Los historiadores niegan la imagen de Felipe II como rey de la Contrarreforma
Un curso analiza sus similitudes y diferencias con Carlos V
Los expertos en la historia de la Baja Edad Media rompieron ayer con la imagen t¨ªpica de Felipe II como rey de la Contrarreforma, como un monarca de ideolog¨ªas opuestas a las de su antecesor y padre , Carlos V, el denominado rey renacentista. Los 30 primeros a?os de vida de Felipe II marcan su personalidad y su pol¨ªtica como un monarca que estuvo m¨¢s cerca del Renacimiento de lo que hasta ahora se pensaba, seg¨²n explicaron ayer los historiadores en el curso El primer Felipe II, la formaci¨®n de un pr¨ªncipe del Renacimiento que la Universidad Complutense desarrolla, en San Lorenzo de El Escorial.
"Las im¨¢genes contrapuestas que hasta ahora se han sostenido de Carlos V como el rey h¨¦roe, el rey soldado, frente a la de Felipe II como rey bur¨®crata, rey fraile, no son antag¨®nicas", afirm¨® ayer Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez, miembro de la Real Academia de la Historia, en la mesa redonda titulada Carlos V y Felipe II similitudes y diferencias.Para Fern¨¢ndez Alvarez, en el fondo de las trayectorias hist¨®ricas de ambos monarcas, "lo que se percibe es una l¨ªnea de continuidad pol¨ªtica y no otra de contraste total. Por ejemplo, en la lucha contra el islam, uno [Carlos V] batalla en T¨²nez mientras que el otro [Felipe II] lo hace en Lepanto; en la lucha contra los herejes del cristianismo el primero hace la guerra en Alemania, y el segundo en los Pa¨ªses Bajos", coment¨®.
La diferenciaci¨®n entre los dos monarcas se debe a la falta de investigaci¨®n de los primeros 30 a?os de vida de Felipe II, explic¨® Ricardo Garc¨ªa C¨¢rcel, catedr¨¢tico de Historia Moderna de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y director del curso. El tramo entre el nacimiento del monarca en Valladolid (1527) hasta su coronaci¨®n como rey cat¨®lico tras las abdicaciones del emperador en Bruselas (1555-1556) es "uno de los menos conocidos de su larga y compleja vida", a?adi¨® Garc¨ªa C¨¢rcel.
La profesora de. la London School of Policital Science Mar¨ªa Jos¨¦ Rodr¨ªguez Salgado explic¨® que "aunque padre e hijo se parec¨ªan f¨ªsicamente, son muy diferentes en la forma pero no en el contenido. Mientras al padre, Carlos V, le deleitaba y ten¨ªa un gran conocimiento de la guerra, a su hijo Felipe II no le gustaba nada". La imagen de Carlos V como un monarca "agresivo, que no mostraba respeto por los dem¨¢s pa¨ªses, se contrapone a la de Felipe II. Sin embargo, en todo el reinado de este ¨²ltimo "es dificil encontrar un solo mes en el que Castilla no estuviera enfrascada en alguna guerra".
Carlos G¨®mez, profesor titular de Historia Moderna de la Complutense, se?al¨® que, "salvando las diferencias arquitect¨®nicas, en el Monasterio de El Escorial que Felipe II mand¨® construir se percibe el eco del palacete de Yuste, que orden¨® levantar Carlos V". Ambos proyectaron erigir esos edificios como refugios reales. Sin embargo, "Carlos V fue all¨ª a morir mientras que Felipe II lo utilizaba como la sede central de su reino, desde donde dirig¨ªa su pol¨ªtica exterior e interior", concluy¨® G¨®mez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.