A d¨®nde va Ia izquierda de Am¨¦rica Latina

La ca¨ªda del muro de Berl¨ªn el 9 de noviembre de 1989 y el descubrimiento de la aut¨¦ntica realidad de la Europa del Este y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica supuso un duro golpe para la izquierda en general. Los comunistas perdieron un modelo, y los socialistas, una referencia vaga. Los defensores del capitalismo, del mercado en su expresi¨®n m¨¢s libre, se encontraron sin rivales. Hoy, casi ocho a?os despu¨¦s, las fuerzas de izquierda de Am¨¦rica Latina, motor de tantas revoluciones, se rehacen sobre otros conceptos. Surge la idea del capitalismo con rostro humano. En Brasil, 128 partidos y organizaciones pol¨ªticas se reunieron la semana pasada para analizar la situaci¨®n y para presentar batalla al neoliberalismo en su versi¨®n m¨¢s brutal.

La s¨¦ptima reuni¨®n del denominado Foro de S¨¢o Paulo convoc¨® la semana pasada a toda la izquierda latinoamericana. La misma que sirvi¨® de modelo rom¨¢ntico para muchos europeos en las d¨¦cadas de los sesenta y setenta. Cuba, Bolivia, Per¨², El Salvador, Nicaragua... En 1990, a?o del primer encuentro, el muro de Berl¨ªn era un amasijo reciente de cascotes dispuestos para transformarse en souvenirs de la guerra fr¨ªa. En casi ocho a?os, de la primera a la s¨¦ptima reuni¨®n, el mundo ya no es el mismo. Ha cambiado radicalmente. Se han desmoronado conceptos, programas, "ideas y un pu?ado de ilusiones. Los mitos de la revoluci¨®n mundial entraron en los libros de Historia, casi por la puerta de atr¨¢s. Y es que todos, desde Lenin a Br¨¦ziev o sus sat¨¦lites del Pacto de Varsovia dejaron la pol¨ªtica activa en revoluciones de terciopelo (Praga) o en otras bien violentas, (Bucarest)."Hoy ya no existen los referentes de antes", admiti¨® el mexicano Cu¨¢uhtemoc C¨¢rdenas, el l¨ªder del Partido Revolucionario Democr¨¢tico de M¨¦xico y una de las estrellas emergentes de esta nueva izquierda americana.

C¨¢rdenas y el brasile?o Luiz Ignacio Lula da Silva coincidieron obre todo en un punto: el papel de la izquierda en esta nueva realidad internacional es humanizar el rostro del capitalismo (en referencia a los liberales de Checoslovaquia que invocaron en 1968 el socialismo con rostro humano). Ya no se trata de ser alternativa a una manera de o reorganizar la econom¨ªa. De querer suplantar el mercado con el dirigismo paternalista. Ya no aspiran a cambiar el sistema. Ni siquiera a modificar algunas de las pautas b¨¢sicas del modelo de ajuste monetario impuesto en los pa¨ªses del Tercer Mundo por los organismos internacionales o por acreedores de la vasta deuda exterior que asfixi¨® el continente al comienzo de los a?os ochenta. Hoy, casi ocho a?os despu¨¦s de la quiebra del socialismo cient¨ªfico, tan s¨®lo se busca gobernar de otro modo. Ser alternativa real.

Lula lo dijo con claridad: la izquierda no debe enzarzarse en discutir el pasado, en tratar de enmendarlo; la izquierda actual tiene que debatir sobre un proyecto de crecimiento que tenga beneficios sociales, que sea capaz de generar empleo y no s¨®lo plusval¨ªas para las empresas.

En el discurso de estos dos l¨ªderes de la izquierda latinoamericana, los m¨¢s destacados de entre los que acudieron a Porto Alegre, se reclama tambi¨¦n la elaboraci¨®n de alianzas "con amplios sectores de la sociedad", capaces de generar un movimiento amplio y popular, renovador de la sociedad, y que tenga la fuerza de moderar lo que denominaron el "rostro brutal del liberalismo". Lula dijo que esa estrategia de ampliaci¨®n de la base social de los partidos progresistas no significa la renuncia de la izquierda a la conquista democr¨¢tica del poder ni a sus propias se?as de identidad. "Yo tengo esa idea. Pero, mientras tanto, hay que buscar respuestas".

Frente a la globalizaci¨®n de la econom¨ªa y de la informaci¨®n, estas 128 agrupaciones reunidas en Brasil proponen la globalizaci¨®n de las estrategias "dentro de la pluralidad de fuerzas" sin renunciar al "ejemplo ¨¦tico" de alguno de sus iconos, como el Che Guevara. "Es necesario construir una pol¨ªtica exterior alternativa, capaz de expresar a escala internacional un nuevo proyecto de sociedad". Y para ello, se comprometieron en profundizar "el di¨¢logo entre los continentes" y en "especial con la izquierda europea".