨¢ a¨²n lejos la soluci¨®n.La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, y el ministro de Exteriores chino, Qian Qichen, abordaron ayer en la capital malaya la crisis de Camboya. Qian expres¨® la preocupaci¨®n por la situaci¨®n de ese pa¨ªs y la confianza de que el problema se resuelva "por medios pac¨ªficos", pero recalc¨® que China no tiene intenci¨®n de inmiscuirse en el asunto. Hun Sen ha aceptado reunirse de nuevo con una delegaci¨®n de la ASEAN al tiempo que Ranaridh estar¨ªa dispuesto a ser reemplazado de su cargo de primer primer ministro por un miembro de su propio partido.

El problema de Camboya y el ingreso de Birmania y Laos en la ASEAN centraron las reuniones que mantuvieron los pasados d¨ªas los ministros de Exteriores del foro regional asi¨¢tico. La entrada birmana en la organizaci¨®n ha sido criticada por Washington. El primer ministro de Malais¨ªa, Mahathir Mohamed, acus¨® ayer al financiero norteamericano George Soros de haber provocado la crisis monetaria regional para castigar el ingreso del Gobierno militar birmano en la ASEAN.

Entretanto, Pol Pot y sus pr¨®ximos colaboradores han sido condenados a '!Prisi¨®n de por vida" por los jemeres rojos, quienes han decidido cambiar el nombre de la facci¨®n armada, anunci¨® ayer la radio de la guerrilla camboyana. Medios diplom¨¢ticos han acogido con escepticismo la noticia de la condena del responsable del genocidiode dos millones de camboyanos, cuya suerte sigue siendo objeto de contradicciones.