Poco humanoide
PUEDE QU? algunas personas hayan sentido un cierto escalofr¨ªo ante. el anuncio de que una compa?ia japonesa ha presentado un nuevo robot llamado Humanoide P-2. El robot en cuesti¨®n no s¨®lo tiene el, nombre, sino tambi¨¦n el aspecto de uno de esos robots que aparecen en los relatos de ficci¨®n cient¨ªfica, y seguramente por eso ha llamado la atenci¨®n m¨¢s que algunos de sus cong¨¦neres, de aspecto menos humano pero de parecidas prestaciones. De ellas, seguramente la m¨¢s novedosa, en el caso que nos ocupa, es su capacidad para mantener el equilibrio sobre dos extremidades cuando camina sobre firmes irregulares o con obst¨¢culos. Por lo dem¨¢s, este nuevo artilugio es un eslab¨®n m¨¢s en la cadena de robots que van apareciendo desde hace ya bastantes a?os con movimiento propio y diverso grado de autonom¨ªa en la toma de decisiones. Si es que se puede calificar de tal manera el reducido espectro de posibilidades que, de momento, tienen a su alcance.Esposible que en el futuro seamos capaces de construir m¨¢quinas que, adem¨¢s de sus cualidades mec¨¢nicas, lleven incorporado un ordenador lo suficientemente potente y vers¨¢til como para que puedan recordat aunque sea de lejos, la complejidad inherente a la conducta humana; o a la de cualquier animal m¨ªnimamente evolucionado. Hasta que esa lejana meta se alcance, es exagerado cualquier tipo de preocupaci¨®n moral acerca de los peligros de un mundo robotizado.
Lo cual no obsta para ponderar la ingeniosidad y el trabajo que requiere la fabricaci¨®n de m¨¢quinas de una tal sofisticaci¨®n. M¨¢quinas que est¨¢n ya siendo ¨²tiles, como en estos d¨ªas demuestra la expedici¨®n a Marte, en la que un peque?o robot en forma de carricoche se pase¨® por la superficie del planeta rojo para analizar su suelo y enviar los datos a la Tierra sin poner en peligro la vida de seres humanos en un hipot¨¦tico viaje que ser¨ªa incierto, caro y complicado. Los robots est¨¢n ya siendo ¨²tiles en diversos sectores industriales o de investigaci¨®n para realizar trabajos especialmente penosos o repetitivos, en la manipulaci¨®n de sustancias t¨®xicas o radiactivas y en el trabajo en entomos especialmente hostiles -como es el caso de Marte-, casos todos ellos en los que la presencia humana no ser¨ªa aconsejable.
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