Ni paz ni tierra
LOS RESULTADOS son modestos, pero no inexistentes, y la situaci¨®n posiblemente no permit¨ªa un mejor balance de la visita a Oriente Pr¨®ximo del enviado especial norteamericano Dennis Ross que concluy¨® ayer. El atentado de dos terroristas suicidas en un mercado de Jerusal¨¦n el pasado 30 de julio, cuyas v¨ªctimas mortales se elevan ya a 16, amenazaba con enterrar definitivamente el proceso de paz y el di¨¢logo entre la Autoridad Palestina y el Gobierno israel¨ª. No ha sido as¨ª. Ross parece haber convencido al primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu de que no tiene otra alternativa que el di¨¢logo, y los primeros encuentros del l¨ªder palestino, Yasir Arafat, con jefes de los servicios de informaci¨®n y fuerzas de seguridad israel¨ªes as¨ª lo confirman.Es cierto que la cooperaci¨®n en materia de seguridad entre las autoridades palestinas y las fuerzas israel¨ªes es imprescindible, como han destacado tanto Ross como el enviado especial de la UE, el espa?ol Miguel ?ngel Moratinos. Pero tambi¨¦n lo es que tiene que ser paralela a una cooperaci¨®n pol¨ªtica, como han recalcado ambos y el Gobierno de Netanyahu olvida con frecuencia.
Porque no se puede pedir efectividad en la represi¨®n del terrorismo mientras se castiga de forma colectiva a toda la poblaci¨®n palestina de Cisjordarnia y la franja de Gaza con el cierre de los territorios. As¨ª s¨®lo se profundizan las injusticias y se alimenta el odio y el resentimiento, con lo que directamente se nutre al terrorismo que despu¨¦s se exige combatan las autoridades de Arafat. Es cierto que el l¨ªder palestino tiene su parte de responsabilidad en la crisis por no haber actuado con la contundencia que deb¨ªa contra los activistas de Yihad y Ham¨¢s. Pero las propias fuerzas de seguridad israel¨ªes no han sido capaces en ning¨²n momento de su historia de excluir por completo la posibilidad de acciones terroristas. Y ahora Netanyahu quiere exigirle precisamente esto a un Yasir Arafat cuyo poder y autoridad mina sistem¨¢ticamente con sus represalias indiscriminadas contra la poblaci¨®n palestina.
Netanyahu habla mucho de paz con seguridad, pero est¨¢ a punto de provocar un estallido en los territorios aut¨®nomos que puede acabar con la esperanza de ambas para un largu¨ªsimo tiempo. La seguridad es parte integrante de la paz y, por tanto, resultado de un proceso de entendimiento y cooperaci¨®n entre las partes; no puede ser una condici¨®n previa, como exige ahora Netanyabu, porque ni Arafat ni nadie pueden otorgarla ni garantizarla en las actuales condiciones.
Desde su llegada al poder en mayo de 1996, Netanyahu ha practicado una pol¨ªtica de ampliaci¨®n de asentamientos, expansi¨®n israel¨ª a toda la ciudad de Jerusal¨¦n y desprecio a los acuerdos firmados por su antecesor que garantizaban pr¨¢cticamente una explosi¨®n del conflicto. Ahora, ni ¨¦l ni los mediadores pueden descargar sobre las espaldas de Arafat toda la res ponsabilidad. Han de ser todos juntos y con un compromiso que contemple la necesiddad de retornar a una agenda pol¨ªtica de negociaci¨®n. Sin ella, Arafat estar¨¢ atado de pies y manos. Netanyahu tiene que comprender, como lo hicieron sus antecesores, que no puede tener al mismo tiempo los territorios, toda la paz y toda la seguridad. Y que con todos sus defectos, que son muchos, Arafat es hoy por hoy el menos malo de los interlocutores posibles. Si Netanyahu insiste en no entender esto, el conflicto deriva inevitablemente hacia un gran desastre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.