"La v¨ªa policial no acabar¨¢ con el conflicto vasco"
Es la primera vez que se enfrenta a una entrevista tras aterrizar hace dos meses en la jefatura de ELA-Ertzaintza, sindicato mayoritario en el cuerpo. Y tiene un poco de miedo a que le "metan el dedo en el ojo". Mikel Intxausti, nacido en Usurbil (Guip¨²zcoa) hace 47 a?os, casado y con dos hijos, cumple una de los mandamientos no escritos de todos las personas que han tenido responsabilidad en ELA-Ertzaintza: no es ertzaina. Pero ni eso ni el poco tiempo transcurrido le impiden asegurar con firmeza que el ministro del Interior, Jaime Mayor, va por mal camino si cree que el endurecimiento y la v¨ªa policial llevar¨¢n la paz a Euskadi.Pregunta. Seg¨²n datos oficiales, el 93% de los ciudadanos se muestra muy preocupado por las algaradas callejera, y el 41% critica a la Ertzaintza por su incapacidad y falta de firmeza para atajar y prevenir este tipo de violencia. ?Qu¨¦ reflexi¨®n le suscitan estos datos?
Respuesta. ?Y en Navarra?
P. ?Eso es lo ¨²nico que se le ocurre ante una percepci¨®n social tan elevada ante estos acontecimientos?
R. Todos quisi¨¦ramos tener una sensaci¨®n absoluta de seguridad y que no hubiera algaradas callejeras. Sacar de esos datos la conclusi¨®n de que la Ertzaintza es ineficaz, me parece demasiado. Hay que comparar con la actuaci¨®n de. otras polic¨ªas y en otros sitios donde se den circunstancias similares, por eso le preguntaba sobre Navarra. Me da la impresi¨®n de que ha habido una intencionalidad pol¨ªtica de utilizar la Ertzaintza como un arma arrojadiza por parte de los partidos que est¨¢n en contra del PNY. Es cierto que la gente, al final, lo que piensa es que lo mismo me da que en Navarra la Polic¨ªa no sea eficaz, lo que les importa es que la Ertzaintza s¨ª lo sea en el Pa¨ªs Vasco. Pero deben entender que las cosas no son sencillas. ?Son m¨¢s eficaces aqu¨ª [en Euskadi] la Polic¨ªa y la Guardia Civil que la Ertzaintza?
P. Pero esa pregunta deja en suspenso la reflexi¨®n que yo le ped¨ªa con esos datos oficiales en la mano.
R. Todo eso responde a una forma muy simple de ver las cosas. Aqu¨ª todos somos conscientes de que en Euskadi se vive una situaci¨®n delicada, conflictiva y con muchos componentes no s¨®lo de car¨¢cter delictivo, sino que hay un conflicto pol¨ªtico. Cuando todo eso se junta pues tenemos lo que pasa todos los d¨ªas. Actuar ah¨ª, en ese contexto, desde la exclusiva vertiente de la actuaci¨®n policial o de la Justicia, queda un poco cojo, porque si hay un fondo pol¨ªtico, tambi¨¦n habr¨¢ que actuar desde una vertiente pol¨ªtica. Cualquier sistema democr¨¢tico se caracteriza por la negociaci¨®n de los intereses de las partes y porque eso se desarrolle de una forma natural. Este asunto de la violencia callejera y del resto de las violencias tambi¨¦n se debe abordar desde una perspectiva pol¨ªtica.
P. Pero el ministro del Interior ya ha dado muchas muestras de no estar interesado en cultivar ese pilar pol¨ªtico al que usted, los partidos nacionalistas e IU apuntan como necesario, y por el contrario intenta consensuar medidas de endurecimiento penal y policial.
R. Primero, nos parece un error que Mayor Oreja piense que por la v¨ªa policial, exclusiva mente, se va a terminar el conflicto vasco. ?Para qu¨¦ est¨¢n los pol¨ªticos? Creo que esto es res ponsabilidad de la clase pol¨ªtica: la que est¨¢ en los Gobiernos central y vasco, y de los implicados en este conflicto. Ese endurecimiento en varios frentes lo que hace es cerrar v¨ªas a una soluci¨®n y no dar una oportunidad.
P. Esa postura explica un poco la actuaci¨®n que ha tenido su sindicato en los dos ¨²ltimos a?os con la unidad de acci¨®n con el sindicato abertzale LAB, ligado al MLNV (Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco), y con su impulso de una pol¨ªtica en favor de "un clima de distensi¨®n". Sin embargo, hay mucha gente que piensa que en ese intento de atraer a LAB a la orilla democr¨¢tica, ELA se ha deslizado por el tobog¨¢n de la violencia.
