¡°La realidad no me interesa, s¨®lo la belleza¡±
A pesar de su avanzad¨ªsima edad, Leni Riefenstahl todav¨ªa despierta pol¨¦mica en Alemania por su pasado nazi. Varias organizaciones antifascistas han protestado por la apertura, estos d¨ªas, de una exposici¨®n de sus fotograf¨ªas en una galer¨ªa de Hamburgo.
Pregunta: ?En los a?os treinta ya era usted aficionada a la pol¨ªtica?
Respuesta: No, en absoluto. Cuando en 1930 protagonic¨¦ la pel¨ªcula St¨¹rme ¨¹ber dem Mont Blanc (Tormentas sobre el Montblanc), me invitaron a Baden-Baden para acudir a una reuni¨®n de artistas y all¨ª conoc¨ª al canciller alem¨¢n de entonces. Ten¨ªa tan poca idea de pol¨ªtica que hasta aquella tarde no me enter¨¦ de que se llamaba Hermann M¨¹ller.
P. Si en aquella ¨¦poca ya hubiera existido la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n, ?es posible que Hitler no hubiera tomado el poder?
R. Quiz¨¢ habr¨ªan ocurrido otras cosas. Pero no lo s¨¦.
P. ?No se habr¨ªa contrarrestado a Hitler r¨¢pidamente a trav¨¦s de la televisi¨®n?
R. No creo.
P. ?O habr¨ªa causado un efecto todav¨ªa m¨¢s m¨¢gico?
R. Dif¨ªcilmente puedo contestarle. Si la gente le hubiera visto por televisi¨®n como le ve hoy, con todo lo que la gente sabe, quiz¨¢ se habr¨ªan conocido r¨¢pidamente sus debilidades y habr¨ªa sido f¨¢cil ponerle en rid¨ªculo. Pero en ese caso Hitler habr¨ªa actuado de otra manera.
P. Conocer a Hitler de cerca, en lugar de como tribuno de la plebe, ?no supuso un encuentro decepcionante, algo muy vulgar?
R. No. De cerca la fascinaci¨®n de esta persona era todav¨ªa mayor, como si se le oyese hablar desde un podio. Cuando ahora digo esto, dir¨¢n de nuevo: Leni Riefenstahl, la incorregible...
P. Usted, que ha fotografiado y filmado a tantos hombres bien parecidos y atl¨¦ticos, ?considera que Hitler era guapo?
R. Cuando le vi de, cerca por primera vez pens¨¦: "Bueno, en realidad es un hombre feo". Pero ten¨ªa un enorme magnetismo y le bastaba decir una palabra para influir a la gente como un gur¨².
Mi explicaci¨®n es la siguiente: era una persona esquizofr¨¦nica, absolutamente positiva y cautivadora, pero tambi¨¦n un hombre incre¨ªblemente malo que ten¨ªa un odio atroz a los jud¨ªos.
P. Artistas jud¨ªos a quienes admiraba, como Elisabeth Bergner o Max Reinhardt, huyeron de los nazis. ?Fue algo que le dej¨® fr¨ªa?
R. Estaba perpleja. Ya en 1933 hab¨ªa hablado con Hitler sobre su pol¨ªtica respecto a los jud¨ªos, cuando me propuso asumir junto con Goebbels la direcci¨®n de la cinematograf¨ªa alemana, cosa que rechac¨¦ porque quer¨ªa centrarme en mis propias pel¨ªculas. Cuando le ped¨ª explicaciones, se limit¨® a contestarme que no pod¨ªa discutirlo conmigo y cort¨® la conversaci¨®n. Llam¨® a su ayudante y le dijo: "Haga el favor de acompa?ar a la se?orita Riefenstahl a la puerta, desea irse a casa".
P. ?Estaba al corriente de lo que ocurr¨ªa con los jud¨ªos en los campos de exterminio?
R. Sab¨ªa lo de Dachau y lo de Theresienstadt, pero no me enter¨¦ de lo de los dem¨¢s campos hasta despu¨¦s de la guerra.
P. Antes de la persecuci¨®n y matanza de los jud¨ªos ya se pod¨ªa reconocer que Hitler era un extremista. ?No habr¨¢ quiz¨¢ sucumbido tambi¨¦n usted a su magia porque ama lo extremo como alpinista, en el safari fotogr¨¢fico en Sud¨¢n o como submarinista?
R. En mi caso no se trata de extremos, sino de experiencias, sobre todo en la naturaleza. Me atrae lo ins¨®lito. Busco constantemente lo nuevo, lo que todav¨ªa no he hecho.
P. Adem¨¢s de por la t¨¦cnica de montaje, sus pel¨ªculas son admiradas sobre todo por las im¨¢genes cuidadosamente compuestas. ?Cu¨¢ndo le parece que una imagen es bonita?
