La ilusi¨®n prende en el Manzanares
El Atl¨¦tico confirm¨® ante el Inter su pujanza y sus grandes posibilidades
Estaba llamada a ser la noche de Simeone, que volv¨ªa al Calder¨®n para despedirse de sus incondicionales. Pero no lo fue del todo. Tuvo menos peso el adi¨®s del Cholo, en el que el p¨²blico no repar¨® hasta la conclusi¨®n, que la bienvenida al nuevo Atl¨¦tico, un conjunto que ha vuelto a desatar la ilusi¨®n, casi la euforia, entre el colchonerismo. No fue el mejor partido de pretemporada de los rojiblancos, ni el de m¨¢s brillo, pero la gente qued¨® satisfecha de Juninho, de Kiko, de Vieri, de la victoria ante el Inter, de los 15 minutos finales de Futre ... De todo lo que sospechan, y da la sensaci¨®n de que con motivos, una prometedora temporada.El Atl¨¦tico dej¨® ayer se?ales de equipo, justo el concepto que se le supon¨ªa m¨¢s lejano. El verano hab¨ªa probado sobradamente el caudal individual recolectado (v¨¦ase Juninho, Lard¨ªn, Kiko, Pantic ... ), pero no tanto la imagen colectiva. Sin embargo, los rojiblancos jugaron como grupo, con las l¨ªneas muy juntas, sentido solidario y orden, mucho orden. Puede interpretarse como el efecto Vizca¨ªno, esa vieja sensaci¨®n de limpieza t¨¢ctica y sentido com¨²n que consigue imponer desde el poco ruido este jugador. Pero se intuyen m¨¢s responsables. Por ejemplo, la pareja de centrales, Santi y Andrei, que empiezan a entenderse.
Santi y Andrei ten¨ªan delante a Ronaldo. O sea, al mejor delantero del mundo. Y pudieron con ¨¦l casi siempre, tambi¨¦n es cierto que con m¨¢s virulencia de la recomendable. Silbaba el bal¨®n junto a Ronaldo y all¨ª aparec¨ªan como un reloj, llenos de ¨ªmpetu, cualquiera de los dos. A llevarse por delante el bal¨®n o el jugador, que todo vali¨® anoche a ojos de L¨®pez Nieto. Ronaldo no existi¨®. Y por contra, Andrei se convirti¨® en uno de los tipos a los que la noche m¨¢s favoreci¨®.
Tuvo el Atl¨¦tico esta vez menos lucidez ofensiva y menos pegada. Cuesti¨®n que hay que atribuir, sin duda, al Inter de Mil¨¢n, un ejemplo de habilidad defensiva, un equipo muy italiano al que le resulta sencill¨ªsimo cerrar espacios. Con esa dificultad, no fue el Atl¨¦tico el equipo arrollador de otras noches veraniegas. Pero dej¨® grandes cosas: las llegadas por la banda derecha de Aguilera y Pantic, las bicicletas de Lard¨ªn por la izquierda, el juego majestuoso de Kiko, que sigue intacto, y las apariciones de Juninho, extraordinarias todas ellas.
Y tuvo el Atl¨¦tico a Vieri, un. delantero rocoso con una sola cuesti¨®n instalada en su cabeza: la porter¨ªa contraria. No piensa en otra cosa. Si agarra la pelota, remata sin m¨¢s rodeos. Si el bal¨®n no est¨¢ en su poder, pero ronda cerca, a por ¨¦l va arrollando todo lo que se encuentra por delante con el ¨²nico prop¨®sito de empotrarlo contra la caja enemiga. Tiene Vieri raza de delantero y esas cosas el f¨²tbol suele premiarlas con el gol. Tanto empe?o puso Vieri, que al final consigui¨® marcar.
El gol tuvo la firma de Vieri, pero llev¨® tambi¨¦n el sello de Juninho y el aroma a contragolpe fulminante, esa faceta que Antic pretende recuperar por todo lo grande para el Atl¨¦tico. Tras el gol, lleg¨® la rueda de cambios y la concesi¨®n a la galer¨ªa. Es decir, la entrada al c¨¦sped de Futre. El portugu¨¦s es el preferido de esta hinchada, que le recibi¨® con entusiasmo y excitaci¨®n.
Esa misma parroquia entregada de nuevo a Futre, se reserv¨® para el final el emotivo adi¨®s a Simeone. Durante el partido de la grada sali¨® alg¨²n que otro silbido contra el argentino, pero concluido el partido, no. El Manzanares core¨® con fuerza el nombre del Cholo Simeone, que se despidio emocionado y entre abrazos de la que fue su casa los ¨²ltimos tres a?os.
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