Entre serbios
LA SITUACI?N en la autoproclamada Rep¨²blica Serbia de Bosnia se complica d¨ªa a d¨ªa. Y se complica para todas las partes, para la presidenta, Biljana Plavsic; para su rival, Radovan Karadzic, y para las fuerzas internacionales de estabilizaci¨®n (SFOR). Son grav¨ªsimos los sucesos acaecidos ayer en Brcko, una localidad estrat¨¦gica porque une a trav¨¦s de un estrecho corredor a toda la regi¨®n occidental de los territorios serbios con la parte oriental y con Serbia. Demuestran que KaradzIc y sus partidarios est¨¢n decididos a hacer frente por todos los medios a la ofensiva lanzada por la presidenta Plavsic y la comunidad internacional para arrebatarles el poder.Una multitud organizada de partidarios de KaradzIc logr¨® expulsar literalmente de la poblaci¨®n a las tropas norteamericanas de SFOR y a las fuerzas policiales de la ONU cuando ¨¦stas intentaban relevar a los mandos policiales por otros leales a la presidenta Plavsic. Los partidarios del criminal de guerra reclamado por el Tribunal de La Haya, convocados por sirenas, se enfrentaron armados con palos y barras de hierro a las tropas, oblig¨¢ndolas a abandonar la localidad sin lograr su cometido. La operaci¨®n de SFOR era una r¨¦plica de la realizada, en aquel caso con ¨¦xito, en Banja Luka para neutralizar por la fuerza a los partidarios de Karadz?c en la polic¨ªa.
La situaci¨®n es ahora extremadamente tensa. El Ej¨¦rcito, la polic¨ªa y la propia poblaci¨®n serbia en Bosnia est¨¢n divididos en dos bandos y ninguno parece capaz de imponerse al otro. La abierta toma de posici¨®n de la comunidad internacional, y las tropas de SFOR que la representan, en favor de la presidenta Plavsic s¨®lo puede favorecer a ¨¦sta si act¨²a con rapidez y efectividad. Si no, a medio plazo, Plasic y sus partidarios pueden verse debilitados por esta abierta cooperaci¨®n con las tropas extranjeras, que los partidarios de Karadzic califican de traici¨®n al pueblo serbio y colaboracionismo con los ocupantes. Karadzic est¨¢ buscando claramente un conflicto con las tropas internacionales para forzar as¨ª la adhesi¨®n de la poblaci¨®n a su causa contra el supuesto enemigo exterior y sus agentes internos.
Ahora a m¨¢s tardar se entiende lo importante que hubiera sido para la paz y la estabilidad en la regi¨®n la captura de los criminales de guerra como Karadz?c y su entorno, que boicotean la aplicaci¨®n de los acuerdos de Dayton desde su cuartel general en Pale, pero con gran fuerza en todo el aparato pol¨ªtico-militar emanado de la guerra.
Ayer se especulaba con que el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, podr¨ªa viajar hoy a Banja Luka para mediar entre la presidenta Plavsic y Karadzic. Milosevic es, probablemente, hoy el ¨²nico que puede hacer que la situaci¨®n se decante en favor de uno u otro bando. Controla firmemente hoy el Ej¨¦rcito en Serbia y ¨¦ste tiene una influencia decisiva sobre el Ej¨¦rcito serbobosnio. Sus recientes declaraciones demandando elecciones presidenciales con las legisla tivas en octubre sugieren que al menos en parte se ad hiere a las tesis de Karadzic frente a Plavsic.
Pero Milosevic har¨¢ finalmente lo que convenga a sus propios intereses. Por eso la comunidad internacional debe presionar masivamente a Milosevic para que asuma como inter¨¦s propio la neutralizaci¨®n de Karadz?c y sus halcones. Washington ya parece estar haci¨¦ndolo. Despu¨¦s de los sucesos de ayer en Brcko, donde las tropas norteamericanas fueron abiertamente agredidas por una multitud arengada por el primer ministro, Gojko Klickovic, un hombre de Karadzic, urge, adem¨¢s, advertir que las tropas internacionales no tolerar¨¢n una repetici¨®n de estos hechos. En todo caso, vuelve a estar meridianamente claro que mientras Karadzic y sus hombres tengan resortes de poder no habr¨¢ paz real en Bosnia.
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