R. En fotograf¨ªa depende enteramente del tema. Busco temas positivos, ver cosas complicadas me carga. Y si pienso, por ejemplo, en personas enfermas, creo que el que alguien les muestre cosas horribles s¨®lo consigue deprimirlas m¨¢s. Por eso me interesa m¨¢s buscar el lado bello de la cultura.
P. Olympia, la pel¨ªcula que rod¨® en 1932 sobre los Juegos, es un canto a los cl¨¢sicos atletas bien torneados ante el monumental decorado nazi. ?No fue una traici¨®n a sus primeros trabajos expresionistas?
R. No. Fue, como en el caso de las pel¨ªculas sobre el congreso del partido, un trabajo por encargo. El contenido no ten¨ªa nada que ver conmigo. Adem¨¢s, Olympia no era un largometraje como Das blaue Licht (La luz azul, 1932) sino un puro documental. Los decorados estaban all¨ª. Yo no era la creadora del objeto. No a?ad¨ªa ni manipulaba nada con fines propagand¨ªsticos, sino que hac¨ªa que los c¨¢maras rodasen lo mejor posible lo que yo ve¨ªa.
P. Ning¨²n documental se limita a reproducir. Con la selecci¨®n de las im¨¢genes, el montaje, el tono, cada obra estiliza y determina la realidad. Y eso es algo que su pel¨ªcula hace muy especialmente.
R. S¨®lo importa una cosa: la calidad. Una pel¨ªcula se puede rodar bien o mal.
P. Los atletas grabados desde el foso del estadio parecen mucho m¨¢s heroicos que lo que eran en realidad. Siempre se ha presentado a s¨ª misma como una esteta ajena a la pol¨ªtica pero, ?no sirvi¨® eso a la ideolog¨ªa del h¨¦roe nazi que despu¨¦s ser¨ªa ¨²til en la guerra?
R. Eso es lo m¨¢s rid¨ªculo que se pueda decir. Era mucho m¨¢s sencillo: si grabo a un saltador de altura poni¨¦ndome a su nivel, la gente ver¨¢ detr¨¢s de ¨¦l a todas las personas, las tribunas o una bandera. As¨ª se consigue una mala imagen. Pero si grabo desde el foso con el cielo de fondo obtengo una imagen m¨¢s clara con un fondo despejado. As¨ª no le sale ning¨²n palo de la cabeza al deportista. Eso no tiene nada que ver con el hero¨ªsmo.
P. ?No hay en los hermosos cuerpos masculinos que vemos en Olympia y en las fotograf¨ªas posteriores de la regi¨®n de Nubia, en Sud¨¢n, un culto nazi a una raza superior y poderosa?
R. No. Para el tema de los Juegos, por una raz¨®n hist¨®rica evidente, part¨ª de la estatua cl¨¢sica del Disc¨®bolo, de Mir¨®n, que realmente idealiza un cuerpo masculino bien formado. ?No es natural escoger entre los participantes en los Juegos a atletas con una belleza f¨ªsica parecida?
P. O sea, un decorado lleno de simbolismo en vez de un mero documento.,
R. ?No pod¨ªa escoger a un hombre feo! Y en lo que a Nubia se refiere, all¨ª tienen ese f¨ªsico. No lo sab¨ªa antes de viajar a ?frica. Por supuesto, tambi¨¦n se pod¨ªa fotografiar Nubia de forma que su belleza no destacase. Pero yo no era capaz.
P. Cuando fotograf¨ªa un templo griego y al lado hay un mont¨®n de basura, ?quita la basura?
R. Siempre. La realidad no me interesa. Tampoco muestro la devastaci¨®n que la industria provoca en la naturaleza, sino las maravillas de la naturaleza. As¨ª tambi¨¦n se ve lo que se pierde cuando las destruimos.
P. ?No es una idea asocial del arte esta celebraci¨®n de lo hermoso sin tener en cuenta sus condiciones y consecuencias sociales?
R. Quiero hacer que lo hermoso sea visible y recuperarlo para la gente. Tengo un sentido social muy marcado. No me interes¨¦ por HitIer por motivos est¨¦ticos, sino sobre todo por motivos sociales, como la pobreza de los parados. Los decorados nazis no me gustaban nada.
P. ?Necesita h¨¦roes?
R. No, necesito modelos. Los h¨¦roes me parecen m¨¢s bien peligrosos.
P. Sus im¨¢genes han influido hasta hoy en la est¨¦tica de la publicidad. ?Le hace eso sentirse orgullosa?
R. No doy ning¨²n valor a esas imitaciones.
P. ?Tampoco a la fama p¨®stuma? ?No sue?a con la inmortalidad como muchos artistas?
R. No. Sue?o con el submarinismo porque as¨ª desaparecen mis dolores de espalda.
Copyright: Der Spiegel
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