Madrid, capital tercermundista
El jovial alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, a quien tanto le gusta exhibirse, deber¨ªa darse un paseo, con todo su s¨¦quito, un s¨¢bado por la tarde, por ejemplo, que es cuando pas¨¦ yo, por la madrile?a calle Princesa, en las proximidades de La Moncloa, para ver con sus propios ojos el bochornoso espect¨¢culo que se ofrece a la vista: mendigos, marginados de todo tipo; incluso hab¨ªa, postrada en un banco con un perro que la acompa?aba, una enferma de sida en fase terminal. El espeluznante muestrario parec¨ªa el preludio de una procesi¨®n a la Lourdes milagrosa.
El triste escaparate donde se exhibe de forma descarnada la pobreza y la miseria se prolonga hasta la Gran V¨ªa, ramific¨¢ndose despu¨¦s por calles adyacentes hasta la Puerta del Sol.
?C¨®mo se pueden programar verbenas persistiendo este grado de indigencia en la capital de Espa?a, a las puertas del siglo XXI? ?C¨®mo se puede invocar a la Virgen de la Paloma, mientras hay criaturas de Dios muri¨¦ndose en las calles?
Se?or alcalde, menos golpes de pecho y m¨¢s tomar conciencia con la realidad social que nos rodea.
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