Parada en Conde Duque
M¨®nica Bardem regenta una de las tabernas, junto al Cuartel, a las que acuden cineastas a combatir el est¨ªo
"?Que cuando los clientes intentan ligar conmigo se ponen bordes? Entonces me pongo muy macarra y les corto r¨¢pidamente el rollo". M¨®nica Bardem descubri¨® el impacto sensual de las camareras desde el primer d¨ªa que se puso detr¨¢s de una barra, hace m¨¢s de una d¨¦cada, cuando era una veintea?era aspirante a actriz. "Not¨¦ de repente que atra¨ªa a hombres que seguramente nunca se habr¨ªan fijado en m¨ª. La camarera es una especie de madre que les da lo que andan buscando: una copa, comida, conversaci¨®n y amparo".M¨®nica regenta desde hace poco m¨¢s de un a?o su propia taberna-terraza, La Bardemcilla, en la calle de Cristo, una peque?a traves¨ªa situada frente a los cuarteles de Conde Duque y flanqueada por las calles Lim¨®n y Bernardo L¨®pez. Con sus tres terrazas y un par de tiendas de artesan¨ªa, la calle Cristo parece el t¨ªpico callej¨®n de un pueblo costero, como si el mar estuviera escondido tras la plaza de las Comendadoras.
Con ella lleg¨® el esc¨¢ndalo al barrio, cuando los taberneros se enteraron de que una mujer se atrev¨ªa a tirar cerveza. "He sido la primera mujer que he osado a hacerlo en la zona. Los bodegueros no se fiaban de que una chica con escote y minifalda pudiera manejar bien el grifo. He superado la prueba", presume.
Hija de la conocida actriz Pilar Bardem, de la que ha heredado presencia y voz, M¨®nica, de 33 a?os, ha hecho algunas incursiones en el cine. No ha renunciado a su vocaci¨®n, pero es una chica pr¨¢ctica. Su principal objetivo es pagar el piso. Por eso, junto al hombre de su vida, Jos¨¦ Ram¨®n, decidi¨® poner en marcha su propio local, decorado con antiguas fotograf¨ªas del ¨¢lbum familiar, incluida una de su t¨ªo Juan Antonio Bardem, que posa cuando ten¨ªa dos a?os junto a su madre, Matilde Mu?oz Sampedro.
La zona se revoluciona cuando aparecen por el bar sus amigos del cine, Jorge Sanz, Ruth Gabriel, Candela Pe?a, ?scar Ladoire o su hermano Javier Bardem, de quien dice, orgullosa: "Est¨¢ tan estupendo gracias a los cola-caos que yo le preparaba de ni?o".
Las actuaciones de los Veranos de la Villa en el patio central del Conde Duque han animado las noches de este tranquilo barrio, plagado de peque?as plazas y tabernas, que despierta al bullicio cuando el sol suaviza los rasgos y el humor de los madrile?os que no han huido de la capital.
"El p¨²blico que viene por aqu¨ª es el ideal. Ronda los 30 a?os, sabe lo que quiere y tiene poder adquisitivo. Es gente con inquietudes, pero tranquila". M¨®nica frecuenta los bares vecinos. "A aprender voy a la taberna de abajo, en la calle Lim¨®n, donde est¨¢ Mariano. Conoce como nadie el oficio. En la calle Bernardo L¨®pez est¨¢ el Mayrit, donde trabaja Angelines, la reina del canap¨¦; tiene una variedad tremenda que ha bautizado con nombres como Cibeles, Neptuno o Puerta de Alcal¨¢, y son peligrosos porque crean adicci¨®n. En la calle La Palma est¨¢ Rivas, una bodega de principio de siglo que nos abastece de verm¨² de grifo a toda la zona. Y solemos terminar en el Malpaso, un bar de copas en la calle Conde Duque, frecuentado por directores de cine de la nueva generaci¨®n, Juanma Bajo Ulloa, Medem, Enrique Urbizu, y aqu¨ª nos pueden dar las seis de la ma?ana jugando a los chinos".
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