?pera-rock

El malo de esta comedia es Lloyd Weber: esto es, el emperador del musical en Londres, el autor de casi todo; y, concretamente, del musical Jesucristo superstar, que fue el que empez¨® con todo esto. Sale a escena al final representado por un actor en vestidura diab¨®lica y cantando una canci¨®n de triunfador culpable. La raz¨®n: se forma una compa?¨ªa de ¨®pera-rock (m¨¢s que de musical, que me parece otro g¨¦nero distinto de la ¨®pera-rock) en unas escenas que recuerdan en la lejan¨ªa. A chorus line; esa compa?¨ªa va a interpretar la obra de Lloyd Weber y, cuando est¨¢n a punto de estreno, reciben un telegrama del autor prohibi¨¦ndoselo, con el pretexto de que se cumplen 30 a?os del estreno (fue en 1970) y desea hacer modificaciones. Pero ellos siguen y siguen adelante. Este es el argumento de la ¨®pera; probablemente es la realidad del montaje.No soy un experto en rock, y lo siento. Supongo que ser¨ªa una resistencia a mis hijos: el complejo de Edipo va en dos direcciones. Pero tengo el instinto musical y la costumbre de otras m¨²sicas suficiente como para entender que lo que suena est¨¢ bien, plugged y unplugged (una guitarra espa?ola, en un momento: no se qui¨¦n la toca, pero s¨¦ que en la bater¨ªa est¨¢ V¨ªctor Monge, y que, nombre y apellido se?alan la dinast¨ªa de Serranito, uno entre los mejores guitarristas espa?oles). Y suenan bien las voces: en su estilo, con sus micr¨®fonos, pero est¨¢n dominadas. Me fijo m¨¢s en estos casos en lo que sucede a mi alrededor, sobre todo entre gente joven: estaban contentos, llevaban el ritmo, aplaud¨ªan fuerte. Esto ocurri¨® en el teatro Alc¨¢zar: noche de Madrid casi vac¨ªo y con la sala tambi¨¦n casi vac¨ªa; los rockeros soportaron muy bien la frialdad, y sospecho que cuando los enterados sepan que est¨¢n ah¨ª, acudir¨¢n y gritar¨¢n m¨¢s. Como es una primera obra, de un director que no hab¨ªa pensado nunca en el teatro, supongo que habr¨¢ una perseverancia que les llevar¨¢ m¨¢s adelante.