En la brecha
EN V?SPERAS de la reanudaci¨®n del juicio del caso Filesa, interrumpido en julio, la Sala Segunda del Supremo ha denegado el recurso de s¨²plica presentado por el PP contra la exclusi¨®n de la lista de acusados de vanos miembros del PSOE, entre los que figuraba su antiguo responsable de Finanzas, Guillermo Galeote. Por su parte, el ¨®rgano de gobierno de los jueces ha respaldado al presidente de esa sala, Jos¨¦ Augusto de Vega, acusado por Julio Anguita de ser un "presunto delincuente". Esa lamentable acusaci¨®n se hac¨ªa eco -?c¨®mo no!de la deslizada por El Mundo en base a una de las alegaciones del PP, seg¨²n la cual el tribunal hab¨ªa tergiversado una sentencia del Constitucional para avalar que la lista de acusados en la vista oral de Filesa se hubiera reducido de 22 a 12.El de Filesa fue un montaje empresarial utilizado a fines de los ochenta por el PSOE como tapadera de su financiaci¨®n irregular (y ahora se ver¨¢ si adem¨¢s ilegal). Durante a?os, el PP hizo de ese asunto el eje de su oposici¨®n al Gobierno socialista, e incluso se person¨® como acusaci¨®n particular en el sumario. Era su derecho. Sin embargo, la evidencia de que el partido de Fraga y Aznar hab¨ªa utilizado procedimientos parecidos de financiaci¨®n confiere a esa personaci¨®n una gran dosis de hipocres¨ªa. Cuando salt¨® el asunto de Filesa, la opini¨®n p¨²blica no conoc¨ªa -pero ellos s¨ª- lo que hab¨ªa detr¨¢s de nombres como Naseiro, Zamora, Burgos, Ca?ellas o Lacalle-De la Rosa: diversos sistemas de pasar el platillo al margen de los cauces previstos en la ley para las donaciones a los partidos.
El auto por el que se rechaza el recurso del PP confirma lo que parec¨ªa a simple vista: que la cita de la sentencia del Constitucional ilustra la argumentaci¨®n del Supremo, pero no constituye el n¨²cleo de la misma; y que todo el problema deriva de un simple error en la colocaci¨®n de las comillas que enmarcan la transcripci¨®n de la cita en cuesti¨®n. El auto refuerza esa explicaci¨®n llamando la atenci¨®n sobre el hecho de que la parte que literalmente reproduce un p¨¢rrafo de la sentencia figura en el original en negrita, mientras que el resto de la frase aparece en letra corriente. La l¨®gica interna del razonamiento que el tribunal desarrollaba -demostrar que no era de aplicaci¨®n el supuesto de indefensi¨®n alegado- avala claramente esa explicaci¨®n.
As¨ª pues, de un asunto m¨ªnimo -un error material, bien de redacci¨®n, bien de simple transcripci¨®n mecanogr¨¢fica- se quiso hacer un grave problema criminal. Y pol¨ªtico. La escalada que va del recurso jur¨ªdico del PP a la acusaci¨®n de su peri¨®dico consorte -aderezada con insinuaciones sobre una supuestamente acreditada parcialidad del magistrado en favor del PSOE-, y de ¨¦sta a la declaraci¨®n urbi et orbi de Anguita corresponde a un reparto de papeles que se est¨¢ haciendo cl¨¢sico.
Sin necesidad de subrayar excesivamente qui¨¦n juega en ese reparto el papel de listo y qui¨¦n el de replicante, s¨ª conviene recordar que Jos¨¦ Augusto de Vega es tambi¨¦n el magistrado que debe resolver el recurso presentado por Mario Conde contra su condena en el caso Argentia Trust. Puede que el ex banquero no haya intervenido para nada, pero es seguro que algunos comentaristas hagiogr¨¢ficos, de los que nunca fallan cuando de Conde se trata, y que tambi¨¦n ahora se han movilizado, han pensado que era una ocasi¨®n a no perder para desacreditar al juez. Por si acaso.
Por ello, entre otros motivos, era l¨®gico que De Vega pidiera amparo al Consejo del Poder Judicial, y justo que ¨¦ste se lo concediera, aunque haya preferido no entrar en profundidades y concentrar sus reproches en el encargado del altavoz.
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