R. Nuestro comit¨¦ nacional ha decidido que la vertiente de unidad de acci¨®n, en esas claves m¨¢s pol¨ªticas, con LAB queda en suspenso ante el silencio de LAB por determinados atentados y su falta de autonom¨ªa del mundo violento. Eso no quiere decir que no haya otras vertientes de colaboraci¨®n con LAB.
P. Pero es muy gr¨¢fica la respuesta de LAB a una delegaci¨®n de su sindicato al indicar que "entre ELA y ETA, hoy y siempre estaremos con ETA". Tampoco ETA cumpli¨® con la distenci¨®n acordada en noviembre en una reuni¨®n con ustedes. ETA puso el cad¨¢ver del psic¨®logo de Martutene y militante de ELA G¨®mez El¨®segui encima de la mesa. ?No cree que toda esta operaci¨®n ha sido un fiasco no digerido incluso por sus propios militantes?
R. Yo no lo veo as¨ª. La gente que echa c¨®cteles m¨®lotov no es la gente de LAB. LAB es un sindicato legalmente constituido, con una representaci¨®n en Euskadi similar a la de UGT y CC 00 y que participa en el mundo sindical institucional con normalidad. La ¨²nica de todo ese mundo. La clave es que nosotros hemos dicho que no seguimos adelante en esa vertiente mientras no demuestren su autonom¨ªa frente a los de las pistolas.
P. Tras el asesinato del concejal del PP Miguel ?ngel Blanco, ya se ha levantado voces como las de Carlos Iturgaiz y otras en favor de trasladar el aislamiento pol¨ªtico a ese mundo al terreno social y sindical.
R. Iturgaiz, adem¨¢s de centralista, es de derechas y no s¨¦ que cosas m¨¢s. Hay que poner un vasco en el Gobierno central y da la casualidad que va al ministerio de la represi¨®n. ?Todo el problema de Euskadi es la violencia? ?Pero no estamos diciendo que la violencia es algo residual y minoritario? Aprovechando que hay que darle palo a la violencia, machacamos al resto de expresiones democr¨¢ticas de Euskadi. Iturgaiz, cuando quiere, se presenta como miembro del PP, pero cuando tiene que hablar de estas cosas se convierte en un ciudadano que recoge el esp¨ªritu de Ermua. A eso se le llama demagogia. Iturgaiz; tiene una responsabilidad pol¨ªtica y debe encararla.
P. ?Pero sucesos como los de Ibarra tienen que pesar en el ¨¢nimo de todos los ertzainas y juegan en contra de esa distensi¨®n?
R. El inter¨¦s de todos es que ese tipo de situaciones desaparezcan. Nosotros estamos dispuestos a hacer todo lo que est¨¦ en nuestras manos, pero s¨®lo el que tiene la responsabilidad institucional y pol¨ªtica puede abrir el camino.
P. Y todo eso con un tel¨®n de fondo en el que Atutxa y Martiarena abandonan el Departamento de Interior y la Ertzaintza est¨¢ en plena reorganizaci¨®n interna ante el a?o 2.000.
R. Es verdad que Atutxa se va. Sin embargo no hay ninguna referencia en ese sentido, al menos que yo conozca, sobre Martiarena. Tampoco sabemos qui¨¦n va a sustituir a Atutxa, ni c¨®mo se va a configurar el nuevo Departamento de Interior tras las pr¨®ximas elecciones, que por cierto, tampoco sabemos cu¨¢ndo van a ser. Ardanza dijo que el Gobierno tiene a¨²n un a?o de vida.
P. ?A qu¨¦ es debido que, cuando se discute la reorganizaci¨®n de la Ertzaintza, los sindicatos ERNE, Comisiones y UGT hayan dejado de asistir a las reuniones del Consejo de Polic¨ªa? Tal vez el talante del viceconsejero, Jos¨¦ Manuel Martiarena, no ayude.
R. Est¨¢n en una batalla netamente pol¨ªtica contra el Departamento, de Interior que tiene muy poco o m¨¢s bien nada que ver con las condiciones de trabajo de los ertzainas. Acoso y derribo. Esas son las dos palabras que definir¨ªan su estrategia. Y particularmente contra Martiarena, probablemente porque no se atrevan a ir contra Juan Mar¨ªa Atutxa.
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